Aunque la ejecutiva valora el trabajo de la Fundación, expresa reparos sobre algunos casos que se muestran en el evento televisivo. También, plantea que la meta y días fijados para la actividad no fueron los adecuados.
Que los casos que se presentan durante las llamadas 24 horas de amor muestren en su mayoría hechos «lastimeros», que no se destaque el trabajo de los profesionales que atienden a los niños discapacitados y que decisiones sobre la meta y los días del evento sean acordados por la Fundación sin considerar el contexto, son algunas de las críticas al sistema que realiza la directora de Extensión del Instituto Teletón, María Antonieta Blanco.
El evento estuvo en el ojo del huracán días antes de efectuarse a fines de noviembre, debido a las críticas del senador DC Jorge Lavandero, quien solicitó que se hiciera una investigación ya que podría tratarse de «un negocio muy lucrativo donde todos participan y a lo mejor la menor parte va a parar a los niños». Además, solicitó que el Servicio de Impuestos Internos informara sobre el tratamiento tributario de las empresas que aportan a la campaña y dijo que existía la presunción de que don Francisco se quedaba con el cinco por ciento de la recaudación.
La doctora Blanco trabaja desde que se formó el primer instituto de la Teletón en 1982 y conoce por completo la actividad interna. Aunque valora la labor de don Francisco y de los directivos de la Fundación en la campaña para sensibilizar a la opinión publica, sus críticas apuntan a áreas en las que se puede mejorar.
La profesional dice que una de los mayores molestias entre el personal es que en la retina pública «nunca queda claro el trabajo profesional y eso que hay un grupo de trabajo bastante grande. La gerencia valora nuestras labores, pero percibimos que no queda presente del evento Teletón. Muchas veces queda la sensación de que toda la rehabilitación fuera por magia. A la gente no se le transmite el esfuerzo y el trabajo del equipo profesional».
En Santiago existen 32 médicos y otros 70 en otras áreas profesionales. Esto representa el 50 por ciento a nivel del total de los centros a nivel del país.
«Cuando comenzó la Teletón, a los profesionales no nos agradaron la presentación de los casos un poco lastimeros. De alguna manera, me he llegado a convencer, aunque no me gusta, de que esa es la forma en que las personas se sensibilizan. Eso lo planteó don Francisco desde la primera campaña. Por eso creo que, verdaderamente, la gente llega a dar más por la emoción que por la razón», explicó.
Explicó que las personas que se atienden tienen una secuela permanente y «nuestro papel es que con esa secuela pueda integrarse en una vida relativamente normal. Hay un porcentaje pacientes que, por sus daños, es imposible pensar en que se integren, por lo que el objetivo es que las familias logren aceptar y convivir con esas personas, lo que no es fácil porque hay problemas económicos y de vivienda, entre otros».
Recalca, sin embargo, la necesidad de incorporar con más fuerza spot sobre casos «de rehabilitación más exitosos» que hay entre los pacientes.
Dice que un 65 por ciento de las personas atendidas logran insertarse en una vida relativamente normal. «Cada vez vemos más personas que se integran a universidades, por ejemplo».
Días de campaña
La Fundación, luego de la campaña, detalló el origen de los ingresos de este año, cuya meta fue de 10 mil 946 millones 288 mil 369 pesos, más de 400 millones por sobre los montos fijados. El 60 por ciento, unos $ 7.775.710.940; fueron aportes de particulares y las donaciones de las empresas auspiciadoras y el Estado sumaron $ 3.170.577.429.
«Esta fue la mejor cuenta que yo he escuchado en todos los años que estado trabajando acá», comenta la doctora. Dijo que está conforme con los aportes, pero que «en general, diría que este año quedamos un poco tristes porque no se llegó a la meta en una primera instancia, quizás porque la meta propuesta era muy alta pensando en un país que económicamente no está muy bien, pese a lo que dicen las autoridades».
Aseguró que en la época que se hizo la campaña «no era el más adecuado» porque en ese momento la mayoría de las personas no han recibido su sueldo y que «en general las donaciones son de la gente menos pudiente».
Blanco también postula que los recursos debieran concentrarse en los casos más graves. «Deberíamos atender casos más complicados, pero cubrimos casos simples que podrían derivarse a consultorios. Si sólo viéramos casos más complejos, podríamos comprar elementos más sofisticados para la recuperación como sillas eléctricas y prótesis más modernas. Hay que repartir los recursos entre mucha gente», dijo.
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