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Músicos pito en mano en la lucha por liberalizar la marihuana

Bandas musicales de los más diversos estilos han reconocido su relación con las drogas e incluso luchado por la legalización del caño. Así, la historia musical contemporánea está llena de anécdotas de artistas, tanto nacionales como extranjeros, que fuman porque les gusta y que han emprendido acciones para despenalizar el consumo del cannabis.


Las acciones de músicos en pro de la legalización de sustancias prohibidas abundan en todas las épocas y lugares del mundo, siendo la marihuana la droga más reivindicada. Ellos escriben letras, consumen en público, construyen discursos y utilizan espacios de todo tipo para difundir sus proclamas. La de Quique Neira, ex vocalista del grupo Gondwana, y el huiro que se fumó durante un concierto el fin de semana pasado, fue sólo una acción más en esa larga lista. De hecho, fue una acción más para el propio cantante, que ya había arengado ante la Quinta Vergara "el mundo necesita fumar la pipa de la paz".



En lo que respecta a uso de marihuana en la creación musical, lo más cercano en la historia contemporánea se encuentra en el jazz de la década del veinte. Luego, en los movimientos contraculturales de la década de los sesenta, como la psicodelia británica o el hippismo californiano. Ahí están también The Beatles, cuyos integrantes se fumaron un pito en el Palacio de Buckingham antes recibir la Orden del Imperio Británico. La reina entregó la condecoración a cuatro jóvenes completamente volados.



Festivales como Woodstock marcaron un hito en la historia gracias a la cantidad de bandas que asistieron y a su fin político ("paz y amor") en un contexto de "sexo, drogas y rock & roll". En el evento de 1969 la música quedó en un plano inferior, pero los artistas que confluyeron ayudaron a la liberalización de las conductas y a legitimar el consumo entre los jóvenes. Joplin, Hendrix y Morrison consumieron sustancias alucinógenas y murieron en eso, pero su producción musical fue de alta calidad y sus discos se siguen vendiendo hasta hoy.



Ya en los setenta, Paul McCartney aprovechó una singular ocasión para abogar por la legalización de la marihuana: la policía allanó su casa y encontró plantas de cannabis. El cantante se excusó diciendo que había sido un regalo de un fan y, según él, la necesidad de liberalizar la droga quedaba clara en ese gesto. Fue condenado por la justicia británica a pagar 100 libras.



Pero no sólo músicos ya reconocidos internacionalmente por su calidad han defendido la yerba. Más actual, Andrés Calamaro, líder de la desaparecida banda argentina Los Rodríguez, es conocido por su afinidad a las campañas a favor de la legalización de la marihuana. En 1994 fue sometido a juicio por la defensa acérrima que hacía al cannabis.



En Argentina el hecho se recuerda como una anécdota, a pesar de que adquirió ribetes de debate nacional. Tras él, Calamaro se hizo merecedor del apodo "comandante porrito".



B-Real, una de las voces más reconocibles del mundo del hip-hop, debió suspender un concierto en Hawai debido a que se le olvidó la letra de sus canciones por volarse con marihuana.



En los últimos años, incluso cantantes populares se han sumado a la campaña que ya a estas alturas parece histórica. Ahí está El General, con su "alza la mano si te gusta marihuana". Laura Pausini, la cantante italiana, respondió a políticos que criticaron a los músicos por sus vínculos con la marihuana y los calificaron de mal ejemplo para la juventud, diciendo: "legalizar no es una blasfemia, significa poner fin a la extensión incontrolada y desmandada de drogas".



Para ellos, sin embargo, la cannabis no significa lo mismo que para Quique Neira. El ex líder de Gondwana es un seguidor de la cultura Rastafari para la cual el cannabis es una planta santa y fumarla un acto positivo hacia el creador, es realzar el poder de la meditación y revelar la presencia divina que habita dentro de todos.



Jah Rastafar, o Dios Viviente, creó la marihuana para que sanara a la gente, revelara los caminos y la gente lo adorara. Sin embargo, no todos los rasta están obligados a fumar ganja.



Fumar yerba es visto como algo importante porque cada vez que se hace el todopoderoso se hace presente, por lo mismo, hay que nombrarlo o pensar en él, con el fin de lograr la conexión consciente y elevar el poder la ganja.



Tal vez por su exposición más masiva y por el rescate que hacen los medios de comunicación es de la relación entre la música y la droga de lo que más se habla. Incluso se han escrito libros sobre el tema, siendo uno de los más reconocidos Waiting for the man, the story of drugs and popular music, del antropólogo Harry Shapiro.



La publicación española Cañamo -"la revista de la cultura del cannabis", según su slogan- ha publicado diversos artículos relativos al uso de alucinógenos para la creación e interpretación musical. Según ahí se explica, "bajo los efectos de la marihuana se oye mejor la música, se perciben con más claridad los matices, el colorido tonal y los pequeños detalles sonoros que anteriormente habían pasado desapercibidos para el creador adquieren mayor relevancia y pasan a primer plano".



Cogollos, hojas y carátulas chilenas



En Chile son muchas las bandas con un discurso público liberal respecto del consumo de la marihuana, la droga más consumida en el país, y su legalización.



Francisco Martínez, manager de los hip hoperos Tiro de Gracia, dice: "Todos saben que fumamos, pero eso no afecta el rendimiento musical. El consumo no tiene nada que ver con el proceso creativo, sino con un contacto más personal con uno mismo". En la carátula de su última producción, Patrón del Vicio, el grupo incluso puso la imagen de dos cogollos como una manera de hacer más pública su postura y con ello hacer ver que están a favor de su legalización.



"La imagen de los cogollos es una forma de liberar todo lo que somos. Nosotros no tenemos nada que ocultar, todos saben que estamos por la legalización y si se hace un concierto con ese fin, nosotros vamos a estar presentes", comenta Martínez. Aclara, sin embargo, que no es la idea del grupo hacer apologías del tema en sus conciertos.



The Ganjas, banda nacional que mezcla el reggae con otros estilos, asume también su condición fumadora. De hecho, su nombre es sinónimo de pito y el único disco incorpora una hoja de cannabis en la carátula. Aldo, el baterista, explica: "fumamos, pero no lo hacemos como un ritual para componer nuestras canciones. Fumamos porque nos gusta, nos relaja y nos ayuda a volver a centrarnos en nosotros mismos".



La banda reconoce en las drogas naturales un poder especial para la conexión con el lo interno y la relajación. Según Samuel, el guitarrista, "la marihuana te relaja, sobre todo en esta cuidad que vive tan rápido, donde la gente trabaja de manera inhumana. Uno necesita tiempo libre, paz, ocio y tal vez las drogas son una manera de invertir en uno mismo para conseguir la tranquilidad que se necesita".



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