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Crudo análisis a bravatas de Lavín: «Camino propio no es viable»

Los expertos Oscar Godoy y Carlos Huneeus explicaron a El Mostrador.cl por qué la amenaza del alcalde de Santiago de independizarse de la UDI y RN para enfrentar la campaña presidencial del 2005, no es viable. Critican el liderazgo del edil y especulan sobre los efectos del caso Spiniak para su candidatura.


Las advertencias de Joaquín Lavín de desmarcarse de los partidos de la Alianza por Chile si éstos no retoman los ‘contactos’ y resuelven sus ya históricos conflictos, no ha pasado inadvertida para nadie. Tanto es así, que hasta el Presidente Ricardo Lagos expresó su opinión respecto a tan categórica decisión. La realidad es que en el mundo político desestiman que el presidenciable de la derecha pueda concretar su amenaza, aún cuando admiten que la situación que atraviesa el conglomerado no favorece las aspiraciones del alcalde.

En tanto, entre los dirigentes de Renovación Nacional y la UDI están concientes de que el congelamiento del pacto perjudica a Lavín. Sin embargo, los últimos no están dispuestos a enmendar la situación en el corto plazo.

Las declaraciones de la diputada RN Pía Guzmán -quien, indirectamente, involucró a dos senadores de la colectividad en el caso Spiniak y no da muestras de retractarse-, constituyeron un golpe certero al ‘alma’ gremialista. No obstante, la reacción del titular de RN, Sebastián Piñera, no fue todo lo drástica que sus aliados hubieran querido, convirtiéndose en el principal escollo para superar las diferencias entre los socios.

Frente a este escenario no es extraño que el candidato haya perdido la paciencia. Pero destacados analistas políticos coinciden en que no es viable que Lavín pueda concretar su advertencia y estiman que el ultimátum enviado a sus partidos se quedará sólo en eso. A pesar de las presiones que los samuráis estarían ejerciendo sobre el alcalde para que se resuelva definitivamente por el camino propio.

«Lavín no ejerce liderazgo»

Para el analista del Centro de Estudios Públicos (CEP) Oscar Godoy la crisis que atraviesa la Alianza por Chile, lejos de estar ligada a querellas de tipo personal se debe a un problema mucho más de fondo, que se traduce en diferencias doctrinales.

«Si uno retrocede al origen de la UDI, hay que recordar que se segrega de Renovación Nacional, justamente, por ser un núcleo muy articulado en torno a Jaime Guzmán, en torno a la doctrina conservadora y en torno a la lealtad al régimen militar. Entonces, por un lado, hay un partido muy coherente, articulado y disciplinado. Por otro lado, uno que tiene graves inconsistencias, contradicciones internas, en el cual hay cotas muy bajas de lealtad y de disciplina y no hay procedimientos que diriman las diferencias internas», explicó el experto.

De allí que para Godoy sea tan difícil la convivencia entre ambas colectividades y le reste importancia al último evento que, a su juicio, sólo profundizó la crisis de la Alianza. En este sentido, explicó que el caso Spiniak ha dejado en evidencia las vulnerabilidades del pacto opositor en sí mismo, ya que «no tiene normas por las cuales se rija la conducta de sus miembros. No tiene una columna vertebral de ideas bien formuladas y, en tercer lugar, carece de un proyecto de gobierno que ofrecerle al país. Es una asociación de intereses electorales, punto».

Por otra parte, enfatizó que el conglomerado tampoco tiene liderazgo, aún cuando «se dice de Joaquín Lavín que es el líder natural de la Alianza, pero la verdad es que Lavín no ejerce liderazgo». Esto porque, según Oscar Godoy, el ejercicio del «liderazgo democrático» conlleva un principio fundamental que es el de la «publicidad», «eso es lo que Lavín parece obviar, o ignorar o eludir», quedando esto de manifiesto en la forma errática en que se ha manejado respecto del conflicto que afecta a la Alianza por Chile.

Por otra parte, añadió el experto del CEP, «estos últimos días he visto que él (Lavín) ha decidido que su liderazgo consiste no en dirigir una política incluyente de sus partidos, sino que ha decidido una táctica de amenazarlos con la exclusión, lo cual a mí me parece una muy mala táctica».

Añadió que «eso significa que no hay una gran estrategia que se está desplegando con el fin de obtener la Presidencia de la República y eso da la sensación de algo caótico, una derecha muy caótica. Es decir, no hay institución, la derecha no es una institución, su líder no ejerce el liderazgo verdaderamente transparente. Su liderazgo no consiste en orientar, sino en amenazar con exclusión. Entonces, no solamente los dos partidos que constituyen a la Alianza están mal, sino que la Alianza misma está mal y su candidato está mal».

