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Chile intenta frenar «aires multilateralistas»

Mientras algunos ven en el ofrecimiento que el presidente mexicano hizo el sábado una amenaza que lograría instalar el conflicto marítimo en los escenarios internacionales, a juicio del analista internacional, Guillermo Holtzmann, es sólo una manera de calmar la situación interna del país altiplánico y darle tiempo para que reanude el diálogo con Chile.


La ministra de Relaciones Exteriores, Soledad Alvear, desestimó categóricamente el anuncio que hizo el sábado el presidente mexicano, Vicente Fox, sobre actuar como mediador en la demanda marítima que Bolivia sostiene con Chile.

La canciller, que ayer reiteró su negativa al ofrecimiento, insistió en que "el conflicto con Bolivia es un asunto bilateral y cualquier intervención de terceros requiere la voluntad de ambas partes", con lo que reafirmó la postura que el Presidente Lagos adoptó en la Cumbre de Las Américas. Agregó que "el trabajo entre ambos países ha sido permanente respecto de lo que es la temática internacional".



Aunque la oferta de Fox ha sido catalogada como un "traspié" en la política exterior chilena, pues la Cancillería no habría podido convencer a los países de que el tema de la mediterraneidad de Bolivia es un asunto bilateral con Chile, el analista internacional Guillermo Holtzmann asegura que "el que México quiera lograr un acercamiento entre Chile y Bolivia, para que reanuden el diálogo, no quiere decir que apoye la demanda marítima".



Holtzmann sostiene que la visión que tiene la comunidad internacional respecto de la demanda boliviana es muy distinta a la que tiene Chile. La visión externa, se sustenta en la crisis social que vive Bolivia y en su dificultad para construir una democracia estable, mientras que para los ojos chilenos el asunto se trata desde la óptica de los tratados suscritos y el respeto al derecho internacional.



Estabilidad boliviana



Según Holtzmann, el que México se haya mostrado dispuesto a actuar como mediador en el conflicto, no debería interpretarse como una amenaza para el Gobierno chileno. Esto, agregó, porque "a medida que pase el tiempo todos los países dirán algo respecto del tema porque es necesario, para la estabilidad de la región, que Bolivia pueda construir una democracia estable".



"Después de Sánchez de Lozada, a Bolivia le ha sido imposible construir una democracia estable en el tiempo. La reivindicación marítima es lo único que ha logrado unir a todo el pueblo y, si se logra acercar a ambos países (Chile y Bolivia), para que reestablezcan el diálogo, se les daría una oportunidad para lograr la estabilidad social y un gobierno democrático sólido", agregó el analista.



Por lo mismo, Holtzmann sostiene que el hecho de que otros países, tanto latinoamericanos como europeos se pronuncien sobre la demanda marítima, es una manera de calmar la situación interna de Bolivia y ganar tiempo para que los gobiernos de Ricardo Lagos y Carlos Mesa puedan entablar un diálogo con miras a resolver el conflicto.



Sin embargo, el presidente de la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, Edgardo Riveros, difiere completamente de la opinión de Holtzmann. Asegura que "cualquier intento de mediación está fuera de lugar, porque para ello es necesario el acuerdo de ambas partes y la existencia de un conflicto real. Chile no tiene problemas pendientes con Bolivia, de acuerdo con los tratados suscritos en el pasado".



Chile: bilateralidad sí o sí



Riveros es enfático al sostener que la tesis de la bilateralidad mantenida por el Gobierno está cimentada en bases sólidas y que "no es bueno hacer de las opiniones personales (las de Holtzmann) argumentos contundentes para debilitar la postura de Chile, que es la correcta".



En tanto, el presidente de la comisión de Relaciones Exteriores del Senado, Ricardo Núñez, coincidió con Riveros al sostener que "el carácter bilateral de este tema es indiscutible y, por lo mismo, Chile se basará en los tratados suscritos y en el derecho internacional para solucionar aquello que Bolivia considera un tema pendiente".



El senador Núñez cree que "es posible que otros países expresen públicamente su opinión respecto de la mediterraneidad de Bolivia, pero eso no implica que ellos puedan intervenir en las decisiones que tome el Gobierno".



Agregó que "el Gobierno siempre ha estado abierto al diálogo y la mejor prueba de ello es el ofrecimiento de reponer las relaciones diplomáticas con Bolivia, proposición que el presidente Mesa descartó".



Nuevo conflicto



Pero el argumento de la bilateralidad cada vez parece desvanecerse con más fuerza a nivel internacional. De hecho, la semana pasada el diario que edita el Vaticano, L’Osservatore Romano, publicó un artículo en el que se detalla la postura de Bolivia con respecto a su reivindicación marítima.



El artículo fue interpretado por fuentes de Cancillería como un solapado respaldo a la causa boliviana. Esto alarmó al Gobierno porque podría dar pie para que la comunidad europea interceda a favor de Bolivia lo que instalaría, definitivamente, el conflicto en un escenario multilateral. Que es lo que Chile a tratado de evitar a toda costa.



A pesar de lo anterior, el Gobierno tiene claro que tendrá que seguir firme en su discurso de la bilateralidad del conflicto ya que Bolivia insistirá en involucrar a todos los países que le sea posible en su demanda. Para ello, debería utilizar las cumbres que se aproximan como la del Grupo de Río, en mayo, o la reunión de la OEA que se realizará en la ciudad de Quito en junio próximo.



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