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Cuentas secretas de Pinochet: la gran ayuda de un país desprestigiado

El capital de prestigio internacional acumulado por Lagos no es novedad, pero ahora se convierte en una arma mediática poderosa al ofrecerle a una desprestigiada administración republicana, la posibilidad de reivindicar una parte de su imagen internacional.


Con el caso de las cuentas del Riggs, ya se pulsa en forma anticipada que el público conocerá muy poco, y lo peor, que la gente no se enterará de quiénes sabían de estas cuentas en Chile y lo estaban ocultando.



La investigación del Senado estadounidense estalla ahora por la relevancia del personaje involucrado, pero es altamente sospechoso que estalle justo ahora en un momento decisivo, sino crítico, en los procesos políticos de ambos países.



El capital de prestigio internacional acumulado por Lagos no es novedad, pero ahora se convierte en una arma mediática poderosa al ofrecerle a una desprestigiada administración republicana, la posibilidad de reivindicar una parte de su imagen internacional.



Cuando Bush aparece con Kofi Annan y con otros jefes de Estado en un mundo en crisis, en general la sensación es de que de allí poco nuevo o bueno podrá surgir. De la reunión Bush-Lagos, aunque para Europa no tuviera relevancia, se podía esperar alguna idea más optimista. Aunque la precariedad que vivimos día a día en el país lo desmiente. Chile parece ser un solace de tranquilidad, en un mundo en un estado muy crítico.



Involuntariamente o no, esto no se sabrá, el caso chileno, o circunstancialmente Lagos, le ha tendido una mano a Bush en un momento crítico de su presidencia.



Es notable como los medios nacionales más inclinados a Lagos se concentraron en analizar en el cómo Pinochet todavía gravitaba en la política nacional, y no estimularon al público a plantearse la posibilidad de que haya sido un montaje mediático, en un asunto donde ambas presidencias salen beneficiadas.



En la imagen de Bush prometiendo al mundo llegar al fondo de la verdad, con los dineros de Pinochet, pocas veces la Casa Blanca había tenido una oportunidad más clara de propagar un imagen de estar haciendo el bien y, sobre todo, con un presidente que es socialista, cuestión que remarcaron todos los medios que se leen en los EEUU.



Estaban ligados Pinochet, Bush y Lagos en su hora más brillante, involuntariamente o calculadamente. Nunca se sabrá. Ahora sí que la derecha se convencerá de que la personalidad internacional de Lagos es quizás el escollo infranqueable para derrotar a la Concertación, en estas elecciones y en las presidenciales.



En este sentido, la reciente condecoración del Gobierno de Chile, al saliente embajador de los EEUU en Chile, se instala en las imágenes con curiosa simetría, y adquiere una relevancia desconocida.



El mundo global es cada vez más interdependiente -dicen los salmos de la política vigente-, pero al mismo tiempo es cuando la gente menos sabe de lo que está sucediendo. A veces uno se pregunta si esto importa, dado que este tipo de cosas continuarán ocurriendo igual, aunque la gente las conozca.

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