Ante este panorama, advirtió que las amenazas del alcalde de desmarcarse de los partidos que los apoyan pueden influir en su campaña presidencial, pero admitió que aún es muy pronto para predecir cuan largo será el efecto de esta estrategia, por lo que es difícil aseverar si sería decisiva para perder, nuevamente, su candidatura el 2005. Sin embargo, Godoy se atrevió a aventurar que «si las elecciones fueran el próximo sábado, lo que está ocurriendo, no permite que Lavín gane».

El analista fundamentó su opinión en que la diferencia de votos entre la derecha y la Concertación es de alrededor de un 44 a un 46 por ciento, con sólo un dos por ciento de distancia, y que en consecuencia es el electorado «volátil» -que se decide a última hora- el que define una elección. De allí que según su argumentación «la volatilidad de ese electorado es tal que se puede ir a uno u otro lado u ondear fácilmente. Entonces, si el candidato está mal en este momento, el diferencial de unos pocos votos lo liquida».

En este contexto, la amenaza de Lavín de optar por el camino propio «no tiene ninguna viabilidad, por eso es una mala táctica», aseguró Godoy, añadiendo que con esta estrategia el alcalde no sólo vuelve a sus orígenes, cuando se autoproclamaba independiente y criticaba a los partidos políticos, sino que además echa por tierra el trabajo de la UDI de «construir un esquema de gobernabilidad, absolutamente imprescindible» y en el cual no se puede eludir a los partidos. Así la advertencia del edil «es pura retórica, es una bravuconada simplemente».

Por lo cual Oscar Godoy concluye que si Lavín «quiere ganar la elección presidencial requiere el concurso fuerte de los partidos y requiere una base parlamentaria importante (…), él necesita como algo imprescindible a los partidos. Es falso que pueda prescindir de ellos».

Además recalcó que alejarse, a estas alturas, de los partidos no le traerá buenos dividendos, porque «la gente ya hizo el cruce» entre la Alianza por Chile y la figura del alcalde, «es muy difícil que (la opinión pública) separe las dos cosas. A mi juicio él va a pagar un costo por la conducta de los partidos y va a pagar un costo porque ya llevamos tres años y medio conociendo a Lavín. Hemos ido adquiriendo conocimientos acerca de Lavín y ese saber acerca de Lavín nos revela muchas vulnerabilidades, muchas debilidades».

«Yo lo sintetizo en que él tiene grandes habilidades para disponer bien las cosas -que es el cosismo del cual se le acusa-, disponer las cosas en forma eficiente y, por otro lado, grandes dificultades para liderar personas, un liderazgo político es una conducción, una orientación de personas», subrayó Godoy.

El desmarque de Lavín es el fin de la UDI

Por su parte, el director ejecutivo del Centro de Estudios de la Realidad Contemporánea (CERC), Carlos Huneeus, manifestó que aunque aún no está en condiciones de evaluar cuan perjudicial será el caso Spiniak para la campaña de Joaquín Lavín, sí lo está para sostener que «va a haber una UDI antes y una UDI después del caso Spiniak Antes del Caso Spiniak, una UDI madura, después un partido menos maduro, con menos capacidad política.»

Por lo que desde su punto de vista «sería interesante preguntarle a la gente de elite de derecha, que está cerca de la UDI, los dirigentes empresariales, personas de ese sector, qué sienten respecto a su partido. Yo creo que van a sentir desencanto, desilusión».

Respecto a la posibilidad de que Joaquín Lavín cumpla su amenaza de tomar el camino propio y alejarse de los partidos de la Alianza por Chile, para postular a la Presidencia de la República como independiente, Huneeus coincidió con Oscar Godoy, señalando que eso significaría «desarmar el camino de la UDI, hecho en los últimos años, que fue construir un partido para que fuera el sustento de un gobierno, que es la evolución normal en la democracia. Querría decir que con el caso Spiniak eso se abortó».

Para Huneeus en la advertencia de Lavín a los partidos de derecha se pueden observar varios aspectos simultáneamente:»una presión a los partidos para que se pongan de acuerdo, una notificación. Un paso natural de él y su círculo de amigos más cercanos. El reconocimiento del difícil momento que tiene la UDI, que está paralizada».

Por último, al ser consultado respecto a si en realidad es posible que Joaquín Lavín se desmarque de la Alianza por Chile para asegurarse el triunfo presidencial, Huneeus fue categórico es sostener que «no lo puede hacer porque es facilitar el final de la UDI».

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