Según el senador del PS, las acusaciones contra Mery no serían más que una operación de inteligencia de los grandes responsables de las violaciones a los derechos humanos para boicotear la propuesta del Presidente e impedir así que, quienes participaron de manera pasiva, cuenten lo que saben.
El senador socialista, Jaime Naranjo, aseguró que Odette Alegría, la ex presa política que acusó a Nelson Mery de haberla sometido a apremio ilegítimos, nunca le contó de estos hechos. Naranjo fue acusado, ayer, por Alegría de no haberle prestado ayuda cuando ella le relató que el actual director de la policía civil la habría vejado sexualmente en 1973.
Odette Alegría habría ampliado sus imputaciones contra Jaime Naranjo al entregar su testimonio ante los parlamentarios de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara Baja. Luego de esa sesión, realizada el miércoles, fuentes que estuvieron presentes dijeron que Odette Alegría acusó a Naranjo de «haberse cruzado de brazos» cuando ella le contó su caso durante los años 80. Ante lo cual el senador por la Séptima Región, que en esos años era secretario del Obispo Carlos Camus, reaccionó solo ayer.
«No sé si ella habrá contado todo eso en la comisión, pero si es así está faltando a la verdad», dijo Naranjo a El Mostrador.cl
«(En Linares) dos personas estábamos muy cercanos al tema de los derechos humanos, el obispo Carlos Camus y yo. El obispo también dice que no la conoce y que no recuerda que le hubiera contado su drama. A mí, como presidente de la Comisión de Derechos Humanos en Linares, y como parlamentario, nunca me contó su drama. Jamás. Sólo lo supe por la prensa. Camus también se enteró por la prensa».
Naranjo reiteró que sólo conoció a Odette Alegría cuando la directiva de los presos políticos fue a conversar con él, para decirle que se habían organizado. «Si ella dice que fue a conversar conmigo, efectivamente fue», explicó. Pero al mismo tiempo, precisó que la denunciante «nunca participó en las actividades de derechos humanos y siempre fue lejana».
El senador manifestó su extrañeza de que la denunciante no haya dado a conocer su testimonio ante el obispo Camus cuando éste llegó a Linares en el año 77. «Fueron miles de personas, familiares de detenidos desaparecidos, a hablar con Camus para plantearle el drama que estaban viviendo. Y ella es la única que el obispo no recuerda que haya ido», comentó.
Naranjo agregó que ayer llamó por teléfono a todos los que integraban la Comisión de Derechos Humanos de Linares y nadie recuerda que se le haya acercado. Señaló también que Odette pudo dar su testimonio cuando el país volvió a la democracia o cuando se nombró a Mery en su cargo en la policía civil.
Eventual operación
Naranjo no duda que la denunciante sufrió mucho, probablemente como todas las personas que estuvieron detenidas en la escuela de Artillería, a quienes se les trató muy mal. «No tengo dudas que la paso pésimo. Pero a lo mejor puede estar confundida, cosa que es muy posible. Pero me sorprende el momento en que aparece esta denuncia».
Lo que más preocupa al senador, según explicó a El Mostrador.cl, es que ésta «es una operación evidentemente de los grandes responsables de las violaciones a los derechos humanos, que quieren tirar una bomba de racimo para que las esquirlas lleguen a todos lados, de tal manera que digan ‘un dos tres momia, aquí todos somos responsables’«.
Añadió que es «una operación de inteligencia de la mayor envergadura para boicotear la propuesta del Presidente Lagos» en la materia, pues se busca inhibir a las personas a entregar información.
«Mire qué curioso: han habido tantas ocasiones para denunciar a Mery y justo esto estalla antes de que el Presidente haga su propuesta de derechos humanos, que se basa, según he escuchado, en crear una serie de incentivos para que la gente diga la verdad y se dé con el paradero (de los detenidos desaparecidos). ¿Quién se va a atrever después de lo que le pasó a Mery? ¿Alguien se va a atrever a entregar información si sabe que hasta el mirar se le acusa como un delito, el haber hecho una acción absolutamente secundaria?».
En este sentido, Naranjo hace una separación muy clara entre quienes participaron de forma activa y de forma pasiva en las violaciones a los derechos humanos. Para explicarlo, trazó un paralelo entre la situación que a su juicio afecta a Mery, y la del Comandante en Jefe del Ejército, Juan Emilio Cheyre, que participó en consejos de guerra en los que hubo fusilados. «Entonces, ¿vamos a decir que Cheyre era responsable también, si él era un joven oficial, recién graduado que lo único que hizo fue participar en un consejo de guerra y ni siquiera tomaba decisiones?».
Naranjo aportó antecedentes
Sin embargo, el senador Naranjo contó también que, en 1991, una delegación de funcionarios del Gobierno habló con él, con el obispo Camus y con las personas que habían estado presas en la escuela de Artillería para preguntarles su opinión sobre Nelson Mery -para entonces un alto mando en Investigaciones-, pues sabían que él había estado en esa repartición.
Según Naranjo, cada uno de ellos recabó antecedentes sobre el actual director de Investigaciones y toda la información y opiniones recibidas por él, y por el obispo Camus, señalaban que Mery fue una buena persona, que trataba muy bien a la gente. Por lo que informó positivamente sobre él al Gobierno.
Incluso recordó que cuando era presidente de la Comisión de Derechos Humanos en Linares el nombre de Mery nunca circuló, y en cambio sí se reiteraban nombres «como los de Torres y Aguilar, los más perversos dentro de la escuela de Artillería. A ellos se les indicaba como torturadores e interrogadores. Pero nunca escuché el nombre de Mery como alguien que fue torturador».
«Cuando a Mery se le ratificó en el Gobierno de Eduardo Frei y en el de Lagos, todos sabían que había estado en la escuela de Artillería y que se había comportado bien. Por eso nadie puso mayor cuestión», concluyó.
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