Con la industria como llave del desarrollo, China superó sus metas de crecimiento para 2003. Un aumento del 26 por ciento para la empresa no estatal, y una mayor recaudación fiscal del 21 por ciento, la convierten en la segunda locomotora económica del planeta. Algunos países emergentes, como Argentina, ya se han instalado en Pekín.
Refiriéndose a los resultados de la política de modernización en marcha en China, el analista italiano Giulietto Chiesa afirma -en su ensayo La guerra infinita– que es el único Estado en el mundo que puede tomar decisiones y mantener su independencia ante la creciente influencia y poder global de Estados Unidos.
A la luz de los progresos realizados por la ahora segunda locomotora económica del mundo no caben dudas de que la opinión del estudioso es correcta, sobre todo desde que el sector no estatal de su economía comenzó a jugar fuerte en el esquema de la mundialización de los procesos productivos, de distribución y comercio internacionales.
Informó la agencia estatal Xinhua que para el presente año -aun considerando el complicado y a veces contradictorio estado de la situación económica mundial- China ha superado las pruebas y conseguido mejores resultados que los previstos. El crecimiento económico chino interesa a los principales referentes de la economía planetaria, y a los llamados países emergentes, entre ellos en especial a Chile -integrante del área económica de Asia y el Pacífico- y al Mercosur, que busca enriquecer el intercambio con esa parte del mundo. Dos empresas argentinas, por ejemplo, se aprestan a producir vinos en viñedos chinos y algunos de sus ejecutivos se han instalado en Pekín.
Qiu Xiaohua, de la oficina de Estadísticas de la RPCh, expresó durante la reunión celebrada en Zengzou a fines de noviembre, que son cuatro las nuevas características del desarrollo económico que tiene lugar en su país. En primer lugar la promoción, por parte del sector no estatal, del crecimiento económico por la inversión, que representa en la actualidad un 64 por ciento de la misma.
En segundo término el subdirector del aparato estatal de Estadísticas destacó la función predominante de la industria comparada con la agricultura, que padeció a lo largo del año que termina los efectos de las variaciones climáticas, y el sector de servicios, que fue afectado por la epidemia de SARS a mediados de 2003. Las industrias mayores se desarrollaron a un ritmo del 16,7 por ciento entre enero y octubre, estimándose que la tasa de crecimiento no disminuirá en los próximos meses. Un 65 por ciento del crecimiento de 8,5 por ciento experimentado por la RPCh se debe al empuje industrial.
Como tercera característica se anota el aumento de la rentabilidad económica, producto de la inversión en equipamiento material y educación de la masa laboral. El aumento de la rentabilidad se tradujo en mayores ingresos fiscales, más beneficios para el empresariado y un notable aumento de sueldos y salarios. En los primeros diez meses del año los empresarios aumentaron sus ganancias en un 26 por ciento y el Fisco lo hizo en un 21%.
Finalmente debe tomarse en cuenta que el peligro deflacionario ha sido neutralizado en gran parte; los precios experimentan un aumento moderado estable y los índice mejoran, demostrando así una mejoría de la actividad en el plano de la microeconomía y la oferta y demanda sociales. China no es lo suficientemente fuerte aun para constituirse en antagonista frente al dominio de EEUU, pero -siguiendo el razonamiento de Chiesa- es lo suficientemente poderosa como para no ser agredida por la potencia mundial. Los futurólogos estadounidenses estiman que para 2020 la RPCh será su rival natural en el orden mundial que Wáshington teje desde la caída de la URSS.
Como causas del crecimiento sostenido que experimenta China, comparado con las dificultades de la economía occidental (aún considerando el más de ocho por ciento de crecimiento experimentado por EEUU en la medición correspondiente a octubre-noviembre), el análisis de la administración de Estadísticas señala: una política fiscal activa y una política monetaria prudente, orientadas al estímulo de la demanda interna. Por otra parte, su incorporación a la OMC significó la apertura de un nuevo espacio para el desarrollo de la economía del país, mientras que el reajuste estructural significó el surgimiento de nuevos campos para el crecimiento económico.
La RPCh, sin embargo, no es un ente autárquico respecto de la marcha de la economía internacional, cuyo su mejoramiento contribuirá a mejorar aun más su posición en el comercio mundial.
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