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Presidente JDC: ‘No soy colorín, pero no recibo órdenes de la disidencia’

Peleada como nunca estuvo la elección de la JDC, al punto que uno de los bandos sigue desconociendo los resultados. Parte de la polémica tiene su origen en que el mundo adulto de la DC quiso ver estos comicios como una medición de fuerzas entre los adeptos de Adolfo y la oposición. Pero los jóvenes son otra cosa, asegura el presidente electo de la JDC. No es disidente, dice, pero en ningún caso es colorín.


El próximo fin de semana la Juventud Demócrata Cristiana se reunirá en una Junta Nacional para sancionar su nueva directiva y elegir a un nuevo consejo nacional de la JDC (comisión política). El presidente electo es Marcelo Chávez (28 años, abogado de la Universidad Católica de Concepción), pero el proceso en que se supone resultó ganador ha estado plagado de cuestionamientos sobre su legitimidad e impugnaciones realizadas por su competidor, Gabriel Pozo. Durante la elección misma, miembros del Tribunal Calificador de Elecciones de la JDC (Tricel) proclamaban ganador a uno y a otro en una sucesión de desmentidos y falso comunicados de prensa, hasta que el mismo Tricel se dividió. Sien embargo Chávez considera que a estas alturas, ya está institucionalmente claro que el ganador es él.



Aclaremos en qué situación estás: ¿eres o no presidente electo de la JDC?
-Es una situación compleja. El Tricel de la JDC se politizó y cada miembro de este tribunal que debió ser imparcial, en vez de garantizar el proceso de elecciones, se abanderizó con uno u otro candidato. Finalmente, se dividió y quienes apoyaban a mi contendor, Gabriel Pozo, se retiraron del proceso. El Tribunal Supremo de la DC revisó las actas de la elección y después de eso proclamó que yo había ganado con un 52,9 % de los votos. Más tarde, concluido el proceso de impugnaciones y revisiones, esa cifra subió a 55 por ciento. Entonces, es la candidatura de Pozo, y los miembros del Tricel que lo apoyaron, quienes desconocen mi triunfo. Pero no el Partido.



De hecho, tu contendor dice que llevará el caso a la Justicia…¿Defenderás en tribunales tu triunfo en la JDC?
-Ellos están en su legítimo derecho. Lo peligroso, y es una cosa reiterada en la candidatura de Pozo, es el no reconocimiento a la institucionalidad del Partido. Pozo y su gente ya se tomaron una vez la sede del partido y lo hicieron porque no les gustó un fallo del TS. No por una cuestión de principios, como fue el caso de la última vez que se hizo una toma de la sede por la acusación constitucional contra Pinochet.



¿Qué oferta de participación política es la que están haciendo al más de millón de jóvenes no inscritos y apáticos, si lo que muestran de una juventud política es una pelea como ésta?
-Comparto lo que dice. Hemos dado un espectáculo muy feo. Sólo tengo la tranquilidad de que no fue mi candidatura la que llevó esto a los medios. Pozo, que estuvo antes en el Codeju, tiene buenos nexos con la prensa y es quien ha llevado todo este escándalo a los diarios en vez de intentar arreglarlo por lo cauces partidarios. En términos de imagen nos afecta demasiado: es decir que en política ya desde jóvenes andamos con mezquindades. Insisto, tengo mi conciencia tranquila. Hemos intentado reunirnos con el otro candidato para dialogar y él no nos responde, ni siquiera por un sentido de la responsabilidad….



¿Es en el fondo la pugna de la DC entre las fuerzas de Adolfo Zaldívar y la llamada disidencia la que se está reflejando en ustedes los jóvenes?
-Sí. El elemento adulto de la DC ha estado interviniendo mucho más que en otras oportunidades. La "disidencia" apadrina la candidatura de Pozo y se nos ha intentado colocar a nosotros como "colorines". Y no lo somos. Yo siempre trabajé y trabajo con Ignacio Walke, no soy colorín. Y si en algo me distancio de la "disidencia" actual es que no comparto la estrategia de ellos de darle duro a Adolfo, para que le vaya mal y así reposicionarse. Creo que si a Adolfo le va mal, le va mal al partido. Todos estaremos mal.



