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DC-PS: negociando el paquete completo

Parte del socialismo mira con recelo el diálogo que uno de los suyos mantiene con la DC para resolver los cupos municipales. Ronda la sospecha de que ese entendimiento puede ir demasiado lejos, incluso hasta la presidencial del 2005. Dicen que el tercerismo ya sacrificó una vez a Lagos a los pies del candidato DC, Eduardo Frei, y que la historia podría repetirse…


Todo un revuelo causaron en un sector del Partido Socialista las declaraciones aparecidas en la prensa el miércoles pasado donde la DC y el sector interno del tercerismo se validaban mutuamente como únicos interlocutores válidos en la negociación para las elecciones municipales.

El impacto de la nota aparecida en La Segunda no es porque se supiera que Jaime Pérez de Arce, vicepresidente del PS y figura del tercerismo, estaba en discretas conversaciones con el secretario nacional de la DC, Jaime Mulet. Claramente, no, puesto que la idea de «negociaciones rotas» y «conversaciones suspendidas» con la DC es un escenario que sólo existió en la versión de algunos medios de prensa. La verdad es que las negociaciones nunca estuvieron detenidas, sino sólo que avanzaban a nivel de bilaterales.

Así pues, la razón del fuerte efecto que tuvieron las palabras de mutua validación entre la DC y el tercerismo no fue la existencia de una negociación paralela, sino el objetivo último hacia donde algunos dirigentes temen que conduzcan esas conversaciones: la presidencial del 2005 con un abanderado DC.

El temor de algunos altos dirigentes del PS, según supo El Mostrador.cl es que tal como sucedió en 1993, el mismo sector -el tercerismo- o algunos de los mismos personajes hagan que el diálogo actual sea lo suficientemente amplio como para buscar un acuerdo que sea provechoso para el PS -cupos para las parlamentarias, ministerios futuros, etc- sobre la base de aceptar que el candidato presidencial sea DC.

Una relación privilegiada

Hace unos días, mientras cundía la «alarma» mediática porque el secretario nacional de la DC no se presentaba a la cita agendada con sus pares de la Concertación, el vicepresidente PS, Jaime Pérez de Arce, seguía adelante con los reservados encuentros que ha tenido con Mulet y también con el presidente DC, Adolfo Zaldívar.

Para el PS esas reuniones reservadas no representaban ningún problema, por cuanto fue a Pérez de Arce a quien desde un principio se le asignó la tarea de acercarse a la DC y conversar con ellos aprovechando su larga experiencia en la materia. Pérez de Arce negoció las municipales 1992, la primaria 1993 y las parlamentarias 93. Su conocimiento es vasto y las relaciones que ha tejido con la DC tienen ya su historia.

Por si esto fuera poco, Pérez de Arce ha desarrollado una relación de cierta cercanía con Adolfo Zaldívar, basada en su común interés por el tema minero. Para los Zaldívar la minería es una materia de personal interés y preocupación, y Pérez de Arce ocupa hoy el cargo de vicepresidente ejecutivo de Enami. La relación es forzosa, pero además, es muy fluida, así es que el PS no quiso desperdiciar este nexo.

Sin embargo, esta relación bilateral que iba por cauces tranquilos -todavía había largo tiempo para negociar los cupos municipales- se tensionó el martes pasado cuando Mulet dijo el vespertino que para él, el negociador oficial del Partido Socialista es sólo Jaime Pérez de Arce.

Viejos resquemores

Las precisiones que añadió en ese artículo Jaime Pérez de Arce, asegurando que es él quien maneja el tema de los cupos y no Carlos Ominami, fue tomada en sectores del PS no sólo como un posicionamiento de liderazgos.

Entre ambos dirigentes socialistas existiría una distancia, afirmaron, que data de 1993 cuando Ominami y el núcleo más cercano al entonces pre-candidato presidencial Ricardo Lagos, acusaron al tercerismo (Ricardo Solari, Jaime Pérez, pero especialmente a Germán Correa) de «entregarle» a la DC y a Eduardo Frei la cabeza de Lagos en bandeja de plata.

Se estima que en aquel proceso, Ricardo Lagos no fue tomado en serio como candidato en las primarias porque una parte del Partido Socialista comenzó a negociar con la DC y a trabajar con Frei desde el principio, dejando a Lagos como un abanderado simbólico que sólo era necesario a la izquierda para «guardar las apariencias» desde un punto de vista de la democracia concertacionista.

El sistema con que se hizo la elección primaria, y que fue llamado «tongo» en esos días, sólo tuvo por objetivo no lastimar la dignidad de Lagos y los suyos -y mantener en buen pie la Concertación.

Por toda esta historia previa es que la mesa actual del PS tomó con mucho recelo que el tercerismo así como los dirigentes de la Nueva Izquierda que se han empezado a distanciar de la mesa de Martner, como Camilo Escalona, Luis Guzmán y Mahmud Aleuy, aparezcan en tan buenas relaciones bilaterales con la DC.

Tienen la sospecha política que el resultado de esas conversaciones puede ser un acuerdo en torno «al paquete completo» aceptando en el diseño lo que creerían la DC, Lagos y sus ministros políticos, y el tercerismo con el ministro Ricardo Solari a la cabeza: que el mejor candidato para enfrentar a Lavín debe ser DC.

Para la directiva del PS, eso significaría cancelar, incluso antes de que se expresen, las opciones presidenciales de un progresista, especialmente la de Michelle Bachelet. Y según aseguraron, no están dispuestos a aceptar que lo que Jaime Pérez de Arce llamó «acercar voluntades» con la DC vaya demasiado lejos.

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