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«El ministro de Justicia no tiene intención de tramitar nuestro indulto»

Desde la CAS, Pedro Rosas, preso político mirista, asegura que Luis Bates no quiere revisar su situación y la de sus compañeros, porque está »aburrido» con el tema de los indultos a los narcotraficantes. Enfermo de cáncer, se propuso como »tarea política» recuperarse dentro de la prisión.


Pedro Rosas terminó su carrera de Licenciatura en Historia tras las rejas de la Cárcel de Alta Seguridad (CAS) y no en las salas de clases de la Universidad de Los Lagos como gran parte de sus compañeros. Fue detenido en marzo de 1994 y condenado a 28 años de cárcel por asaltos a instituciones financieras, colocación de artefactos explosivos, tenencia ilegal de armas, y formación de grupos de combate. Actividades por cierto alejadas de las tareas propias de un futuro licenciado, pero coherentes con los objetivos que este preso político mirista se había trazado para cambiar la sociedad. A la fecha Rosas lleva 10 años y seis meses recluido. Dos de ellos en una cárcel común y el resto en la CAS.



Pero lo peor estaba por venir. Hace tres años facultativos del Servicio Médico Legal le detectaron un cáncer que lo dejaría vivir sólo hasta el 2006. Con todo en contra, Pedro Rosas, tenía los argumentos necesarios para dejarse morir, pero en medio de las sesiones de quimioterapia decidió que la recuperación era una "tarea política" y así lo ha entendido hasta ahora. Sobre su estado de salud, un paramédico de la CAS le informó escuetamente que los últimos exámenes estaban "bien". Eso fue a comienzos de año.



Al complejo cuadro anterior se añadió una paradójica situación legal. Esto porque la "ley de indulto" aprobada por el Parlamento, permite que se acojan aquellas personas que tengan condenas por ley antiterrorista, por asociación ilícita terrorista, porte ilegal de armas y explosivos, ley de control de armas y por formación de nuevos grupos de combates. Pedro Rosas ya cumplió con las penas vinculadas a esos hechos y sólo le quedan condenas relacionadas con delitos vinculados al código penal. En ese marco indultar a Rosas y otros cinco presos políticos, en teoría debería ser más expedito, pues se encuentran en una situación en que no necesitaban del marco legal, sino que sólo la voluntad política del Presidente Lagos.



Cabe recordar que la Constitución Política de la República impide el indulto por delitos terroristas. Por ello el Parlamento tenía que generar una ley con un quórum suficiente que los permitiera, pero fracasó. En su reemplazo se estableció un marco legal que permitió indultar a los delitos no terroristas y sobre los que están en esa calificación, operan los llamados beneficios extra penitenciarios.



Según palabras de Pedro Rosas: "Esto permite que a cinco compañeros sus delitos no terroristas les sean indultados y a otros seis se les apliquen beneficios penitenciarios, como la salida dominical y después diaria. En el caso de nosotros, estamos en una situación más liviana pero no podemos hacer uso de ese proyecto de ley de indulto, pues ya cumplimos las penas por delitos considerados terroristas".



Nuevo libro en imprenta



Las afirmación anterior la hizo Pedro Rosas desde la CAS, donde fue visitado por El Mostrador.cl. El punto de encuentro es la sala de clases del centro de reclusión, que a la vez es utilizado por los académicos de la Universidad Arcis para dictar los cursos correspondientes al Magíster en Historia y Ciencias Sociales que Rosas decidió cursar con la esperanza de ejercer su profesión en un futuro cercano y donde también dio sus ultimas "puntadas" a su segundo libro que ya está en imprenta: «Rebeldía, Subversión y Prisión Política».



-¿Cómo van las gestiones del ministerio de Justicia para resolver su situación legal y la de sus compañeros?

-Mal, sinceramente. Una muy alta fuente del ministerio de Justicia, cuyo nombre prefiero no revelar, nos dijo hace pocos días que el ministro Luis Bates no tenía intención de tramitar nuestro indulto…



-¿Por qué?

-Al parecer el escándalo de los indultos a narcotraficantes que denunció la derecha "lo tenía aburrido". Por lo que sin querer, nos transformamos en el "pato de la boda".



