Publicidad

La sorpresiva consolidación de Egaña tras la llegada de Dockendorff

El subsecretario General de la Presidencia pasó de ser prácticamente un muerto viviente tras la conflictiva salida del ex director la Conama, a un hombre firme en su puesto. La cercanía con el nuevo ministro, el temor del Gobierno a generar una inestabilidad mayor tras la salida de Huenchumilla e incluso la cercanía de las elecciones, explicarían su permanencia en el cargo.


El subsecretario General de la Presidencia, Rodrigo Egaña, ya no es más un muerto viviente en La Moneda. A pesar que en el propio gobierno se preveía que la conflictiva salida de Gianni López de la Comisión Nacional del Medio Ambiente (Conama) terminaría pasándole la cuenta, esto no ocurrió y, por el contrario, este ingeniero civil y militante socialista se afirmó en el cargo.



Las razones de la supervivencia de Egaña son múltiples. En primer lugar, pasan por buenas relaciones con sus superiores directos, ambos demócrata cristianos. Antes con el ex ministro Secretario General de la Presidencia, Francisco Huenchumilla, y luego su sucesor, Eduardo Dockendorff.



La proximidad con Huenchumilla quedó de manifiesto en enero de este año, cuando Egaña intervino para que Gianni López dejara su cargo, lo que fue apoyado por su superior jerárquico. Éste también lo respaldó cuando las cosas se pusieron difíciles, en particular cuando se difundió públicamente la salida de López de la Conama, sin el conocimiento del Presidente Ricardo Lagos, lo que generó roces entre el mandatario y el ministerio.



La validez de este apoyo, no obstante, cesó cuando Huenchumilla se convirtió en candidato a alcalde por Temuco y dejó el puesto vacante. Sin embargo, Egaña no quedó desamparado, ya que el nuevo ministro, Eduardo Dockendorff, también lo consideraba uno de los suyos.



La buena relación entre ambos se remonta al 2003, cuando Egaña, quien asumió ese año, solicitó a Eduardo Dockendorff y Jaime Solari -entonces director de estudios de la Segpres y consultor externo de la entidad, respectivamente- evaluar las políticas ambientales que el propio gobierno trazó en el 2000. El así llamado informe Dockendorff-Solari concluyó que la administración Lagos sólo había cumplido uno de los nueve compromisos realizados, lo que también contribuyó a la salida del titular de la Conama.



Más allá de estas conclusiones, en términos personales produjo una cercanía entre ambos personajes, útil para Egaña tras la salida de Huenchumilla. Reflejo de ello es que Egaña fue nombrado por Dockendorff vocero en uno de los temas más sensibles del gobierno: la posible compra por parte de la fundación de la mujer de Douglas Tompkins, de 70 mil hectáreas de áreas protegidas que serían traspasadas al Estado chileno.



La segunda gran razón por la que Egaña permanece en la Segpres es porque en Palacio se consideró que si a la salida de Huenchumilla se sumaba la del subsecretario, se daría una señal de inestabilidad poco afortunada a pocos meses de las elecciones municipales. En este mismo sentido, el tercer motivo de la supervivencia del personero también está relacionado con los tiempos políticos. Esto, ya que al interior del gobierno no se consideró conveniente sacar de su puesto a un hombre que maneja técnicamente los temas de la cartera, cuando falta poco para el término de la administración Lagos y menos aún para la elección presidencial.



La piedra en el zapato



Pese a las buenas relaciones que mantiene con el equipo político de La Moneda -particularmente con el ministro del Interior, José Miguel Insulza-, uno de los hechos que más molesta a Egaña es la influencia que sigue manteniendo Gianni López en Palacio. Esto, ya que el personero fue nombrado representante del Presidente Lagos en el consejo consultivo de la Conama, lo que ha sido visto como una desautorización a la Segpres en su decisión de marginarlo como autoridad ambiental.



A este malestar, sin embargo, se suma otro, ya que hace unos meses la labor del ex director de la Conama no se limita al consejo consultivo, sino que, además, está siendo requerido por el segundo piso en temas ambientales.



Claro, el malestar de Egaña ha sido silencioso y no ha interferido en sus otras labores. En particular, en su papel de moderador entre la nueva directora de la Conama, Paulina Saball, y los partidos de la Concertación. En este punto el subsecretario ha optado por un rol más mesurado que el que mantuvo durante la administración de López, lo que para algunos personeros oficialistas no fue una buena decisión. Esto, ya que a su juicio la coordinación entre la Conama y los partidos ha sido prácticamente nula, lo que ha derivado en reclamos por parte de la coalición de gobierno hacia Dockendorff, con quien se reunirán próximamente para analizar el problema.



Pese a la mala relación del conglomerado oficialista con Saball, estos reconocen que Egaña ha tratado de hacer más próxima la posición del gobierno en estas áreas, particularmente en temas tales como la ley de bonos, que no ha tenido avances significativos en el Congreso.



Este es un punto especialmente delicado para los partidos oficialistas, que han condicionado su respaldo a la iniciativa a la aceleración de otros proyectos, como la ley de bosque nativo, el ordenamiento territorial y la ampliación de los procesos de participación ciudadana.



Estos han dicho que en caso de apurarse la tramitación de estas iniciativas, se podría materializar el esperado cambio de agenda ambiental, de modo de mostrar logros concretos a la ciudadanía, antes de las elecciones presidenciales.





_______________________________________



Artículos relacionados:



Dura protesta de la Concertación por agenda ambiental del gobierno (10 de junio de 2004)



Dockendorff juró como secretario general de la Presidencia (10 de junio de 2004)



Choque de agendas ambientales entre Conama y la Concertación (27 de abril de 2004)



El último enojo de Gianni López tras su salida de la Conama (16 de febrero de 2004)





Gobierno aceptó renuncia de Gianni López a la Conama (2 de febrero de 2004)

Publicidad

Tendencias