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Fuga de ex Comando Conjunto a Paraguay revive fantasma de la cofradía

El ex teniente de la FACH salió de Chile el año pasado sin que existan registros. El tribunal solicitó su extradición tras detectarse que se encontraba en el país latinoamericano cuyos militares han tenido estrecha relación con Chile, entre otras cosas, brindando refugio a agentes buscados por la justicia.


Cuando en diciembre de 1992 el agente del Comando Conjunto Miguel Estay Reyno fue detenido en Paraguay, tras detectarse que estaba viviendo en una población militar, la tesis de una cofradía existente en ese país para otorgar protección a represores del régimen de Augusto Pinochet cobró fuerza.



El 2003, tras trece años de democracia en Chile, ese país podría seguir siendo utilizado por ex agentes para evadir la acción de la Justicia. Esta es la hipótesis que barajan sectores de derechos humanos cuando se supo que uno de los siete procesados esta semana por el secuestro del dirigente del PC, Carlos Contreras Maluje, viajó el año pasado a Paraguay. Tal acción la habría cometido clandestinamente, pues no existe registro de su salida desde Chile.



Se trata de Rodrigo Jorge Cobos Manríquez, ex teniente de reserva de la FACH, apodado el Kiko o Elefantito. Cobos fue uno de los procesados a mediados de los ochenta por el ministro de la Corte de Apelaciones de Santiago, Carlos Cerda, en calidad de cómplice del secuestro de Edrás Pinto y Reinalda Pereira. La encargatoria de reo quedó sin efecto por orden de la Corte Suprema.



El año 2002, fue encausado nuevamente, esta vez por el juez con dedicación exclusiva del 25 Juzgado del Crimen de Santiago, Carlos Hasbún, por el secuestro de Víctor Humberto Vega Riquelme. Ya a principios de este año, el juez Cristian Carvajal, quien tenía hasta hace algunos meses en sus manos las investigaciones por derechos humanos que se llevan en el Tercer Juzgado del Crimen, lo procesó, junto a otros diez agentes, como autor del secuestro de José Sagredo Pacheco y de Alfredo Salinas Vásquez, ocurridos el 3 de noviembre de 1975, y de Juan Gianelly, que data del 26 de julio de 1976.



En esa oportunidad, sin embargo, el magistrado no habría despachado un pedido de extradición para traer a Chile a Cobos Martínez, aun cuando ya se tenían antecedentes de que se encontraba en Paraguay.



La ayuda paraguaya



Las relaciones entre militares paraguayos y el régimen de Pinochet son de antigua data. Ese país fue uno de los que se relacionó con la dictadura chilena en el marco de la llamada "Operación Cóndor". De esos vínculos existen víctimas, como es el caso del militante del MIR Jorge Fuentes Alarcón, detenido en Paraguay el año 1975 y traído clandestinamente a Chile por la DINA gracias a esos lazos que aseguraban la persecución internacional de los opositores del gobierno militar.



En 1976, Paraguay volvió a colaborar con la dictadura chilena, entregando a Michael Towley y a Armando Fernández Larios pasaportes falsos para ingresar a Estados Unidos. El objetivo era asesinar al ex Canciller chileno, Orlando Letelier. Los agentes de la DINA vieron frustrada la tentativa de entrar al país norteamericano a través de ese expediente. Posteriormente Townley, junto con cómplices del exilio cubano, logró asesinar al ex ministro el 21 de septiembre de ese año, haciendo explotar una bomba en su automóvil.



Otro caso que da cuenta de la colaboración de Paraguay con los miembros de los órganos represivos chilenos es el ocurrido con el ex agente de la CNI y capitán (r) de Ejército, Patricio Castro Muñoz.



Según relata el libro Cutufa, su Historia Secreta, de la periodista María Eugenia Camis, el militar huyó hacia ese país el año 1990 al ser requerido por la Justicia por su presunta participación en el crimen del empresario Aurelio Sichel, cuya muerte dejó en evidencia la existencia de aquella financiera ilegal al interior del Ejército.



Castro fue uno de los líderes de esa organización. El 10 de noviembre de 1990 fue deportado a Chile y encarcelado por el asesinato Sichel. Más tarde fue absuelto de este cago. Sin embargo, fue condenado por el delito de estafa en el caso de la financiera clandestina, cumpliendo una pena menor.



Dos años después, fue detenido en Paraguay el civil Miguel Estay Reyno, apodado «El Fanta», quien había huido a ese país a raíz de la investigación del asesinato de tres militantes comunistas en 1985, caso conocido como Degollados. Estay Reyno tenía además varias citaciones pendientes en causas de detenidos desaparecidos. Su detención y deportación a Chile se produjo el 20 de diciembre de 1992.



Todos libres



El ex teniente Fach Jorge Cobos Manríquez fue encausado en calidad de autor del secuestro de Contreras Maluje, ocurrido el 3 de noviembre de 1976. Esta vez la Justicia solicitó su extradición al constatar que se encontraba fuera del país.



Junto a Cobos, la jueza del Tercer Jugado del Crimen de Santiago, Graciela Gómez, encausó a Enrique Ruiz Bunger, Juan Francisco Saavedra, Daniel Enrique Guimpert, César Luis Palma Ramírez, Manuel Agustín Muñoz Gamboa y Alejandro Sáez Mardones.



Todos ellos han sido procesados anteriormente en causas de derechos humanos. De hecho, salvo Sáez Mardones, que se encuentra cumpliendo pena en Punta Peuco, todos gozan de libertad bajo fianza. A pesar de ello, la jueza en este caso les ha mantenido ese beneficio, por lo que no serán detenidos.



Si se considera que los tribunales en este tipo de casos están otorgando la libertad provisional a practicamente todos los procesados, no resulta aventurada la hipótesis de que Cobos Martínez se encuentra en Paraguay para evitar declarar en causas que no tienen que ver con detenidos desaparecidos.



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