Al margen de quién sea el autor intelectual de la desaparición del empresario de la VI Región, lo cierto es que quienes ejecutaron la operación de «borrar del mapa» a Yuraszeck eran profesionales. Una de las pistas que estarían siguiendo los investigadores sería la participación de sicarios trasandinos en los hechos. De está forma los crímenes por encargo se estarían transformando en una práctica habitual en la región.
La desaparición del empresario Luis Francisco Yuraszeck se ha transformado en todo un misterio por resolver para la fiscalía de San Fernando. Sin embargo, ya hay algunos elementos relativamente claros: se sabe que fue un homicidio, que sus motivaciones son de orden económico, que la última persona que lo vio con vida fue su socio Francisco Leyton, el 29 de marzo, y que un primo de la conviviente también tenía deudas con el empresario.
Pero lo que no se sabe con exactitud es quién solicitó "borrar del mapa" a Yuraszeck y quiénes ayudaron en dicha misión. Hasta el momento, los dos hombres que conducen el Jeep Cherooke del empresario son claves y sus rostros a lo menos ya estarían identificados con los peritajes realizados en Chilefilms a las imágenes del aeropuerto, solicitadas a petición de la familia del empresario.
Sin embargo, las últimas informaciones apuntan a que uno de ellos o quien los contrató sería un ciudadano de nacionalidad argentina. El vínculo sería una persona de la zona que tendría relación con actos del mismo tenor en el país trasandino, según señaló a este medio una fuente allegada a la causa.
Es por ello que si bien no se registró ninguna salida de Yuraszeck del país durante esos días, la partida de los hombres a algún país del cono sur es plenamente factible.
De esta forma, los crímenes por encargo se estarían tranformando en una práctica habitual en la VI Región. Entre los últimos y más connotados se encuentra el asesinato del abogado Rolando Coloma, el de un alto ejecutivo de Codelco División el Teniente y el asesinato de Abdo Zanetti Bathich, primo del conocido traficante de armas Edgardo Batich, que si bien se encuentran detenidos sus autores, no se esclarecen aún sus causas.
Última diligencia
En tanto, según trascendió, la última diligencia en el fundo La Platina, de propiedad de Yuraszeck, pero que se arrendaba a la sociedad que había conformado éste con su conviviente Nora Venegas, tenía por objetivo registrar uno de los pozos que se encuentran en el terreno.
El trabajo de los efectivos policiales tendría origen en información que habría llegado a la casilla abierta por la familia Yuraszeck. En la misiva de carácter anónimo se indicaría que el cuerpo estaría en un pozo, por ello la policía habría decidido registrar el de la propiedad del empresario.
Yuraszeck arrendaba su propio terreno a la sociedad que mantenía con Nora Venegas, con el objetivo de acusar un gasto extra y descontar impuestos. Dicha sociedad es una de las que otorga mayor rentabilidad a la familia. Se estima que las utilidades de la cosecha, que concluyó en marzo, el mismo mes que desapareció el empresario, serían de alrededor de 180 millones de pesos.
No es extraño entonces que con ese nivel de utilidades se hayan producido disputas al interior de la familia, ya que Nora Venegas tiene derecho al 99% de las utilidades.
La semana pasada informaciones de prensa indicaban que el hombre de negocios pretendía modificar el contrato que mantenía con su mujer de hecho, sin embargo, cercanos a Nora Venegas indicaron a este medio que aquello era una práctica habitual en Yuraszeck, pero que siempre las modificaciones fueron al alza y no en desmedro de Nora.
El Maletín
El día viernes también fue el turno del domicilio de Francisco Leyton. En su domicilio se buscaba entre otras pistas, la escritura que Luis Francisco Yuraszeck portaba el día de la desaparición. Según contaría en el proceso, testigos que estuvieron con el empresario ese día, ratificaron a la fiscalía que el escrito lo puso en su maletín, el que también se encuentra extraviado.
En la escritura figuraba la propiedad de Leyton a nombre de Yuraszeck. Lo que cambiaría una vez que el empresario depositara en su cuenta personal los cheques que Leyton le entregó en garantía para obtener el capital para un negocio inmobiliario. Lo cual se produciría sólo 2 días después que se le perdiera el rastro a Yuraszeck.
Desde el punto de vista de la tenencia de la propiedad de Leyton, el hacer desaparecer la escritura no es relevante, ya que todos los registros estaban hechos en el conservador de bienes raíces, sin embargo, de encontrarse en su poder podría complicar aún más las cosas para el ex socio de Yuraszeck.
De acuerdo a lo señalado por un cercano al empresario "en el maletín llevaba algo de plata y algunos documentos. Por lo que sería muy interesante dar con el maletín, puede estar allí algún block de notas con cálculos de utilidades que permitan clarificar aún más las investigaciones."
Cabe recordar que Leyton aprovecho la desaparición de Yuraszeck, para impugnar el acuerdo al que había llegado en la escritura, para lo cual inició acciones legales en un juzgado civil de la VI Región. Con esta maniobra pretende impedir que la familia reclame su propiedad, como ya es sabido Leyton garantizó el préstamo de Yuraszeck con cheques mal habidos, por lo que nunca se canceló la deuda y por lo tanto, la propiedad no puede volver a su nombre, de acuerdo a lo estipulado en el sistema de retroventa.
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