-En realidad son temas que no deberían porque toparse…

-Al igual que tú observe la noticia con interés y pensé que estos dos asuntos no se tocaban. Este tema -de los presos políticos- no debiera tener relación con un tema que está situado en otro ámbito. Porque acá estamos hablando del caso de presos que llevan más de 10 años presos, con los que se cometieron irregularidades procesales y a los que se aplicaron condenas altísimas con respecto a las aplicadas a delincuentes comunes o a militares por la misma falta. No hay que olvidar que nuestro accionar político militar lo desarrollamos en un contexto de transición bastante cuestionable.



Llamado a Lagos



-En ese marco, ¿qué le diría al Presidente Lagos?

-Haría un llamado al Presidente de la República, pero también un llamado a la gente que está en el ministerio de Justicia, a que sean más coherentes con los que ha planteado Lagos. Me parece que hay una contradicción fundamental, porque el Presidente ha hecho un llamado público a resolver el tema de la prisión política en Chile. Ha hecho un llamado a que el Parlamento vote un proyecto de ley en tal sentido. Entonces me parece que si existe una política de Estado, debiera manifestarse una mínima coherencia en el Gobierno chileno y desde el ministerio de Justicia facilitar que los indultos sean promulgados.



-La CAS comenzará a quedar con espacio para nuevos huéspedes. Muchos de los cuales están vinculados al narcotráfico. ¿Han discutido entre ustedes esa situación?

-Se nos informó que en esta unidad van a ser ingresados una treintena de narcotraficantes, pero que van a quedar en otra ala. Lo que nos preocupa y mucho, es que esta nueva concurrencia genere incomodidades a nuestros familiares. Nos preocupa que se produzcan allanamientos y controles vejatorios a nuestras familias. O que se intente volver -con la justificación de las llegadas de estas personas- a un régimen de castigo, que nosotros ya habíamos superado.



Casos sin resolver



-Ustedes al parecer no son el único "tema pendiente". Existiría mucha gente viviendo en la clandestinidad y en el extranjero. ¿Qué sabe de eso?.

-Lo que sé es que existe una cantidad importante de personas que tienen procesos pendientes de dictadura. Otros que viven con penas de extrañamiento. Existen también algunos que estuvieron presos 8 años y luego fueron condenados a 5 y, por último, están los que estando en libertad condicional le salieron penas altas y esos compañeros no volvieron a la cárcel. Me parece que todas esas situaciones juntas son un problema político que hay que resolver y el Estado chileno debiera preocuparse hoy que los que están en el exterior regresen, que los que estén con procesos pendientes con la dictadura puedan regularizar su situación sin pasar un día preso y a los que no han cumplido sus penas les sea indultado el resto.



-Pedro Rosas como preso político mirista, ¿ha recibido el apoyo de los políticos de esa sensibilidad de izquierda o le han dado vuelta la espalda?

-No tomo esto como un asunto personal. No siento que me hayan dado vuelta la espalda a mi particularmente. Hay muchos miristas que dejaron de serlo el 11 de septiembre de 1973. Otros tantos en 1985 y algunos en 1989. Cada uno debe dar cuenta de su propia historia. Nosotros como militantes miristas -que seguimos militando más allá de que el partido se nos haya terminado- damos cuenta de nuestra historia y de las cosas en la que nosotros creemos. En ese sentido planteamos cual era nuestro punto de vista, a través de la palabra y de nuestras acciones. Pero fuimos ignorados, criticados por muchos miristas y apoyados por otros que todavía se identifican con el MIR en cuanto a memoria y a ética del presente.



-Así como el MIR se transformó en una especie de "leyenda" o "mito", ¿qué pasó con el pueblo?

-En términos históricos el pueblo es un concepto móvil. Si nosotros miramos el proceso de la Independencia evidentemente el pueblo no son los pobres. El pueblo no son los sirvientes. El pueblo en la Independencia es la aristocracia que busca ciertas prerrogativas, frente a la administración colonial. El pueblo de comienzos de 1900 no es el mismo pueblo de los años 60. El pueblo de la UP no es que existe hoy. Entonces hay varias formas de entender el concepto. Pero si lo queremos ver ya no en términos conceptuales sino que en términos sociales, el pueblo son todos aquellos que no tienen el poder. Pero si somos un poco más exigente diríamos que son todos aquellos que no tienen el poder, pero que quieren desarrollar su propio poder. Y quieren desarrollar su propio discurso y mejorar sus condiciones de vida dotarse de organizaciones para dotarse de su propia identidad, de construcción de su identidad de ampliación del espacio público, de dignificación de la condición social de su existencia.
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