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Informe revela deficiente entrega de recursos por parte de la Junaeb

Investigación refleja que el 51% de los alumnos de escuelas capitalinas no ha recibido beneficios alimentarios. En tanto, el 90% de los jóvenes que dejan el sistema escolar afirma que no ha tenido ayuda médica.


Recursos mal focalizados por parte del Gobierno, profesores que no saben cómo retener a un joven en riesgo de abandonar sus estudios y un mal clima escolar son algunas razones para que los estudiantes deserten del sistema escolar en el país, reveló la investigación denominada "Prevalencia y condiciones de la deserción escolar en Chile", encargado por la Junta de Auxilio Escolar y Becas (Junaeb).



El estudio -encomendado en 2003 a la Iniciativa Chilena de Equidad en Salud- tiene como una de sus conclusiones más interesantes la referida a la recepción de beneficios sociales de la Junaeb por parte de jóvenes que habían dejado el sistema escolar -llamados desertores- y a los que permanecían en él. Los jóvenes sondeados tenían entre 11 y 18 años y pertenecían a 298 establecimientos subvencionados de la Región Metropolitana. Además, parte de la investigación se realizó en cuatro comunas rurales del país.



El 90,6 por ciento de los que habían desertado del sistema aseveró que no habían recibido atención médica, mientras que la cifra subió en tres puntos porcentuales cuando se trataba de jóvenes que estaban en la escuela.



Respecto a la atención dental, el 89,8 por ciento de los desertores sostuvo que no la tenían, mientras el 92 por ciento de los que permanecían en la escuela afirmó que no había accedido a esta ayuda.



El 69,5 por ciento de los que desertaron del sistema aseguró que no había recibido útiles escolares; cifra que llegaba al 72,2 por ciento en el caso de los que aún estudiaban.



El 100 por ciento de los alumnos que no integraban el sistema escolar afirmó que no habían tenido campamentos escolares y la cifra alcanzó el 96,4 por ciento en el grupo que permanecía estudiando.



En tanto, mejores resultados mostró la consulta referida a los programas de alimentación escolar: el 50 por ciento de los desertores señaló que lo había recibido, mientras que el 51,1 de los que estaban en el sistema afirmó lo mismo.



Factor docente en la deserción



Tras la investigación se descubrió que el factor pedagógico influye en la deserción escolar. Según el estudio, la excesiva carga de trabajo en los profesores de zonas rurales -que tienen un promedio de 40 alumnos por curso- redunda en que no se le presta la atención debida a los estudiantes en riesgo.



La capacidad del docente para atender estudiantes con problemas también podría influir en el abandono del sistema escolar, pues éstos no se encuentran preparados para ejercer influencias necesarias que podrían mantener al estudiante en el sistema. Se reafirmó, además, la premisa de que la intervención del docente es útil para que un joven siga en la escuela.



Diagnóstico e intervención



En el estudio se estableció -a través de entrevistas a los alumnos- que quienes decidían desertar lo hacían por una sensación de desventaja con respecto al aprendizaje, por cuanto no se sentían "capaces" o "les costaba entender al profesor". Por ello, se concluye que la falta de recursos económicos no es la principal causa de la deserción escolar, a menos que el alumno deba abandonar sus estudios para dedicarse a trabajar.



En la investigación de la Junaeb se planteó un modelo predictivo para identificar a posibles alumnos en riesgo de desertar. Se confeccionó una tabla de factores por los cuales se puede identificar si un muchacho que abandonaría. Entre éstos se cuentan el no tener amigos en el colegio, las malas relaciones con los compañeros de curso, la mala percepción de la salud, la baja escolaridad de la madre, niños que consumen drogas y alcohol.



Entre las soluciones que se entregan para disminuir el riesgo y aumentar la protección hacia los jóvenes están el facilitar la nivelación de estudios de los apoderados, la motivación de éstos para que participen y la eliminación de la recriminación de los alumnos con problemas.



Desde el ámbito escolar, las formas para evitar la deserción apuntan a instruir a los maestros sobre qué trata el proceso de abandono del colegio, sus causas y formas de diagnóstico.



Otra de las maneras de ayudar a estos alumnos, es que los docentes puedan dedicarse a aquellos escolares con dificultades para aprender y la posterior derivación hacia establecimientos especializados a los que están en proceso de deserción.



Posición de la Junaeb



Pese a los resultados en el estudio, la jefa de la Unidad de Investigación y Desarrollo Estratégico de la Junaeb, Amalia Cornejo, explicó que desde este año se está desarrollado -en forma piloto- el Sistema Nacional de Asignación de Equidad, que tiene como objetivo que "los beneficios se asignen más uniformente y hacia niños con mayores problemas".



Explicó que este programa -hasta ahora enfocado sólo en el programa de alimentación del organismo- tiene como objetivo estudiar caso a caso las condiciones de los estudiantes, lo que ayudaría a enfocar mejor los recursos hacia los que están en mayores condiciones de riesgo. "Antes, esta distribución se hacia al establecimiento completo y no alumno por alumno. Con esto pensamos que el sistema puede mejorar de manera sustantiva".



En todo caso, remarcó que se está evaluando un sistema para mejorar aspectos como la atención médica y de actividades recreativas.



Además, destacó el rol de los profesores en la relación a los alumnos con problemas, pudiendo contribuir a un mejor clima en los establecimientos. "Se está desarrollando un programa denominado "Habilidades para la vida", que aunque no se desarrolla en todos los colegios, sí tiene un impacto positivo en las escuelas", dijo.



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