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Piñera deja presidencia RN y se alza como el derrotado de la Alianza

Reconociendo la falta de apoyo parlamentario y acusando »poca reciprocidad» de Joaquín Lavín con el partido, Sebastián Piñera dejó la colectividad. A partir de ahora, RN podría iniciar un cruento proceso de decadencia, pues quedó claro que las bases no se sienten representadas por sus propios parlamentarios.


Tras la Comisión Política extraordinaria de anoche, se comenzó a escribir un nuevo capítulo en la accidentada historia de Renovación Nacional. Luego de la presión ejercida por el líder de la derecha, Joaquín Lavín, y el ex timonel de la colectividad, Andrés Allamand, Sebastián Piñera presentó su renuncia indeclinable ante el organismo, dejando paso a una inesperada lucha entre parlamentarios disidentes y dirigentes de base que no se conforman con la salida del ex timonel y ponen en duda la candidatura del alcalde de Santiago para Presidente.



A esto se suma, la confrontación que surgió ayer entre las bases que apoyaban a Piñera y los parlamentarios disidentes. El descontento de «quienes trabajamos por ellos» era notorio e incluso en más de un momento los militantes acusaron a sus legisladores de venderse a la UDI.



La directiva, lejos de poner la decisión en manos de la Comisión Política, como se esperaba, renunció de plano a continuar dirigiendo el proyecto del partido. La determinación tomó por sorpresa a los integrantes del organismo, que de manera unánime instó a la mesa a continuar a cargo de RN. Por ahora, será el secretario general, Renato Sepúlveda, quien quedará como "administrador" interino, asumiendo la responsabilidad del proceso eleccionario interno, que culmina el 17 de abril.



La instancia también rechazó los procedimientos utilizados por Lavín y Allamand para conseguir la renuncia de Piñera e hizo un reconocimiento a sus tres años de gestión. Pese a todo, el ahora renunciado timonel no aceptó bajo ningún argumento continuar en la dirección del partido ni presentar una lista para la repostulación.



Piñera argumenta dignidad



Después de la reunión, Sebastián Piñera, notoriamente devastado por los hechos, admitió que la resolución adoptada por la mesa tuvo su génesis en el hecho de que, pese a contar con el apoyo de las bases, no ocurrió lo mismo con los parlamentarios; que, dicho sea de paso, con el transcurrir de los días fueron engrosando el grupo de los disidentes. No obstante, el dirigente expresó su anhelo de que la decisión adoptada por la directiva "permita que vengan tiempos mejores para Renovación Nacional y para la Alianza por Chile".



Por otra parte, el ex dirigente destacó que la renuncia a su cargo pasó por un tema de dignidad, ya que "sentimos, como directiva, que llegamos a un callejón sin salida. Si defendíamos la dignidad se nos acusaría de atentar contra la unidad de la Alianza -como dijo ayer el senador (Sergio) Romero- y si defendíamos la unidad de la Alianza se nos acusaría de vender la dignidad".



Si bien, a primera hora de la mañana, Piñera invitó públicamente a Lavín a asistir a la Comisión Política, a explicar las razones que lo llevaron a tomar la decisión de intervenir el partido, el alcalde rechazó de plano asistir al encuentro y, según trascendió, le reiteró al ex timonel la exigencia de que en un gesto de solidaridad renunciara a su cargo. Lavín también argumentó que sólo aceptaría reunirse con Piñera en forma privada para que tras el encuentro, el dirigente anunciara su renuncia, a lo que el empresario se opuso.



Aunque finalmente Piñera decidió hacerse a un lado de la conducción de RN, el renunciado presidente insistió durante el día en criticar el actuar de Lavín y en reclamar la poca reciprocidad del jefe comunal con el partido.



Sólo como ejemplo, Sebastián Piñera comentó que fue su mujer quien le comentó sobre la petición de Joaquín Lavín para que dejara el cargo -de la que se habría enterado a través de los medios de comunicación-, a diferencia de Pablo Longueira que reconoció haber hablado con el presidenciable, en varias oportunidades, antes de que éste hiciera pública la petición.



Sebastián Piñera se mostró afectado por la "dolorosa" definición a la que se vio arrastrado por Lavín y Allamand -aunque no quiso referirse a la cuota de responsabilidad que le cupo al ex presidente del partido, en estos hechos, sí mostró su malestar- y concluyó sus palabras ante la prensa asegurando que «he sabido que la política era dura, ruda, pero nunca supe que era tan sucia. Y lo que hemos visto en el último tiempo es algo realmente que repugna la conciencia».



