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La lógica de la guerra : Rodríguez Zapatero atacado por pacifista

Hoy el nuevo gobernante español es atacado por todos los flancos. Un paneo de la prensa de países influyentes, lo sanciona claramente por anunciar, anticipadamente, el retiro de las tropas españolas de Iraq. El centro de la crítica se reduce a que se habría "inclinado" ante la presión terrorista, al hacer ese anuncio.


La política pocas veces se desprende de un ingrediente que la sustenta: la guerra. Ser político significa entenderla, usarla y hacerla. En el caso de Rodríguez Zapatero, que ganó una elección en parte por oponerse a la guerra contra Irak, se empieza a producir una situación perversa e ingrata.



Hoy Zapatero es atacado por todos los flancos. Un paneo de la prensa de países influyentes, lo sanciona claramente por anunciar, anticipadamente, el retiro de las tropas españolas de Iraq. El centro de la crítica se reduce a que se habría "inclinado" ante la presión terrorista, al hacer ese anuncio. No importa que haya puesto como condición para mantener las tropas, la llegada de una fuerza multinacional comandada por la ONU. No importa que haya, por primera vez, remecido la cola del elefante, los EEUU.



Paralelamente, se celebra un año del inicio de la guerra y de la ocupación de Irak. Hace un año también, en medio del debate en España, sobre la futura participación de dicho país en la invasión, Aznar le replicaba a su rival, que ganó la reciente elección: "Es fácil comentar como columnista; a mí me han entregado un mandato para gobernar, y eso es lo que estoy haciendo". Arrogancia más, arrogancia menos, la recomendación refleja el curso que han tomado los debates en torno a Iraq, y el clima que se ha generado en el debate político en los países. Ni en el ápice del conflicto en los Balcanes se había producido un estado de beligerancia generalizado en las capitales del mundo. El ambiente se ha "caldeado" por esa amenaza terrorista aún indescifrable, pero también por la insistencia de los EEUU de imponer una doctrina de seguridad, centrada en su propia seguridad.



Después de un año de ocupación, los resultados han sido catastróficos, desde todo punto de vista. Especialmente en la estrategia aplicada para combatir el terrorismo. Aún tomando en cuenta los análisis positivos del Pentágono y la cadena informativa AOL, Iraq y el clima que se ha creado es como una hidra de inseguridad y desestabilización que crece. Todo cuadra casi a la perfección para los diseñadores de estrategias, que debieron prevenir el 11 de septiembre de 2001 y el 11 de marzo de 2004.



De pronto surge en el equipo, el pacifista Rodríguez Zapatero, donde ya algunos medios, especialmente la revista Time, New York Times y Washington Post, lo empiezan a ver como un hijo de la vieja República Española. Entró a tallar un panel de reminiscencias de la guerra fría -siempre presente en su decálogo para acallar la disensión hacia las posturas "duras"-. Donde no faltaba el recordatorio de la guerra de Vietnam. "Que Rodríguez Zapatero no solo es peligroso por sus posturas blandas con el terorrismo" (ABC de España); «sino que reestablece la visión pacifista del socialismo de los años sesenta"; "típico de la izquierda socialista" (Time, CNN, New York Times).



Medios en India (Indian Express, Times) montaron por tres días una batería pesada, en contra del anuncio del retiro de las tropas españolas. Le Monde, otrora paladín de la independencia de juicio, también cayó en la lógica del choque y la guerra. El País de España, que alguna vez mantuvo distancia de la posición ultra guerrera de la Casa Blanca, también lanzó los dardos contra R. Zapatero, el día Uno, después de su victoria. Columnistas, página editorial apuntaban a este juicio apresurado de Zapatero. De pronto, en los medios españoles ya tenían nostalgia de Aznar.



Curioso. The Guardian, periódico inglés generalmente crítico a las posturas belicistas de Washington, empujó la misma corriente de opinión: retirar las tropas españolas era como un salvo conducto para nuevas aventuras terroristas.



Todo calzaba casi a la perfección en la lógica que esperaban los diseñadores de las estrategias antiterroristas: los terroristas amenazan a la democracia, porque le determinan sus políticas de estado. Más de algún periódico español recordó las fuertes palabras de Aznar, previas a la elección: Rodriguez Zapatero es peligroso.



Detrás de todo este armado, donde los medios juegan un papel central, se abría la caja de pandora. Era posible observar que los medios protectores del presente status quo de la ocupación de Iraq -ilegítima, mal administrada y con un proceso eleccionario viciado e impopular-, formaban una mayoría considerable. Todo por culpa de una frase: "retiraremos las tropas". No estaba en la lógica del presente: hacer la guerra.



El triunfo del pacifista R. Zapatero fue un mal descuido y no se crea que por ese camino se asegure alguna tendencia política futura. Los guerreros de la nueva guerra hablan de que es peligroso, y ellos y ellas están en el poder.

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