El alcalde floridano dio a conocer ayer a los dos inversionistas privados que han presentado propuestas para construir un centro sanitario en la comuna. Estas son la Clínica Las Condes junto a la Universidad Andrés Bello y la empresa Net Working S.A, representada por Ernesto Tironi.
Con una serie de seminarios, emplazamientos frontales a las autoridades, dando a conocer los nombres de los inversionistas potenciales, solicitando reuniones al ministro de Salud, el alcalde de La Florida, Pablo Zalaquett (UDI), inició su estrategia destinada a conseguir, en el mediano plazo, la concreción de uno de sus mayores anhelos: la construcción de un hospital público en la populosa comuna que dirige.
Ayer, el edil aseguró que existen e dos inversionistas privados interesados en el proyecto, los cuales han presentado propuestas para construir el centro hospitalario. Según Zalaquett, los interesados serían la Clínica Las Condes junto a la Universidad Andrés Bello y la empresa Net Working S.A, representada por Ernesto Tironi.
Incluso, Zalaquett indicó que la Clínica Las Condes y la universidad privada estarían dispuestas a asumir los costos de la construcción del hospital siempre que Fonasa les asegurara la subvención de los pacientes con menores recursos que se atenderían en el futuro centro.
"Como las concesiones demoran, la clínica Las Condes y la Universidad Andrés Bello formalizaron su interés en realizar el hospital para La Florida. Pero, no están dispuestos a un proceso que demore mucho. Lo que plantean es construirlo ahora y sólo piden que el Ministerio de Salud les asegure un convenio con Fonasa para poder recibir a los pacientes del sistema público", aseveró el edil.
La demanda edilicia de construir un hospital en la comuna está relacionada con el fuerte incremento de la población de los últimos años y que deben atenderse en los saturados recintos asistenciales de la zona sur oriente de Santiago. Un estudio realizado por la corporación "Médicos para Chile", 4.152 adultos de la comuna se encuentran en listas de espera en hospitales como el Sótero de Río de Puente Alto.
Según el informe, la lista está encabezada por patologías que requieren atención especializada: oftalmología con 1.380 pacientes, seguido por medicina interna y traumatología con 926 personas. En el caso de los niños, en dicha condición están 872 y llevan la delantera dermatología con 127 y otorrinolaringología con 84.
A juicio de Zalaquett el gobierno debe analizar prontamente la posibilidad de una concesión o la oferta que realizó la universidad y la clínica, ya que de no hacerlo el interés se puede «esfumar» y el hospital no se construya. Entre uno de los peligros que avizora el edil se relacionó con el aumento de la oferta de salud privada. «Si la oferta privada copa la demanda de los pacientes de programas de isapres, será inviable cualquier proyecto. La razón es que el hospital necesita de un porcentaje importante de cotizantes privados», remarcó.
Desacuerdos
Semanas atrás las autoridades aterrizaron la posibilidad que los privados puedan intervenir en la salud pública. El Ministerio de Salud y el MOP pusieron a la venta las bases de un estudio que permita delinear la modalidad de licitación para los hospitales de El Salvador, Barros Luco, Sótero del Río, y dos nuevos en la Florida y Maipú.
«En definitiva lo que tenemos que hacer es dar el paso en adelante rápidamente, pensar en grande e ir a una integración con la participación de capitales privados», puntualizó el presidente de "Médicos para Chile", Emilio Santelices, quien agregó que "el gobierno no podrá asumir jamás la inversión que se requiere en salud durante los próximos 10 años sin la ayuda de inversionistas privados, por la gran cantidad de recursos que se necesita".
Zalaquett junto al subsecretario de Salud, Antonio Infante, dirigen el consejo comunal de salud que se creó para hacer un diagnóstico sanitario de las carencias que tiene la comuna. El edil no concuerda con los planteamientos que ha realizado la autoridad para dar solución a los problemas en salud.
La comisión elaboró un informe que indica que para solucionar las listas de espera más urgentes se necesita una inversión adicional de 600 millones de pesos en la comuna. Estos se utilizarían a través del método de derivación, enviar a los hospitales Padre Hurtado y Luis Tisné. Y lo que no se pueda cubrir en el sistema público se realizaría a través de convenios entre Fonasa y clínicas privadas.
«Para nosotros la derivación es un camino de puente para materializar la construcción del hospital, pero como solución definitiva es muy mala. Ahí está la gran diferencia que tengo con el subsecretario Infante, es que este procedimiento se perpetúe», señaló el edil.
Para Pablo Zalaquett, el sistema que propone el subsecretario no funcionaría en los casos de pacientes que presenten múltiples patologías. «Hay personas que están en lista de espera debido a diversas enfermedades. Entonces los tendrían que enviar a un establecimiento privado para una patología, y para otras a otros centros de atención. Desde el punto de vista médico no es recomendable, es casi matar a los pacientes que están más delicados y va en contra de lo que se llama médico de cabecera», indicó.
En los próximos días el edil sostendrá una cita privada con el ministro de Salud. «No voy a dar a conocer el día de la reunión porque no quiero que haya prensa. Siento que Pedro García está mucho más abierto al hospital público que el subsecretario. Infante es de la idea del sistema de derivaciones como sistema final no como sistema intermedio», puntualizó.
200 camas
Según el estudio de los Médicos para Chile, la construcción del hospital en La Florida requiere de una inversión de alrededor de 25 millones de dólares, con una superficie de 8 mil metros cuadrados y su construcción no debería superar los dos años.
Para dicha organización el hospital debería contar con 200 camas, pabellones de cirugía y urgencia, área de partos, unidad de recién nacido, UTI, UCI, anatomía patológica, medicina física y una unidad de transfusiones.
Pese a que el proyectado establecimiento contaría con UCI y UTI, Zalaquett planteó que los enfermos más graves deberían ser derivados a los centros asistenciales de la zona como el Luis Tisné y el Padre Hurtado. La razón estaría dada por los costos que significa la mantención de estas unidades que atienden a pacientes críticos, lo que hace bajar el entusiasmo de los potenciales inversionistas privados.
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