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La secreta reunión del marido de Chevesich donde filtró carta de su esposa

El episodio revela hasta qué punto operó el abogado en favor de la ministra del caso Gate. También la »pillada» que le hizo el ministro Juica en la investigación que realizó por orden de la Corte Suprema. Pero un tema no menor es que instala la misma duda que el presidente Lagos manifestó hace pocos días: Alguien miente en toda esta historia.


El abogado Andrés de la Maza, esposo de la ministra en visita del caso Gate, Gloria Ana Chevesich, tuvo una actuación bastante más activa de lo que ha dicho en el affaire que su cónyuge trabó con el presidente de la Corte Suprema, Marcos Libedinsky. Esta afirmación se ve reafirmada con la "pillada" que le hizo a De la Maza el ministro a cargo de la investigación "extraordinaria administrativa", el supremo Milton Juica, cuando lo citó a declarar.



La historia se inicia cuando en los medios comenzaron a aparecer los nombres de las personas que habrían concurrido a presionar a Chevesich a su despacho. Primero, se habló de abogados y también de altos jefes policiales. Hasta ese momento, nada pasaba y las publicaciones eran sólo meras especulaciones. Sin embargo, con el paso de los días apareció la identidad de los abogados Juan Agustín Figueroa, Davor Harasic e incluso el director de Investigaciones, Arturo Herrera.



Fue así como el Pleno del máximo tribunal, el 1 de junio, analizó la carta de Chevesich y emitió una dura declaración pública apoyando a la magistrada, porque había recibido presiones que resultaban "obvias".



Sin embargo, los nombres siguieron apareciendo en los diarios, entre ellos, el del director de Investigaciones. No hay que olvidar que, como matrimonio, Chevesich y su marido tenían una relación amistosa -aunque no profunda- con Herrera y su mujer. Fue este contexto el que movió a De la Maza a contactarse telefónicamente con Herrera y pedirle que le recibiera en su oficina del segundo piso de la central de la policía civil, ubicada en la intersección de Teatinos con General Mackenna.



Hay que recordar que este tipo de contacto amistoso, en todo caso, no era nuevo. Se había producido cuando Chevesich recién asumió la investigación en 2003. En esa ocasión, De la Maza le pidió a Herrera que le ayudara a su mujer porque "no tenía experiencia investigando", así que solicitó le pusieran a su cargo el mejor equipo de la Brigada de Delitos Económicos (Bridec).



Pero siguiendo con la línea de tiempo, De la Maza no quería ir en su propio auto, así que habló con el funcionario de Investigaciones que trabaja con Chevesich y se fue en el vehículo policial, para evitar ser visto por los medios de comunicación, a la central e ingresó a la oficina de Herrera.



Ya en la dependencia, según declaró el propio Herrera ante Juica, le indicó que no se preocupara, porque su nombre no aparecía en la lista publicada en los medios, principalmente en La Tercera, porque su esposa no se refería a él.



Pero, para validar sus dichos ante Herrera, el marido de Chevesich extrajo desde su chaqueta el "téngase presente" enviado por su esposa al Pleno y procedió a leérselo. El jefe policial quedó conforme e incluso en aquellos días de junio negó tener cualquier participación en los hechos, con la seguridad que le había dado su ahora ex amigo.



Pero a poco andar, cuando el gobierno y la presidenta del Consejo de Defensa del Estado (CDE) pidieron públicamente que el máximo tribunal hiciera pública la carta de Chevesich, la Suprema cambió de rumbo y nombró al ministro Milton Juica.



Ante este hecho, Herrera, un viejo zorro con todos sus años de policía, llamó de inmediato a Juica para pedirle declarar personalmente. Juica, nombrado el pasado 4 de junio, no pudo aquel fin de semana y lo interrogó apenas volvió a su trabajo, ocasión que aprovechó para relatarle a Herrera que la ministra había dictado una resolución para alguno de los cuadernos de la investigación, donde le prohibía al funcionario policial que trabajaba con ella, de informar a sus superiores.



Fue así como todos estos hechos quedaron plasmados en la indagatoria de Juica. Este último de seguro elaboró distintos caminos de acción, variables a resolver.



La siguiente, por cierto, fue citar a Chevesich y luego a De la Maza. Pero este último, cuando declaró, fue consultado por Juica sobre si había filtrado la información o si eventualmente se la había dado a conocer a otra persona, pero el abogado lo negó. Fue en ese instante cuando Juica, haciendo gala de su experiencia investigativa, le indicó que Herrera ya había relatado el encuentro. De la Maza tuvo que confesar.



Finalizada la investigación de Juica, éste elaboró un informe que finalmente fue resuelto por la Suprema. Las conclusiones son conocidas. Libedinsky tuvo una actuación no acorde a su cargo por haberle pedido que tuviera prudencia al citar al presidente Lagos en el caso Gate, el año pasado, como también que evitara que se le filtraran muchas informaciones del caso, en febrero de este año.



Pero quedan preguntas por resolver, interrogantes sin respuestas.



Esta semana, el presidente Ricardo Lagos lanzó una dura pregunta, pidiendo aclarar quién mentía, si la ministra Chevesich o el miembro del tribunal constitucional, Juan Agustín Figueroa. Esto lo dijo el Mandatario por la carta de Chevesich, donde aseguró que Figueroa le había pedido audiencia en nombre de la cabeza del gobierno, para que dejara libre al ex ministro de Obras Públicas, Carlos Cruz.



«Es muy grave lo que dice el señor (Juan Agustín) Figueroa y eso merece una explicación al país, porque por un lado está lo que dice la señora (Gloriana) Chevesich, (…) y otra cosa es lo que dice el señor Figueroa (…) alguna de las dos partes involucradas falta a la verdad», dijo Lagos.



La lógica sigue: ¿por qué De la Maza prefirió omitir esta reunión con el jefe policial ante Juica? Y, ¿por qué los supremos no consideraron esta información cuando tomaron su resolución? ¿Por qué el marido de la ministra debió hablar con el director de Investigaciones para decirle que se quedara tranquilo? ¿Sabía de esto la ministra o bien se le escondió la información?



Pareciera ser que este juicio, esta reflexión, de acuerdo al criterio usado por la Suprema, quedará sólo para la historia. Sin embargo, parafraseando al presidente Lagos, alguna de las partes falta a la verdad.



Lea las conclusiones a las que llegó Milton Juica



La versión de Chevesich sobre presiones y filtraciones



Lea la carta de Chevesich a la Corte Suprema



Lea la resolución del Pleno

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