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Derecha gana primer round en gallito por directorio de TVN

Aunque la Concertación se cuadró con La Moneda, no fue suficiente para que el Ejecutivo pudiera concretar su aspiración de renovar esta semana el directorio de Televisión Nacional. El empate de 24 votos a favor y 24 en contra generó una disyuntiva para la autoridad, que deberá ejercer más presión sobre los designados o terminar negociando con la derecha.


La oposición no está dispuesta a ceder ni a permitirle al Gobierno ganar muy fácilmente la partida sobre el directorio de Televisión Nacional, lo que quedó de manifiesto en la votación de ayer. Por su parte, el Ejecutivo, lejos de amilanarse, no ha dado señales de aceptar doblegarse a las presiones de la derecha; más aún, el vocero de Gobierno, Francisco Vidal, sostuvo que el próximo martes 6 de abril, La Moneda insistirá con la misma propuesta.



Vidal aseguró que el gobierno perseverará en el principio de "no al veto y no al cuoteo político", y enviará al Congreso la fórmula que ayer fue rechazada, debido a que no se alcanzó la mayoría simple en el Senado. Así, aunque el empate -generado por 24 votos a favor y 24 en contra- echó por tierra las expectativas de La Moneda de resolver el tema en el primer intento, pareciera que para el Ejecutivo no todo está perdido.



"Aquí no ha sido derrotado el Gobierno. Aquí ha sido derrotada la tolerancia, el respeto a la diversidad». Con esta afirmación Vidal embistió a la derecha, tras el fracaso de la votación, que impidió que se pudiera renovar esta semana el directorio de TVN y que obligará al Ejecutivo a emprender un lobby mucho más intenso y desgastador, para asegurarse el triunfo en la próxima arremetida en la Cámara Alta.



El vocero advirtió, además, que dada la votación -24 a favor de la Concertación, considerando que los institucionales de este sector se alinearon, y 24 en contra de derecha-, la ciudadanía sacará sus propias conclusiones al respecto, con lo que dejó la pelota en el área de la oposición.



También manifestó su satisfacción por el comportamiento de la Concertación, que cerró filas en torno a la propuesta gubernativa, señalando que "el Gobierno está contento de que su coalición lo haya respetado y haya entendido el principio que hay detrás de la propuesta, más el senador (Nelson) Ávila".



Respeto recíproco



Por su parte, la derecha quedó conforme con la votación, porque logró frenar, por un tiempo al menos, la fórmula del Ejecutivo. Si bien la oposición se alineó, pese a las declaraciones efectuadas por algunos de sus representantes, tras escuchar a los candidatos del Gobierno en la comisión conjunta de Educación y Constitución, todo indica que algunos de ellos, particularmente en Renovación Nacional, no objetan los nombres -la UDI criticaría la postulación del liberal Oscar Godoy-, sino más bien el procedimiento utilizado por el Gobierno para aprobarlos.



De este modo, el senador José García Ruminot señaló que "no hay objeción a las personas", lo que en realidad molestó es "que el Presidente quiere usar al Senado como un verdadero buzón", por lo que asegura que en su sector se sintieron "pasados a llevar, una vez más". Por lo tanto, en su opinión, con la votación de ayer se pretende enviar un mensaje al Presidente Ricardo Lagos, en orden a que entre el Ejecutivo y el Senado se debe dar una relación de "respeto".



García Ruminot añadió que no tiene sentido que la Cámara Alta ratifique la propuesta del Gobierno, si no puede decir nada al respecto, considerando que el nuevo directorio no sólo se desempeñará durante lo que queda de la administración Lagos, sino también en el próximo período, por lo que va más allá del gobierno de turno.



En este contexto, a su juicio, "lo razonable sería que el Gobierno entendiera el mensaje". Aunque nada asegura que si el Ejecutivo se sentará a conversar con la oposición, a estas alturas, pudiera hacerla cambiar de opinión. La situación que se ha ido generando más parece un gallito entre La Moneda y la derecha.



Entre otras cosas, porque mientras se intenta arreglar la situación al interior de la Alianza por Chile, no se vería bien que algunos parlamentarios comenzaran a bajarse de la posición acordada de manera conjunta.



Tanto es así, que a pesar que el senador de RN Alberto Espina, tras la exposición de los cinco personajes nominados, admitió que cumplían con los "requisitos formales" -lo que podría haber abierto una ventana para conseguir algún voto extra-, quedó en evidencia que no se descolgó de la posición de su sector.



De hecho, el presidente de la comisión de Constitución sostuvo que "todos ellos cumplen los requisitos formales y de idoneidad para ocupar un cargo de esta naturaleza, y no nos pronunciamos, obviamente, de una decisión que es facultad exclusiva del Senado y que se ejerce en secreto; la votación de la nómina queda a conciencia de cada uno de los senadores", lo que provocó que los más optimistas especularan sobre la posibilidad que el Gobierno pudiera contar con, al menos, un par de votos de RN, lo que finalmente no se concretó.



Tampoco ayudó el sacarle en cara a la derecha los dichos del presidenciable opositor, quien aseguró que en la propuesta del Gobierno no había nombres que le desagradaran, ya que junto con lo anterior advirtió que las instituciones deben funcionar y que el Senado debe cumplir su función a "conciencia", destacando que para conseguir los votos, el Gobierno debe conversar con los presidentes de los partidos directamente.



En tanto, el senador Sergio Romero indicó que existe "transversalidad" en la Cámara Alta, en torno a la idea de que el Presidente Lagos se dio uno de los "más grandes costalazos" y, en su opinión, es bueno que el mandatario se dé cuenta que ni en la Alianza ni en la Concertación están de acuerdo con su forma de "operar". Lo que deja de manifiesto que en esta colectividad la molestia pasa, definitivamente, por el hecho que se le haya impuesto aprobar la propuesta sin una negociación o consulta previa.



Así las cosas, está por verse si el Gobierno insistirá en reenviar la propuesta sin "consulta" de por medio e intentará ‘convencer’ a un senador designado que le permita concretar su fórmula, sin tener que negociar directamente con la derecha, o si se da por vencido y, como en otras oportunidades, recurre a la oposición para obtener el voto que le falta. En la UDI parecen estar esperando que La Moneda dé una señal en tal sentido, por lo que pasaron susto cuando surgió el rumor de que el Ejecutivo contaba con 25 votos.





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