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Senador Pizarro ante el TS: sus dichos no ameritan juzgamiento

El conflicto planteado entre el Tribunal Supremo (TS) de la Democracia Cristiana y el senador Jorge Pizarro se resolvió ayer gracias a que las partes enfrentadas asumieron la posición más moderada posible para evitar que la sangre llegara al río.


En contra de las versiones que llegaron a asegurar que el parlamentario se declararía en rebeldía y no comparecería ante la instancia, generando todo un problema político en la DC, Pizarro obedeció disciplinadamente a la convocatoria que se le hizo para que explicara palabras suyas consideradas cuestionables. A su vez, el TS decidió valorar el gesto de Pizarro de presentarse ante los jueces y después de oírle sus explicaciones resolvieron formalmente que éstas son "suficientes" y estimaron que sus dichos "no ameritan inmediato juzgamiento".



Tanto la actitud de Pizarro de reconocer públicamente la legitimidad del tribunal y el error en el que incurrió al cuestionar su generación, así como la benevolencia de los miembros del TS, revelan que hubo una opción por mantener las cosas dentro de unos límites estrictamente "reglamentarios" sin dejar que se desbordaran.



En cambio, de haberse amplificado, era probable que quedaran en evidencia que detrás de cada una de las partes en conflicto había una medición de fuerzas soterrada: dos grupos tratando de cuantificar su peso con vistas a definir la candidatura presidencial de la DC. Porque, cabe precisar, la DC siente que el 2005 el abanderado ha de ser irremediablemente de sus filas.



Pizarro puntualiza



Pizarro llegó ayer puntualmente a la una y media para presentarse ante el TS, tal como había sido convocado formalmente ayer. El senador llegó escoltado por dos pares suyos, Mariano Ruiz-Esquide y Sergio Páez, en una demostración del apoyo con que cuenta entre las bancadas y de los respaldos que podría llegar a concitar si el problema con el TS acababa transformándose en un enfrentamiento entre la mayoría colorina del partido y la disidencia a la mesa de Adolfo Zaldívar.



Pizarro hizo por escrito su presentación ante el TS. El propio senador explicó que en resumidas cuentas, su documento no era más que la reiteración de las opiniones que antes había expresado y que fueron las que provocaron la reacción del tribunal.



"Mis opiniones las vierto en el contexto de militar en un partido democrático abierto al diálogo, pluralista y respetuoso tanto de las estructuras partidarias como del derecho de opinión de sus miembros", señalaba el escrito de Pizarro.



El senador reiteró, aunque con palabras más suaves, sus planteamientos sobre la necesidad de aprobar el divorcio en el Senado. Sobre el tema de las estructuras del partido dijo que cree "que cada uno de mis camaradas, y especialmente quienes desempeñan funciones dirigenciales o de autoridad, realizan un esfuerzo loable y de servicio al bien común partidario. Lo anterior no implica que no se pueda tener una opinión crítica o diferente respecto a alguno de los actos que estas estructuras realicen".



Sobre sus más polémicas criticas, las que hizo respecto de la directiva, señaló que "el partido tiene importantes tareas y desafíos hacia el futuro que requieren robustecer democráticamente a su estructura, evitando que existan situaciones en las cuales los mandatos se encuentren vencidos, pues esto afecta al debido funcionamiento del método democrático en nuestra organización".



"Los plazos de los mandatos son de la esencia de la democracia, pues tienen como objeto que los mandantes representen actualizadamente a la base donde se encuentra radicada la soberanía. Naturalmente entiendo que una autoridad existe hasta que sea democráticamente ratificada o sustituida, pues no puede existir vacío dirigencial o de conducción, lo cual no obsta al derecho a opinar que los plazos estatutarios de duración de los mandatos deban ser aplicados".



Después de permanecer poco menos de una hora ante los 15 miembros -de un total de 19- del TS , Pizarro dijo que la instancia le hizo ver que había sido citado exclusivamente por sus críticas sobre la misma y que él, a su vez, admitió que cometió un error al creer que TS no era legítimo por cuanto no fue elegido por la Junta Nacional sino por el Consejo, puesto que en rigor hoy los estatutos así lo permiten.



Sones de campaña



Con este reconocimiento de Pizarro sobre su error de fondo, y el hecho "que se haya tomado el trabajo de subir los tres pisos de la sede DC hasta la oficina del TS, siendo un senador de la República y teniendo una jornada dura en el Congreso", dijo un miembro del Tribunal Supremo, todos se dieron por satisfechos.



Al término de la larga sesión de debate del TS, el presidente del mismo, Eric Campaña (colorín), entregó la resolución que eximió a Pizarro de culpas o sanciones. Campaña volvió a puntualizar que la llamada al orden a Pizarro sólo tuvo que ver con sus declaraciones contra el TS y no con las de orden político sobre divorcio o la fallida comisión para fiscalizar al ministro de Hacienda.



No obstante, miembros del TS señalaron a El Mostrador.cl que al menos tres de los integrantes eran partidarios de "darle una lección" a Pizarro e imponerle una censura verbal o escrita. Sin embargo, trascendió que en su discusión, los integrantes de tribunal terminaron por considerar que era imprudente meterse en una pelea entre el adolfismo y la disidencia cuando en realidad, el ruido de fondo son los clarines de guerra de la campaña presidencial interna que se esboza en la DC: Adolfo mismo por un lado, Soledad Alvear por el otro.



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