Chávez explica que le parece muy dañino el ordenamiento actual que se está intentando dar a la DC, donde el que no se proclama "adolfista" es disidente y, viceversa, si no adhiere a la "disidencia" se le considera "colorín". "Históricamente yo soy chascón, vengo de un círculo político donde los líderes son Claudio Huepe y Mariano Ruiz-Esquide. En mi lista no iba un solo colorín. Si alguien llevó candidatos colorines, ésa fue la lista de Pozo, que incluyó a un colorín de Iquique. Pero no ser adolfista no significa que yo tenga que ponerme a las órdenes de la oficina de Agustinas (donde se reúne la llamada disidencia).



Ok. no eres colorín. ¿Y cómo te sientes, entonces, frente a las reflexiones de Adolfo en torno al 30 años del golpe de Estado, en la reiteración de que la DC fue opositora a Allende, en la negativa a participar en los actos de homenaje? ¿O en la polémica sobre el futuro de la Concertación?
-Ese fue un conflicto muy artificial. Hay una historia de tanto dolor que eso de participar o no, sobraba. Efectivamente, la directiva de la DC estuvo en esa lógica. Y yo no la comparto. No me acomoda hablar de la responsabilidad de la DC en el Golpe, la de los gremios, la de la UP. Es inconducente. Yo ni pensaba nacer el 73. Pero tengo claro que la gran enseñanza del Golpe es aprender a vivir las diferencias políticas, y respetarnos en la diversidad. El juicio sobre el gobierno de Allende lo hará cada cual. Pero en torno a los 30 años hay cuestiones de principios: bajo ninguna circunstancia se puede aprobar el derrocamiento de un gobierno legítimamente elegido en las urnas. Ni la violencia, ni las faltas al orden constitucional, ni el clima económico, ni la amenaza de dictadura marxista. Nada justificaba el Golpe.



¿Y qué tan cómodo te sientes con los planteamientos de Adolfo en cuanto a que la Concertación? ¿Cómo está? ¿Está terminada? ¿Y en qué hay que desbordarla?
-Oposición y disidencia me parecen términos feos y estrechos. Lo mío es colaboración. Aun cuando tenga, por ejemplo, una visión completamente diferente a la del presidente del Partido en cuanto al futuro de la Concertación. No creo en la disyuntiva de ser primero DC y luego concertacionista. No creo que sean excluyentes. Pero le encuentro razón a Adolfo cuando dice que la Concertación está agotada. Los jóvenes tenemos muy presente esta crítica. La Concertación está agotada en el ejercicio del poder, haciendo cosas, y haciéndolas bien, pero también administrando cargos. Estamos consumidos y nos comimos el proyecto de futuro. Tenemos que volver a plantear un nuevo trato para ofrecer a la gente algo para el futuro. No podemos quedarnos donde estamos.



Chávez también reivindica a Adolfo cuando éste dice que "muchos dirigentes de la DC hicieron "negocios propios" de poder, cargos y otros, a costa de la DC y en nombre de su transversalismo concertacionista.



Y cuando Zaldívar propone desbordar la alianza, tú que en este caso estás encarnando a las dirigencias DC del futuro… ¿por dónde la desbordarías? ¿hacia la derecha?
-No. La derecha no. La derecha aún no pasa la prueba de la blancura. Uno podría llegar a pensarlo con una derecha democrática, más abierta. Pero no nos engañemos: la derecha es la UDI. El futuro de la Concertación desbordada, no va por ahí.



Buena parte de la base de la Concertación radica en las políticas de alianzas que se sellaron en las federaciones estudiantiles en los 80, y las alianzas futuras que vengan deben estarse fraguando ya…¿es posible que la JDC en alguna universidad prefiera ir con RN que con la izquierda?
-No. En las federaciones estudiantiles la JDC sigue estando más cercana a las posturas de la izquierda que a las de la derecha. Partiendo por el tema de la igualdad de acceso a la educación. Frente al hecho de que un joven de colegio particular tiene todas las oportunidades en la vida a las que nunca podrá acceder el egresado de un liceo fiscal, yo me rebelo, y la JDC se rebela. Frente a eso nos sentimos más cercanos a una visión donde el Estado puede asumir estas inequidades.



En realidad, apunta Chávez, "si la Concertación es desbordada será por el lado de gente que como Boenninger, Schaulsohn, Brunner o Tironi, mucho más cercanos de Allamand en cuanto a una visión más libremercadista de las cosas. En esa lógica, la JDC está más ‘por el Estado’, que liberal al estilo Tironi. En países como el nuestro, no basta el crecimiento económico para resolver inequidades como el caso del alumno de liceo fiscal. Quedó demostrado".

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