En tanto, los principales operadores de la disidencia, el diputado Alberto Cardemil y el senador Sergio Romero, no concurrieron a la cita de ayer, a pesar de que desde el Congreso llamaron a Piñera a renunciar.



Presidente se busca



La jornada no fue nada tranquila ni para Piñera ni para el grupo de disidentes que, en el Congreso, se reunía para intentar encontrar un reemplazante para el ahora ex presidente. La certeza acerca de que el único capaz de asumir el cargo, pues genera el consenso necesario para ello, continuaba siendo el senador Alberto Espina.



Sin embargo, el parlamentario decidió salir al paso de las especulaciones y de la desafortunada intervención de Sergio Romero -quien prácticamente lo proclamó aún cuando no se tenía la seguridad de que Piñera renunciaría-, asegurando que no será presidente de Renovación Nacional, pues, como ya ha dicho en demasiadas oportunidades, las obligaciones de su trabajo legislativo se lo impiden.



Así, durante el día comenzaron a surgir un sinnúmero de inciertas alternativas, entre las que se mencionaba al alcalde de Vitacura, Raúl Torrealba, como un eventual candidato para suceder a Piñera. Una de las combinaciones sobre las que se especuló, contemplaba al edil, acompañado por los senadores Espina y Baldo Prokurica, y los diputados Pablo Galilea y Lily Pérez. Sin embargo, el jefe de la bancada de RN aseguró que la disidencia aún no tiene una lista para postular a la dirección del partido y le restó asidero a tales rumores.



Toma en RN



Mientras la Comisión Política sesionaba, en las dependencias exteriores del partido cerca de una centenar de dirigentes de base protestaban, rechazando la renuncia de Sebastián Piñera. Los ánimos se fueron caldeando, a tal punto que los manifestantes se tomaron la sede e incluso, cinco de ellos, se encadenaron a una de las puertas de ingreso al auditorio.



Los parlamentarios más afectados por la ira de los adherentes de Piñera resultaron ser la diputada Lily Pérez, quien debió ingresar al partido en medio de consignas tales como "¡Lily, entiende, RN no se vende!». La experiencia del diputado Nicolás Monckberg no fue menos desastrosa, ya que los manifestantes no sólo mostraron su molestia por el accionar del parlamentario, sino que además le lanzaron monedas.



Pero la molestia de las bases también iba dirigida a Joaquín Lavín. De hecho, no fueron pocos los manifestantes que advirtieron que después de la actuación «antidemocrática» del jefe comunal, no estarían dispuestos a trabajar por su candidatura presidencial.



En tanto, tras el anuncio oficial de la renuncia de Piñera, un grupo de dirigentes regionales, encabezados por Hernán Calderón, anunció que se inició la recolección de firmas para autoconvocar al Consejo General para el 20 de marzo, para lo cual requieren del respaldo del 50 por ciento más uno de los consejeros.



Esta decisión surgió debido a que la Comisión Política determinó no convocar al organismo, para evitar -según explican algunos participantes del encuentro- tensionar aún más las ya deterioradas relaciones internas.



Longueira tiene sucesor



Mientras tanto, en la UDI el sentimiento de dolor por la salida de Longueira no es menor que el producido en RN, por la renuncia de Piñera. La forma utilizada por Lavín para evitar que el timonel gremialista se repostule, también generó descontento en la colectividad. No faltó quien advirtiera que éste es el último "sacrificio" que hace el partido para salvar a la Alianza y la candidatura del presidenciable.



No obstante, a diferencia de lo que ocurre en RN, en la UDI no tienen problemas para encontrar un sucesor para Longueira. Si bien hasta el lunes en la UDI se especulaba que el senador Juan Antonio Coloma asumiría la presidencia del partido, en el caso de que Pablo Longueira decidiera no repostular a dirigir la colectividad; lo cierto es que el hecho de que el timonel gremialista se viera forzado a bajar su respostulación, cambió bruscamente el escenario.



En el nuevo contexto, entre los dirigentes y parlamentarios gremialistas existe consenso en torno a que será el senador y ex presidente del partido, Jovino Novoa, quien asumirá la dirección de la colectividad. Así, Novoa pasará a integrar el equipo de los nuevos samurái, implementado por Lavín. El mismo destino seguirá el nuevo timonel de Renovación Nacional, cuando se resuelva el nombre en este partido.



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