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UDI espera dar el ‘batatazo’ en cinco comunas populares de la RM

Los siempre cautelosos gremialistas, esta vez están emocionados ante la posibilidad de seguir aumentando su votación en la Región Metropolitana. Si en los comicios municipales del 2000 los tomó por sorpresa ganar en comunas como Recoleta o Conchalí, ahora están casi confiados de que podrían repetir ese inesperado golpe de efecto que remeció a la Concertación.


En las elecciones municipales del año 2000 la UDI no tenía mucho que perder y aunque las expectativas eran altas, la mentalidad práctica de sus dirigentes -con Pablo Longueira a la cabeza- los llevó a mantener los pies en la tierra durante todo el proceso. Aún así, dieron una fuerte pelea a la Concertación y para sorpresa del oficialismo lograron restarle importantes comunas populares en la Región Metropolitana, entre ellas Conchalí, Renca, Huechuraba y Recoleta, además de La Florida. Este fenómeno podría volver a repetirse este año en otros municipios, a pesar de que el gremialismo carga ahora con el peso de tener que defender éstas, entre otras, para seguir creciendo.



De las cinco comunas mencionadas, las tres primeras se las arrebataron al PPD y las otras dos a la Democracia Cristiana y aunque fueron triunfos significativos, tal vez el más importante para la UDI fue quitarle Santiago, con Joaquín Lavín, a la DC. Pero eso significa también que aunque actualmente la tienda de Jovino Novoa es la que tiene más alcaldes en la Región Metropolitana -20 de 52-, es la que más esfuerzos tendrá que hacer para conservarlos, lo que implica una carga adicional para la colectividad.



Esta vez las comunas en que, según análisis del partido, podría repetirse el fenómeno de los pasados comicios son Lo Prado, La Granja, Lo Espejo, Macul y La Pintana, con Aníbal Rodríguez, Rafael Salaberry -hermano del diputado UDI por el distrito, Felipe Salaberry-, Oscar Díaz -actual concejal de la comuna-, Gabriel Jordán y Álvaro Cruzat -subdirector de la Fundación Jaime Guzmán-, respectivamente, con un promedio de edad de 34 años.



Paradojalmente el nuevo sistema electoral que se estrenará en estos comicios, de votar por alcaldes y concejales por separado, podría favorecer a la UDI en algunos casos, a pesar de la férrea oposición que la colectividad manifestó a la hora de aprobarlo en el Congreso. La razón es que los pactos debieron negociar los cupos y tendrán que concentrar la votación en un solo candidato. Así, RN deberá necesariamente votar por los postulantes gremialistas donde la colectividad de Sergio Diez se restó y viceversa. Con lo que para enfrentar esta elección la tienda de Suecia 286 podrá sumar para sí los votos de la Alianza en su conjunto.



Un desafío seductor



A pesar de ser a todas luces un difícil reto, no deja de seducir a los dirigentes gremialistas continuar en la carrera de arrebatarle comunas populares a la Concertación y, de paso, ir cerrando distritos para asegurarse la reelección de sus diputados y senadores de la Región Metropolitana. En este contexto, no es casualidad que lleve 31 candidatos a alcalde en esta zona, versus los 20 postulantes de sus aliados. En el caso de Santiago, la comuna número 52, Raúl Alcaíno corre como independiente dentro del pacto, por lo que su votación -de ganar- no podrá sumarse a ninguna de las colectividades, pero sí servirá para asegurar una importante plataforma para los comicios parlamentarios de diciembre del 2005.



De allí que el optimismo vaya en aumento en la medida que avanza la campaña. En todo caso quienes creen que las mencionadas son las comunas en que la UDI puede dar una sorpresa, en la Región Metropolitana, pese a las expectativas se muestran cautelosos porque están concientes de que la tarea no es nada fácil. Tanto que aseguran que, de ganar, esos candidatos darán un verdadero "batatazo".



