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Sebastián Piñera: la voz que sigue clamando en el desierto

Menos de 48 horas duró el intento de reconciliación que había emprendido Lavín para acercar a la UDI y RN. Obligados de nuevo a enfrentar el silencio del gremialismo, Sebastián Piñera explica a cuánto están dipuestos en RN con tal de retomar las conversaciones, y sobre todo, habla de las exigencias electorales que no están dispuestos a bajar.


Aunque aparentemente el alcalde de Santiago, Joaquín Lavín, hizo serios esfuerzos por terminar con el congelamiento de la Alianza por Chile impuesto unilateralmente por la UDI, el gremialismo obligó al edil a abandonar sus afanes dejando nuevamente a Renovación Nacional sin interlocutor válido para recomponer las relaciones al interior del pacto.



Sin embargo, el presidente de RN, Sebastián Piñera, no se da por vencido en su empeño por retomar el diálogo. La energía que invierte, en todo caso, no es por puro altruismo político: si bien la colectividad no tiene candidato presidencial para esta vuelta -por lo que ahora las primarias no les parecen razonables-, es un secreto a voces que RN no pierde la esperanza de llegar a La Moneda en un segundo período de la derecha y para esa eventualidad, el partido tiene más de un candidato.



De hecho, no son pocos los dirigentes que estiman que en seis años podrían levantar más de una figura para reemplazar a Lavín. De allí, también, la necesidad que el alcalde haga un buen gobierno, ya que de no ser así RN vería truncadas sus aspiraciones aun antes intentar arrebatarle a la UDI un segundo período para la Alianza.



La UDI consiguió que Lavín cancelara las gestiones que estaba haciendo para reanudar las relaciones al interior de la Alianza por Chile. ¿Qué le queda ahora a RN?
– Viene el tiempo de la responsabilidad, de la altura de miras, de la generosidad y del realismo. Tenemos que recuperar el tiempo perdido durante este año 2003 e iniciar, ahora, la nueva etapa que la Alianza por Chile necesita. Para eso se requieren acuerdos objetivos en temas electoral, programático e institucional. Pero tal vez más importante que eso, es crear una nueva actitud y una nueva cultura aliancista. Para eso se requiere reemplazar los desencuentros, las descalificaciones, por el diálogo y los objetivos compartidos; los enfrentamientos por la colaboración; la soberbia, las porfías, por la buena voluntad y una actitud de trabajo en equipo. Nosotros estamos comprometidos con ese cambio, con esa nueva actitud y con esa cultura de alianza.



Ya, son buenas intenciones. ¿Pero cuál es el problema político concreto que impide que ambos partidos confluyan en eso?
– Nosotros hemos planteado en público, en privado, con palabras y por escrito que estamos dispuestos a sentarnos a una mesa y juntos iniciar la nueva etapa que la Alianza necesita. No somos nosotros los que estamos frenando esa nueva etapa que debería iniciarse lo antes posible. La actual situación de desencuentros, de falta de diálogo, de incapacidad para los acuerdos, está perjudicando al proyecto de la Alianza, tanto en su actual rol como oposición como en su proyecto de futuro gobierno de Chile.



Ambos partidos se acusan de falta de unidad y de estar perjudicando, con sus declaraciones, la candidatura de Lavín. ¿Se cayó en un diálogo de sordos?
– Evidente. Pero la gente inteligente es capaz de aprender no solamente de sus propios errores -y nosotros tenemos que ver qué errores hemos cometido dentro de la Alianza-, sino que también es capaz de aprender de los errores de los demás.



En este sentido, Piñera estima que su sector debe aprender de los errores que a su juicio está cometiendo la Concertación, que "también en los últimos tiempos ha mostrado divisiones, quiebres y descalificaciones", con el fin de "terminar con este absurdo, estéril, inconducente, poco inteligente y a estas alturas, aburrido diálogo de sordos".



Asegura Piñera que para ello es necesario comenzar a actuar con cultura de alianza para lo que se requiere que ambos partidos se comprometan públicamente y transformen ese compromiso en hechos "concretos y reales", avanzando en un acuerdo electoral, programático e institucional.



"Más simple, echarle agua y, en consecuencia, no podría entender que la Alianza por Chile siguiera en este diálogo de sordos. De nuestra parte, nuestra voluntad es terminar con esto ¡ahora!, iniciar la nueva etapa ¡ahora! Si la UDI está en la misma actitud, el problema está en el 90 por ciento resuelto", afirma.



En realidad, en la UDI estiman que usted no apoya ‘de corazón’ la candidatura de Lavín. ¿Qué opina de eso?

– Esa es una apreciación profundamente equivocada de la UDI y, en materias ‘de corazón’, los hechos valen más que mil palabras. Recuerdo que el año 99, cuando habían dos precandidaturas dentro de la Alianza, y me di cuenta que Lavín tenía una verdadera opción de ganar las elecciones presidenciales, actué en consecuencia, con un criterio y una cultura netamente aliancista, depuse mi candidatura, llamé a Joaquín Lavín, le ofrecí mi ayuda y mi respaldo, me incorporé a su comando y toda Renovación Nacional trabajó con una entrega, generosidad y abnegación que el propio Lavín ha reconocido en más de una ocasión.



«Ahora estamos dispuestos a hacer lo mismo. Pero para eso se requiere que haya una verdadera Alianza, no puede haber proyecto de alianza si no hay alianza; no puede haber un proyecto de futuro si los aliados ni siquiera tienen la capacidad de dialogar. Por lo tanto, esa acusación de la UDI no tiene ningún fundamento. Creo que más bien refleja una actitud interna de ellos más que algo que le puedan atribuir con honestidad a lo que ha sido la actuación de RN y, en particular, la actuación que yo he tenido frente al proyecto presidencial de Lavín.



