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Graves cuestionamientos contra cónsul de Chile en Venezuela

En círculos diplomáticos venezolanos se cuestiona el pasado del cónsul de Chile en Caracas, sobre quien pesa una querella por denegación de justicia en el caso de la muerte del ex edecán naval de Allende, Arturo Araya Peeters. A la vez, en el ministerio de Relaciones Exteriores de nuestro país, quienes lo conocen, cuestionan su idoneidad para el cargo.


El deterioro de las relaciones diplomáticas entre Chile y Venezuela, al parecer, no se detendrá con el regreso del embajador Fabio Vió a Caracas.



Desde el mes de enero, en círculos diplomáticos venezolanos, existe molestia por las vinculaciones que el Cónsul General de Chile en ese país, Jorge Garretón Iturra, pudo tener con la ex Dirección de Inteligencia Nacional (DINA).



Este abogado, actual militante DC y ex oficial de marina, llegó a Caracas el 12 de junio de 2002, siendo ésta su primera designación diplomática en el extranjero, desde que ingresó al servicio exterior, después del golpe militar.



La información que lo vincula a los servicios secretos, fue publicada por algunos medios de prensa proclives al Presidente Hugo Chavéz y enviada a algunos funcionarios del ministerio de Relaciones Exteriores de nuestro país. A pesar de esto, no se le ha dado mayor relevancia, ni ha causado mayor revuelo.



En Chile, en tanto, el cónsul está siendo investigado por el 17° del Crimen de Santiago, luego que los hijos del ex edecán naval de Salvador Allende, capitán Arturo Araya Peeters, interpusiera una querella en contra de Garretón y de otros tres funcionarios de la armada por "denegación de justicia".



El actual funcionario diplomático, fue secretario del Tribunal Naval, que llevó la causa por el asesinato del edecán a manos de un grupo de ultraderecha. Todos los inculpados, a pesar de que reconocieron y se sentían orgullosos de su participación en el crimen, fueron absueltos y la causa quedó caratulada como "maltrato de obra a personal de las fuerzas armadas".



Los hijos de Araya Peters no tenían idea que el ex oficial de la Armada prestaba servicios diplomáticos para el Estado de Chile, e ignoran si ha declarado por oficio, debido a que el caso está bajo secreto de sumario.



Primera acusación en la prensa



La primera información de prensa sobre los cuestionamientos al cónsul aparecieron en la página 17 del diario "Vea", en el artículo titulado "Cónsul chileno miembro de la gestapo de Pinochet", y que en su parte principal dice:



«Se ha conocido en medios diplomáticos y de círculos de chilenos que viven en Caracas, que el actual cónsul de Chile en Venezuela, Jorge Esteban Garretón Iturra, fue miembro de la DINA de Pinochet, el organismo policial y de inteligencia famoso por haber torturado a miles de chilenos y de desaparecer personas. De acuerdo a informaciones sobre el particular, se vincula a Garretón Iturra con la delación de personas y con haber participado en actos de tortura a detenidos».



El diario es dirigido por Guillermo García Ponce quién es «jefe del Comando Político de la Revolución Bolivariana, agrupación de los partidos que apoyan al gobierno del presidente Hugo Chávez».





Estadía conflictiva en Cancillería



Desde que Garretón ingresa al ministerio de Relaciones Exteriores, en la década de los 70′, su estadía no ha estado exenta de polémica.



Pertenece a la generación conocida despectivamente en el Ministerio, como los ventaneros, es decir, funcionarios que entre 1974 y 1975 ingresaron al servicio gracias a la llegada de la dictadura, por lo que pudieron optar a grados altos en el escalafón diplomático sin necesidad de trayectoria y, en general, provenían de las distintas fiscalías de las ramas de las Fuerzas Armadas.

Este abogado de profesión, llegó desde la fiscalía naval de Valparaíso y nunca tuvo buenas relaciones con sus compañeros de labores en relaciones exteriores. Según recuerdan, cuando estuvo en Santiago vivía solo en un hotel y no se le conocía familia. El mismo estilo de vida llevaría en Venezuela.



Pero su soledad no era el mayor problema. Según la opinión de un miembro del ministerio, tendría "sus facultades mentales perturbadas, lo que no es un decir (…) No debería estar en Caracas, sino en un hospital siquiátrico".



Extrañamente y a pesar de ser un funcionario de carrera, nunca quiso salir de Chile. Nadie sabe muy bien por qué. Por este motivo fue destinado por cinco años en comisión de servicio fuera de la Cancillería, porque nadie lo quería dentro.



A pesar de todos estos antecedentes, nunca se ha cuestionado su continuidad en el ministerio, debido a que opera una "suerte de impunidad", la misma que se ha dado en casos de otros funcionarios vinculados a los casos Letelier y Prats.



El molesto factor DC



Al margen de estos antecedentes y desconociendo la querella que existe en Chile por «denegación de justicia», en medios diplomáticos se ha cuestionado severamente el rol que ha jugado el partido de la falange en la política interna venezolana.



En lo fundamental, dicen que "la canciller chilena, Soledad Alvear, que también es demócratacristiana y esposa del Presidente de la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA), Gutenberg Martínez, están igualmente cuestionados por los otros miembros de la coalición chilena. La ODCA se ha reunido en varias oportunidades en Caracas con los sectores más fuertemente opositores al gobierno del Presidente Chávez, comprometiendo la independencia de la política exterior chilena"



Finalmente señalan que "sectores empresariales venezolanos han reiterado a medios locales que la designación de una alta figura política, ajena a las controversias internas de la Democracia Cristiana de Chile, podría ser el inicio de conversaciones orientadas a mejorar las relaciones, especialmente económicas, de ambos países. Para dichos sectores, el regreso del actual Embajador Vío sería negativo para dichos propósitos".



Sin embargo, Vió ya está en Caracas.

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