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Viaje de Rumsfeld a Irak : Por favor, no hay que creerles

Las torturas de los EEUU en Irak son un patrón que se repite y que esconde otros temas centrales de igual importancia. El caso de las armas químicas, por nombrar sólo un ejemplo, sigue estando pendiente.


En Febrero de 2003, en medio del debate de si había o no armas químicas -recordemos el show mediático de las inspecciones del Inspector de la ONU Hans Blix- el Presidente de los EEUU repetía una y otra vez a los medios : "Esta película de Sadam Hussain diciendo que no hay armas químicas, la he visto muchas veces y es una mala película".



Ahora la mala película la ha creado el propio Bush con la ocupación y se repite una y otra vez como si fuera su peor pesadilla. Pero lamentablemente pareciera que no es así.



El "show de las torturas", como algunos le llaman en Irak y en los EEUU a las fotos y videos de soldados Irakíes desnudos frente a soldados estadounideneses, forma parte de un plan mayor para sacudir la "mentalidad del integrismo y el fanatismo de un sector de los mulsumanes" dice una fuente de El Mostrador.cl. Qué mejor que hacerlo con soldados que a su vez formaban parte de un equipo de torturadores, agrega.



"No era la humillación el objetivo central, sino el colocar en la imagen pública del mundo islámico un compacto publicitario que sintetizara que se venían tiempos diferentes en Irak y en la región" nos dice Mohahmed Moham, un ingeniero irakí que ha colaborado con este medio anteriormente. Otras personas consultadas como Aliya, una cientista social que vive en Jordania, nos relata que en el Medio Oriente la pornografía se ha instalado como en cualquier parte del mundo. Sin embargo, enfatiza que en un amplio sector de musulmanes se rechaza la idea de usar la figura del cuerpo humano en motivos pictóricos. En el fondo, según ella, es una ofensiva en contra de los fundamentalistas y no descarta que haya montaje mediático para cumplir ciertos objetivos ideológicos.



El corazón de la oscuridad



Montaje o no, es una mala película. A estas alturas es dificil predecir qué más se nos viene desde Irak y ese plan de cambiar las mentalidades en el Medio Oriente diseñado por el corazón de la oscuridad como es Paul Wolfowitz, el sub-secretario de defensa, de quién se sospecha sería el autor intelectual de la operación.



Su jefe, D. Rumsfeld, no es Robert Mac Namara (el Secretario de Defensa de los EEUU cuando los bombardeos en Viet Nam estaban en su apogeo en los años 60). Menos representa la mentalidad de los Demócratas que serán jabonosos y ambigüos en algunas políticas, pero muy pocas veces se les ve involucrados en operaciones tenebrosas. "En el ethos del republicano existe la idea de torcer la realidad con maniobras poco éticas», dice Wildey Moore, Presidente de Wildey F.A.Inc. una empresa de seguridad localizada en Connecticut y que tiene contratos en en Medio Oriente.



El piensa que "esta administración republicana ha roto hace tiempo los principios básicos de la constitución de los EEUU". Agrega que "se aprovechan de la desinformación de la gente, que ya en los colegios no se estudia la America que conocíamos. Con Reagan y Bush padre comenzaron a cambiar los textos de estudio. Con el actual Presidente piensan acabar con la tarea de inventar una América que no está consagrada en la Constitución".



Agencias fiscalizadoras rigurosamente desmontadas



La revelación de torturas de soldados irakíes en esta última guerra, es apenas una parte del iceberg que se divisa. Desde su origen esta guerra ha estado plagada de graves irregularidades en los procedimientos, como si la violación ética y de principios fuera la norma. Tomemos por ejemplo el agumento principal para invadir; el de las armas químicas y de su posibe implantación.



El tema no está resuelto y esta operación de blanqueo del crimen de las torturas, pareciera ser como una operación cortina de humo para evitar el centrarse en temas más fundamentales como el de la implantación de las armas químicas, que está aún latente mientras se agotan las posibilidades de hacerlo. Sin embargo, el expediente de la acción posible está allí y permanece incólume, sin revelación y ni siquiera se menciona. Como que todo el espectro de organismos que supuestamente está abocado a fiscalizar actuara en connivencia para cubrir la presa del fraude mayor.



El acto de la administración republicana de entregar una explicación al mundo por las atrocidades en el fondo contribuye a esconder el tema más central de ser aberración permanente en lo que se ha transformado la ocupción en Irak. Sin embargo en esta situación no compete solo a los EEUU asumir responsabilidades. Estamos en presencia del mayor inmovilismo y la mayor debilidad observada por parte de los organismos internacionales encargados de velar por la fiscalización de las operaciones en países ocupados militarmente después de haber "perdido" la guerra.



Hasta el día de hoy no se han levantado voces autorizadas que hayan hecho sentir su peso -en el caso de que existan o lo tengan-para revertir una situación jurídida irregular de una ocupación que no se ha sometido al escrutinio de un poder neutral o un organo internacional que controle lo que sucede allí dentro de Irak. Algunos argumentarán que no están las condiciones de seguridad para llevar a cabo tales actividades fiscalizadoras. Entonces en qué situación estamos. Y todo esto sucede a pocas semanas de la transferencia de poder, hacia los irakíes. Cuáles irakíes, tampoco se sabe.



Con estos ejemplos, se continúa demostando que hay derrumbes mayores en la supuesta nueva doctrina de seguridad que los EEUU bajo esta administración republicana, ha pretendido imponer con la invasión. Ya no es un problema del supuesto fanatismo de grupos de musulmanes fundamentalistas, lo que impide la estabilidad de un país ocupado. Aquí subyace un problema más profundo, cual es la incapacidad de abordar una crisis internacional por parte de un cuerpo colegiado de autoridades internacionales -supongamos que sea el Consejo de Seguridad de la ONU- aplicando los principios más básicos de fiscalización. El show de las torturas demuestra como que a la ONU se le hubiera escapado la crisis a niveles ya inalcanzables.



Las aberraciones continuarán -esperemos que no- mientras los países que forman el presente Consejo de Seguridad continúen con su paso complaciente y ambigüo hacia la política exterior de los EEUU. En este sentido, Chile con su insistencia en mantener tropas en Haití, no hace más que formar parte de ese clima de seguridad global que ha permitido las aberraciones de una ocupación que debió haberse evitado con una concertación diplomática más enérgica y decidida. Al final todos se creyeron el cuento de las armas químicas.

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