¿Esto implica que Renovación Nacional renuncia a unas primarias?

– Creemos que las primarias no son necesarias dentro de la Alianza a pesar de las propuestas, las bravatas o las amenazas que he escuchado al vicepresidente de la UDI Jovino Novoa. Por una razón muy simple: nosotros pensamos que la mejor carta y la persona que está mejor posicionada y el que tiene la mejor opción para representar el proyecto presidencial de la Alianza por Chile es Joaquín Lavín y, por tanto, me parece absurdo que la UDI, que por una parte dice apoyar a Joaquín Lavín, esté, al mismo tiempo, metiendo problemas y poniendo piedras en el camino levantando el tema de las primarias.



¿Qué confianza de alternativa de gobierno le puede dar la Alianza a la ciudadanía si siendo sólo dos partidos no logran ponerse de acuerdo aun antes de llegar a La Moneda?

– Muy simple: la Alianza por Chile tiene dos grandes desafíos por delante. El primero es entre hoy y marzo del año 2006. Durante este período vamos a ser oposición al gobierno del Presidente Lagos, pero no queremos ser una oposición cerrada, obtusa, destructiva; todo lo contrario, queremos ser una oposición que cumpla el rol que le corresponde a una oposición inteligente y patriótica. Pero tenemos que prepararnos en forma seria, responsable, para ser un muy buen gobierno a partir de marzo de 2006. Si compartimos con la UDI que esos son los dos grandes desafíos, evidentemente que tenemos que darnos cuenta de que mientras la Alianza por Chile siga dividida, estamos dañando nuestra causa.



«Si uno levanta la vista por un momento, deja de mirarse el ombligo y mira lo que el país quiere, necesita, espera y merece de la Alianza por Chile, debiéramos comprender que ¡no hay perdón de Dios para mantener la actual situación dentro de la Alianza por un minuto más!», agrega.



«Nosotros estamos dispuestos, como lo hemos dicho en innumerables ocasiones, a hacer la cuota de esfuerzo y de trabajo que le corresponde a RN para que, a partir de ahora, se termine esta etapa y se inicie una nueva más fecunda, más promisoria, más optimista, con mayor visión de futuro. ¿Cuántas veces tenemos que proponer lo mismo? ¿Cuál es el problema, no se entiende el castellano, no llegan los mensajes? Yo le pido a la UDI una sola cosa: que responda a nuestro planteamiento con la misma seriedad y responsabilidad con que nosotros lo hemos hecho«.



Cuestión de alcaldes



En medio de la guerra de declaraciones, usted y el senador Novoa coincidieron en una propuesta para armar la plantilla municipal ¿Dónde está entonces el problema?
– Nosotros hemos planteado siempre que queremos un acuerdo electoral que sea unitario, un solo candidato a alcalde de la Alianza en cada una de las comunas del país; equitativo, que tanto la UDI como Renovación Nacional tengan el mismo derecho a llevar la misma cantidad de candidatos a concejales, para que haya igualdad de oportunidades al momento de la partida. En lo que se refiere a los alcaldes, que los de RN y la UDI postulen en comunas que tengan igual tamaño y número de electores. Porque eso también es una forma de garantizar la igualdad de oportunidades.



«Desde ese punto de vista, como hoy día los alcaldes de RN y los de la UDI están en comunas que, más o menos, representan el mismo tamaño, si hacemos una repartición equitativa de las comunas que queremos conquistar, que son aquellas que hoy día tienen alcaldes de la Concertación, vamos a lograr satisfacer plenamente los criterios que yo he planteado».



«Ahora -afirma Piñera-, el tema de los alcaldes tránsfugas es un tema menor. Nosotros hemos dicho que es muy simple, son cinco o seis casos en 341, es decir, menos del dos por ciento. Ahí le proponemos a la UDI que nos sentemos a una mesa y cada uno haga un esfuerzo de ceder posiciones. Por lo tanto, si en el 99 por ciento ya estamos de acuerdo, es absurdo y demuestra una tremenda incapacidad que no seamos capaces de sentarnos a una mesa y cerrar ese acuerdo y dejar atrás un tema que siempre divide a todas las coaliciones políticas: el temas electoral. Lo que me gustaría es ver consecuencia entre lo que planteó Novoa y lo que va a ser la actuación de la UDI en esta materia.



Aparentemente ambas posiciones no coinciden cuando usted habla de igualdad de votos y electores…

– Novoa planteó que proponía repartir las comunas que hoy día tienen alcaldes de la Concertación en partes iguales… Si a eso le agregamos que hoy día los alcaldes de RN y los de la UDI están en comunas que prácticamente representan igual tamaño electoral, significa que tenemos el 99 por ciento de las bases del acuerdo sólidas. Nos queda resolver un tema menor que son cuatro o cinco comunas, de los tránsfugas, sobre los cuales nosotros hemos planteado que queremos sentarnos a la mesa y explicar las razones por las cuales en ¡algunas! de esas comunas creemos que tenemos el mejor derecho y la UDI nos planteará sus razones de por qué cree que en otras comunas ellos tienen el mejor derecho y entre gente razonable y de buena voluntad no es posible que por cuatro o cinco comunas tengamos congelado el acuerdo en 341 comunas de Chile.

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