Al término del trabajo de salas, algunos ministros coincidieron en que se les está agotando la paciencia frente a los constantes objeciones de los partidos, por lo que no descartaron que este viernes pudiera analizarse en el Pleno. Sin embargo, tal como pasó con los dichos del titular de Justicia hacia la magistrada Chevesich, lo más probable es que guarden silencio y así se blinden ante las críticas.
"Somos el jamón del sándwich electoral". Con esta frase un ministro de la Corte Suprema describió el "sentir" de los alto magistrados, respecto a los -dicen- constantes ataques de los sectores políticos, tanto de la derecha como de la Concertación, cuando de investigaciones judiciales se trata, en este caso, el llamado Gate, sustanciado por la magistrada Gloria Ana Chevesich.
Tras las publicaciones del fin de semana en La Tercera, que daba cuenta de una "once" entre Chevesich y el presidente del máximo tribunal, Marcos Libedinsky, la cabeza del Colegio de Abogados, Sergio Urrejola, las emprendió contra el máximo tribunal, señalando que la Suprema debía dar explicaciones sobre esta reunión.
Libedinsky fue cauto y le bajó el perfil a la polémica: «Estuvo en mi casa en una reunión, pero no sé por qué se sacan otras conclusiones». También lo fue Chevesich: "De ese tema no hablaré", dijo.
Los supremos consultados por este diario no quisieron hablar públicamente a la salida del Pleno de ayer. Más bien indicaron que el tema no se había tocado en el ampliado de ministros y que sólo se habían visto temas administrativos, más otros que aseguraban no haber leído la entrevista a Urrejola, ni los artículos del matutino.
Al terminar el trabajo de salas, los ministros inquiridos coincidieron es que el asunto se parecía mucho a la lógica de otros casos llevados por la prensa y explicaron que -de pronto- la paciencia se les estaba agotando, frente a hechos de este tipo.
Recordemos que hace un par de semanas, el ministro de Justicia, Luis Bates, las emprendió contra Chevesich y veladamente criticó su trabajo. La Suprema, estratégicamente no hizo comentarios al respecto y Bates terminó en el despacho de Libedinsky explicando sus dichos.
De hecho, ayer Libedinsky se reunió en el ministerio de Justicia en la Comisión Coordinadora de la Reforma, ocasión en la que estuvo presente Urrejola y luego habló por más de una hora con Bates, es decir, estuvo con los dos frentes.
Por ahora no se descarta que los supremos analicen lo sucedido en el Pleno del próximo viernes, aunque lo más probable sea que guarden silencio, como lo han hecho hasta ahora.
El presidente de la Asociación Nacional de Magistrados, Diego Simpertegui, en tanto, desestimó ayer que la "once" pudiera tener otro cariz que no fuera el meramente social y llamó a no sacar conclusiones apresuradas.
«Me parece nconveniente que se parta siempre con un manto de duda, de sospecha, de que todas las personas obraran de mala fe», dijo.
En el mismo sentido opinó el abogado Gonzalo Insunza, representante del ex ministro de Obras Públicas Carlos Cruz, quien desmintió haber conocido alguna información sobre el encuentro.
«Nosotros no tenemos ninguna información sobre estas reuniones. Nosotros nos dedicamos a tramitar nuestros procesos y a atender a nuestros a clientes. No nos podemos hacer eco de estos comentarios», enfatizó.
