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Gobierno cede ante micreros y retrasa partida de plan Transantiago

Autoridades ampliaron en 90 días la recepción de ofertas para la licitación del plan de transporte público de la capital. La determinación busca dar mejores condiciones a los postulantes a uno de los proyectos estrella de la administración Lagos.


El proyecto estrella del transporte de la capital no partirá el 28 de mayo del 2005. Pese a la palabra empeñada por los diferentes responsables del sistema, el plan Transantiago no iniciará sus operaciones en la fecha programada.



Esto implica que los santiaguinos deberán esperar varios meses antes de ver la reforma del transporte en la calles. Es decir, deberán aguardar para tomar buses "oruga" en las principales avenidas de la capital, para olvidarse de las carreras de micros y para pagar la locomoción sin monedas.



Esta es la principal consecuencia de la Resolución Número 31 del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, publicada ayer por el Diario Oficial, que establece que el término de "la recepción de ofertas (para la licitación del plan) será el 30 de septiembre de 2004".



Este retraso en la recepción de ofertas afectará todo el calendario del proceso de licitación del uso de las vías de Santiago dispuesto hasta ahora y que contemplaba abrir las ofertas de los servicios de transporte público en junio de este año, adjudicar las unidades de negocio en julio y, diez meses después, iniciar las operaciones. Vale decir, en mayo del 2005.



Con la modificación del calendario, el escenario es el siguiente: la recepción de ofertas se extenderá hasta septiembre de este año, por lo que en octubre debieran abrirse las ofertas y un mes después adjudicarse las unidades de negocio, conformadas por vías principales llamadas troncales y vías más pequeñas llamadas alimentadores.



Según fuentes de Gobierno, luego de la adjudicación de las unidades de servicio en noviembre, debieran respetarse los diez meses de plazo para adjudicar las vías troncales y alimentadoras. De cumplirse esto, el plan debiera entrar en marcha en septiembre del 2005, aproximadamente, ya que también podría comenzar a funcionar un poco antes, es decir en agosto.



Un elemento que refuerza este planteamiento es que, si se cumple este programa, el Gobierno podría mostrar un logro concreto semanas antes de las elecciones presidenciales. Meses después el Metro se incorporaría al proyecto, cumpliendo de este modo con lo dicho por el Presidente Ricardo Lagos en torno a que el tren urbano se sumaría más tarde a la reforma al transporte público de la capital. Durante el 2006 se incorporaría al plan el administrador financiero, completando de este modo los ingredientes del sistema.



Pese a los argumentos gubernamentales, fuentes del sector microbusero sostienen que el inicio de operaciones de Transantiago sólo ocurrirá en febrero del 2006, cuando puedan sumarse al sistema las extensiones del Metro actualmente en construcción. Esto permitiría tener un debut integral de los buses y el tren urbano, este último definido por el director del Metro, Fernando Bustamante, como el eje estructurante del transporte de la capital.



Esta postergación daría más tiempo a las autoridades para tener en marcha el administrador financiero del sistema, que también se adjudicará vía licitación y que comenzaría funcionar el 2006.



La alegría de los microbuseros



El retraso del inicio de operaciones de Transantiago es multifactorial. En primer lugar obedecería a las indefiniciones técnicas del administrador financiero del plan, aún no licitado, y también a la breve controversia surgida meses atrás por el sistema de pago único que tendrán los buses, que ya no aceptarían monedas y sólo utilizarían una tarjeta electrónica similar a la Multivia del Metro.



En segundo lugar, la postergación de la puesta en marcha de Transantiago respondería a motivos políticos. En concreto, a la conocida disputa entre el ministro de Transportes Javier Etcheberry y al director de Metro Fernando Bustamante por qué tan grande será el trozo de torta que se llevará el tren urbano, una vez que el administrador financiero comience a recibir el total de la recaudación de los buses y pasajeros de metro que circulan por Santiago.



En tercer término, el tardío comienzo de Transantiago se debe a las cientos de inquietudes planteadas por los empresarios que adquirieron las bases del plan. Esto, ya que a los microbuseros les preocupaba no cumplir con las exigencias de patrimonio, garantía y tecnología demandadas en las bases para postular a los alimentadores y troncales del sistema.



Esta inquietud fue recogida por las autoridades, que temían no adjudicar todas las vías licitadas. Por ello decidieron, como primer paso, extender el plazo de postulación, lo cual fue informado el viernes pasado a las principales empresas, según aseguran fuentes ligadas a éstas.



Concordantemente con esto, las siguientes concesiones debieran ser reducir el capital requerido para postular a las unidades de negocio, disminuir las garantías demandadas a los empresarios y bajar las exigencias de buses nuevos en cada recorrido, ya que esto también requiere de una alta inversión privada.



No obstante conceder que habrá una mayor flexibilidad, fuentes de Gobierno aseguran que donde la autoridad no está dispuesta a transar es en el requerimiento de buses nuevos en los troncales 2 y 4 -básicamente Santa Rosa y Alameda-, ya que estos recorridos serán presentados como la cara visible de la reforma al transporte público de la capital.



En suma, las concesiones que el Gobierno ha comenzado a hacer a los microbuseros han sido muy bien recibidas por estos empresarios que, de sentirse prácticamente excluidos del plan, ahora ven que el negocio podrá seguir en sus manos.





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