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Renovación Nacional resolvió efectuar elecciones internas en abril del 2004

Mientras las relaciones al interior de la Alianza por Chile continúan en stand by, a pesar del "trabajo silencioso" que estaría haciendo Joaquín Lavín para superar el conflicto, Renovación Nacional resolvió ayer realizar un nuevo proceso eleccionario para ratificar la actual directiva, encabezada por Sebastián Piñera.


Con la decisión de ayer de la mesa de RN se cerró la posibilidad de realizar un plebiscito, hecho que anoche la comisión política había refrendado por unanimidad, sobre todo para enviar una señal de unidad y evitar con ello un proceso electoral en pleno período de negociaciones de las plantillas municipales para el 2004.



No obstante, la mesa no lo aceptó y acordó finalmente un calendario para concretar las elecciones, a través de la cual se ratificará la directiva. Quedó así abierta la posibilidad de levantar una alternativa diferente a los que estén en desacuerdo con la actual dirección del partido, léase disidentes.



Así, los pasos que vienen para cerrar este capítulo son los propios de una elección ordinaria. Según se explicó a la salida de la comisión política, el 9 de enero del 2004 se convocará a elecciones y diez días después se cerrarán los padrones. La primera semana de marzo, en una fecha que aún no se ha acordado, se presentarán la /las listas y el 3 de abril se efectuará el proceso de votación.



Si Sebastián Piñera presenta la misma lista o ésta se modifica, en virtud de la disposición de los actuales integrantes a permanecer en sus cargos, es aún una incógnita que se deberá dilucidar en los próximos meses. En similar posición están los duros, ya que no existe claridad en orden a si están dispuestos a competir con los liberales que, en su mayoría, esperan que los disidentes presenten una alternativa.



Entre los cercanos a Piñera este sería el momento para medirse con la disidencia y esto lo dicen abiertamente. De hecho no faltan quienes estiman que competir es necesario, para que quede claro en el partido quiénes son mayoría. Es decir para que se sepa quienes son los que mandan, porque los que pierdan -dicen- deberán obedecer.



El plebiscito, en tanto, habría sido descartado por Piñera porque podría haber provocado demasiada abstención, lo que no hubiera sido favorable para la directiva.



Sin embargo, aunque algunos pocos duros quisieran competir y arriesgarse a levantar una lista paralela, los más están concientes de que este sector no tiene tantos seguidores como para vencer a los liberales y, lo que es peor, les podría ocurrir quedar en evidencia. Ya que si bien la disidencia mete mucho ruido a la hora de hacerle oposición a la directiva, no sería tan numerosa como pretende aparecer.



Consultado el jefe de la bancada, Pablo Galilea, sobre la posibilidad de que la oposición levante una alternativa a Piñera, se limitó a responder medio en broma, medio en serio: "el tiempo lo dirá". Lo que sí está claro que este es un tema que el sector duro del partido ha analizado y aún no encuentra una salida. La disyuntiva para los disidentes no es fácil, ya que no son muchos los que están dispuestos a hacerse cargo del partido en medio -si se puede llamarla así- de una negociación electoral con sus socios.



Eso, en el hipotético caso de que los duros ganaran. Pero incluso el sólo hecho de plantar una alternativa emblemática sería riesgoso para la integridad de algunos de los líderes del sector, que podrían ver deslucida su calidad de tal ante sus seguidores.



De allí que trascendiera que el término medio, en que estarían pensando algunos parlamentarios, es plantear que la disidencia ocupe algún cargo en la nueva directiva de Piñera para evitar los continuos desaguisados en que incurren los duros de tanto en tanto.



Ante esta posibilidad un representante liberal señaló que no le sorprendería que el tema fuera puesto sobre la mesa y que a los disidentes incluso les interesara, pero indicó que ve muy difícil que Piñera acepte tal posibilidad, descartando que el titular del partido pretenda llegar a una solución como esa para asegurar la tranquilidad interna.



Sobre todo, explica la fuente, porque con eso lo único que se lograría es que la directiva de RN tuviera dos voces. Recalca que mientras Piñera tuviera una posición, la disidencia, representada en la mesa, expresaría otra. Así no se soluciona el problema de Renovación Nacional, asegura.



Mientras tanto, tras la comisión política la directiva se reunió a cenar con los senadores del partido y éste podría ser uno de los temas abordados en el encuentro.


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