Gremio formó comisión que evaluará, en un plazo de 180 días, la creación un nuevo modelo de administración de los beneficios de los médicos. La principal alternativa que se discute es transformar el fondo en una cooperativa.
Transformar el Fondo de Solidaridad Gremial. Esa fue una de las conclusiones que se alcanzó en la Convención del Colegio Médico, realizada entre el 22 y 24 de abril en Puerto Chacabuco, tras la polémica generada en torno a los préstamos que realizaba este organismo.
Para ello, una comisión del gremio profesional estudiará, en un plazo de 180 días, crear un nuevo modelo para administrar los recursos que aporta una cartera de más de 10.800 personas. La principal alternativa para modificar este modelo es instaurar una cooperativa, que permita ahorrar, invertir y obtener créditos en condiciones preferentes y sin estar sujetos a cuestionamientos por eventuales evasiones tributarias.
Si bien la instauración de una cooperativa es la principal alternativa que se discute, fuentes del Colegio Médico advierten que ello podría ser difícil de implementar, ya que primero debe liquidarse el fondo existente.
El recientemente controversial fondo de solidaridad fue ideado en la década del cincuenta para solventar las necesidades económicas y sociales de los miembros de la asociación, como seguro mortuorio, incapacidades transitorias, acción social y prestamos de urgencia y especiales.
Estos préstamos de urgencia y especiales, sin embargo, se habrían vuelto frecuentes, lo que generó ruido en el Colegio. La primera mención polémica del tema ocurrió durante la convención del gremio el año 2003, en Iquique. En esa oportunidad, el presidente del Fondo, Daniel Copaja, planteó sus dudas respecto de si las utilidades que daban los intereses de los préstamos podían reinvertirse en créditos o bienes. O si los intereses de los préstamos pagaban impuestos.
El ex asesor jurídico de la institución, Enrique Díaz, retomó el tema durante el año pasado y denunció que el fondo se financiaba a partir de los intereses de préstamos que no pagaban impuestos, lo que implicaría una evasión tributaria. Por ello sostuvo que debía reformularse esta entidad.
Díaz fue despedido a principios de año, en medio de acusaciones cruzadas, entre él y la directiva, sobre acciones deshonestas.
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