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Qué decía el fracasado «nunca más» del Senado

Lo mismo que en la Cámara Baja, poco duró el intento del Senado -emprendido por su presidente, Andrés Zaldívar- por sacar adelante un documento que plasmara un "Nunca Más" ante los 30 años del golpe de Estado.


La iniciativa no alcanzó a prosperar a raíz del empeño de los senadores socialistas por modificar el borrador original agregándole un compromiso para votar a favor del Tribunal Penal Internacional, iniciativa que chocó con la previsible negativa de la derecha



Los legisladores PS, con la posición ya manifestada a propósito del manifiesto que quiso concretar el diputado PPD Víctor Barrueto, insistieron en agregar al punto tres del documento el compromiso de «estudiar y resolver sobre los tratados internacionales que resguardan los derechos fundamentales de las personas. En especial, el que se refiere a la Corte Penal Internacional».



Este párrafo motivó a los senadores de la Alianza por Chile -con quienes Andrés Zaldívar ya había tanteado las posibilidades de aprobar la iniciativa- a quitarle su apoyo político.



Contenido del documento



El texto consta de dos páginas. En la primera quedan establecidos los principios morales por los que los parlamentarios deben luchar en el futuro, destacando la plena libertad de expresión, la protección a la vida privada, el fortalecimiento de la sociedad civil, el pleno acceso a la Justicia, una educación de calidad, pensiones dignas y la probidad en la actividad pública.



En la misma senda, el documento menciona también que se debe generar las condiciones necesarias para mantener la «paz social», asegurando a través de un compromiso la «democracia» como único régimen político.



La segunda hoja del documento está conformado por cinco puntos. El primero dice relación con el «rechazo definitivo de los proyectos totalitarios» que terminarían con la libertad de los ciudadanos, a partir de lo cual se solicitaba un «esfuerzo permanente por alcanzar una mayor justicia social, dentro del Estado de Derecho».



El segundo punto era un compromiso en torno a «desterrar y rechazar de manera categórica cualquier forma de acceso al poder por la violencia u otras vías distintas a las democráticas».



El cuarto y quinto hablan de plasmar los ideales de la tarea legislativa, respecto a todos los quehaceres de la patria, «del presente y del futuro», dejando de lado la enemistad cívica, para dar cabida a la «libertad de conciencia».



El punto de la "polémica", plantea: «Considerar a los derechos fundamentales de la persona, con su características de individualidad y universalidad, así como la defensa del Estado de Derecho en todo tiempo y circunstancia, como principios orientadores del quehacer político, social y legislativo, y que ellos siempre sean respetados y promovidos en su integridad, independiente de las legítimas visiones políticas, por muy contrapuestas que estas sean. Asimismo, estudiar y resolver sobre los tratados internacionales que resguardan esos derechos, en especial, el que se refiere a la Corte Penal Internacional".

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