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Caso Berríos: Ministro configuró vital presunción contra Justicia Militar

La revelación se refiere a que Eugenio Berríos estuvo «retenido» en el cuartel central de la DINE. Al jefe de la «Unidad Especial», Arturo Silva, se lo presentó el entonces coronel de la Auditoría General del Ejército, Enrique Ibarra Chamorro, quien estuvo procesado en el caso Tucapel Jiménez.


Una vital presunción respecto a que la Justicia Militar operó activamente en la retención o secuestro del químico de la DINA Eugenio Berríos para que fuera sacado con destino a Uruguay -donde fue asesinado- consiguió el ministro en visita que instruye el proceso, Alejandro Madrid.



Así quedó establecido esta semana en el expediente, luego de la reconstitución de escena realizada en la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE) y en la que participó el principal encausado, el mayor (R) Arturo Silva Valdés. Éste pidió al magistrado aclarar algunas zonas grises de la investigación y aparecer, de esta manera, colaborando con la justicia. Tras esta solicitud, el ministro accedió a escuchar su versión.



Durante la diligencia, Silva relató cómo el director de Inteligencia del Ejército en 1991, el entonces general Hernán Ramírez Rurange, le pidió que sacara a Berríos de Chile. Como el mayor (R) dijo no conocerlo, su superior jerárquico le indicó que el coronel y segundo hombre de la Auditoría General del Ejército, Enrique Ibarra, "el Flaco", se lo presentaría. De acuerdo al testimonio de Silva, así ocurrió en dependencias de la DINE.



Aunque Ibarra ha negado hasta ahora la versión del mayor (R) ante el ministro Madrid, a éste le parecen creíbles los dichos de Silva, por cuanto para que la operación pudiera llevarse a cabo debió contar con la autorización de la más alta jerarquía militar de la época.



Además, desvirtúa la inverosímil versión entregada por Ramírez Rurange, en el sentido de que Berríos llegó un día a su oficina para ser sacado del país y fue recibido por el director de Inteligencia.



Ibarra fue acusado y condenado en el proceso que sustanció el ministro en visita, Sergio Muñoz, por el crimen del líder sindical Tucapel Jiménez, del cual salió absuelto debido a la aplicación de la prescripción, aunque la sentencia final aún está pendiente en la Corte Suprema.



En junio pasado, el magistrado solicitó una copia de algunos de los cuadernos del caso Tucapel, principalmente en los que se hace mención a la existencia del Departamento Cuarto. Este último era el encargado de coordinar las estrategias judiciales y de inteligencia en torno a los militares requeridos por los tribunales de justicia.



El caso Berríos comenzó en octubre de 1991 cuando el químico fue sacado de Chile a través de Argentina, para ser "depositado" en Uruguay. Esta acción fue realizada en el marco de una operación de inteligencia de largo alcance, ideada desde la más alta jerarquía castrense para evitar la acción de la Justicia en casos de derechos humanos.



Berríos vivió en Montevideo hasta casi fines de 1992, cuando fue sacado de su departamento de calle Buixareo por los agentes de la DINE encargados de vigilarlo y llevado hasta un balneario cercano a la capital, desde donde escapó. Pocas horas más tarde, fue recapturado por militares chilenos y uruguayos. Sus restos, enterrados en las dunas de la playa El Pinar, aparecieron recién en abril de 1995.



Por estos hechos el juez tiene sometidos a proceso a los ex directores de la DINE, generales (r) Hernán Ramírez Rurange y Eugenio Covarrubias; el ex coronel Arturo Silva Valdés ("El Príncipe"); el ex escolta de Pinochet, Jaime Torres Gacitúa; el ex agente de la CNI, Raúl Lillo Gutiérrez ("Manolo"), y el capitán de la DINE Pablo Rodríguez Márquez.



Exhortos a Uruguay



En tanto, el pasado jueves el ministro Madrid envió a Uruguay un exhorto a la justicia uruguaya, para que interrogue a los militares de ese país que ayudaron a mantener a Berríos, con el objetivo de que entreguen una versión un poco más acabada de los hechos que terminaron con la muerte del químico.



Los nombres de contenidos en la carta rogatoria son los siguientes:



Sonia Cassaretto Zalacaín: fue una vecina de Berríos. Veía cotidianamente a uno de los suboficiales que cuidaban al químico, como también el equipo de radio que los militares chilenos operaban en el departamento de Calle Buixareo, donde lo custodiaban.



Herbert Cano Tetti: uno de los dependientes del Hotel San Rafael de Punta del Este. Reconoce a los miembros de la comitiva de Pinochet, cuando éste -aún Comandante en Jefe- viajó a Uruguay en febrero de 1993. También estuvo presente en el asado privado que un general de apellido Alvarez le brindó al ex dictador durante el mismo viaje.



Eduardo Causi: coronel de inteligencia militar uruguaya vinculado a Sonia Cassaretto.



Javier Scinardo: militar de inteligencia argentino con grado de coronel, vinculado al Batallón 601 de la especialidad. Fue el edecán de Pinochet, cuando éste viajó a Argentina, los días 12 y 13 de noviembre de 1992.



Mario Aguerrondo: era el jefe de Inteligencia Militar Uruguaya, durante el período que Berríos estuvo escondido en ese país.



Hector Lluis: era el segundo jefe de la Inteligencia Militar Uruguaya.



José Luis Martínez: Era vecino del capitán de fragata (R) Hugo Cabrera, la persona que ayudó a Berríos cuando el 15 de noviembre de 1992 logró arrancar de sus captores y se presentó en la comisaría de Parque del Plata.



Walter García Castro: es el ex agente policial uruguayo que encontró el cuerpo de Berríos el 13 de abril de 1995, en la Playa El Pinar.



Luis Urrutia Díaz: es otro agente policial que firmó el parte del hallazgo del cuerpo de Berríos en 1995.





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Artículos anteriores:



Caso Berríos: Ministro realizó primera reconstitución de escena (24 de noviembre de 2003)



Caso Berríos: el duro careo entre ex jefe DINE y un subalterno (26 de octubre de 2003)



Exclusivo: aparece primer nombre de posible asesino de Eduardo Frei M. (9 de octubre de 2003)

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