Los datos registrados tras las pasadas elecciones municipales así lo demuestran, pues el oficialismo ganó esos municipios con cifras nada despreciables. Aunque en el gremialismo estiman que la situación actual del país, tanto en materia de desempleo como seguridad ciudadana, particularmente, pueden favorecer a sus candidatos. En este aspecto, en la UDI argumentan que "existe descontento con el Gobierno, pese a la figura de (el Presidente Ricardo) Lagos. Sobre todos en las comunas populares", lo que asumen como un plus para los postulantes gremialistas.



Repetir una riesgosa apuesta



El ex timonel Pablo Longueira fue quien comenzó la negociación municipal con Renovación Nacional y utilizó la misma estrategia que en la anterior, apostando por comunas casi imposibles de ganar, pero le resultó. La plantilla con la que finalmente se quedó el gremialismo, esta vez, no varió sustancialmente de lo establecido por el ex presidente antes de dejar la dirección del partido. Si su olfato otra vez acierta, la UDI experimentará un importante crecimiento, según calculan en la tienda.



El panorama que deben enfrentar estos candidatos no parece muy prometedor, por lo que resultaría una verdadera sorpresa que pudieran ganar estas comunas. En el caso de Lo Prado, el alcalde PPD Santiago Del Campo ganó con 20.435 votos y el candidato de la Alianza por Chile que más votos sacó obtuvo 19.529. Considerando que esta vez los pactos deberán concentrar en una sola persona, habría que usar como base los porcentajes y votos obtenidos por todos los postulantes de cada pacto. Así las cosas, en esta comuna, en el 2000 la Alianza logró reunir 11.984 votos con un 22,12 por ciento; en cambio el oficialismo reunió 34.654 sufragios lo que le dio el 64 por ciento de la votación.



Esta vez, Aníbal Rodríguez deberá enfrentar al ex subsecretario de Salud Gonzalo Navarrete (PPD), por lo que el desgaste del candidato no es una apuesta, como sí ocurre en las otras cuatro comunas, donde los actuales alcaldes van a la reelección.



La situación en La Granja, según el mapa electoral del 2000, no es mejor. El alcalde Claudio Arraigada (DC) acumuló para sí 24.459 sufragios, mientras su más cercana competidora del pacto opositor, Carolina Dragicevic, obtuvo 6.528. Sumando los votos de todos los candidatos de ambos conglomerados las cifras no son alentadoras. La Concertación recopiló 38.168 votos con el 72,64 por ciento; la Alianza por Chile, en tanto, sólo llegó a 9.933 sufragios llegando al 18,9 por ciento. Arraigada es alcalde de la comuna desde los comicios de 1992, por lo que para la UDI desbancar al edil significaría un importante triunfo.



En Lo Espejo el escenario no es muy diferente. El candidato de la UDI, Oscar Díaz, es concejal de la comuna y aunque en el año 2000 obtuvo para ello 9.752 votos estuvo lejos de Carlos Inostroza (DC) que ganó con 15.297. Los pactos, en conjunto reunieron 33.329 votos la Concertación, con el 62,29 por ciento, y la Alianza por Chile 14.174 sufragios, con un porcentaje de 26,48. Una brecha nada despreciable, que pese a todo la oposición pretende salvar. Un reto nada menor si se toma en cuenta que Inostroza tiene a su cargo esta alcaldía desde que ganó en las municipales de 1996.



Siguiendo con la misma línea de La Granja, el alcalde de Macul, Sergio Puyol (DC), encabeza este municipio desde 1992. De allí que para el gremialismo ganar, con Gabriel Jordán, no sólo constituiría un logró significativo, sino que sumado a La Granja le estarían dando un duro golpe a la Democracia Cristiana, su principal adversario político. Pero la meta no es fácil, ya que Puyol ganó su última elección con 18.716 votos, aunque las esperanzas de la UDI en esta comuna se basan en que la entonces candidata del partido -ahora concejala-, Irene Chadwick, logró sacarle una histórica ventaja, obteniendo para sí 15.482 sufragios.



Sin embargo, aún con este esfuerzo se hará difícil para Jordán ganar, porque a nivel de conglomerados, el oficialismo igualmente impuso una brecha nada insignificante. La Concertación obtuvo 35.011 votos, con el 60,42 por ciento, y la Alianza por Chile sólo llegó a los 20.419 sufragios, con un porcentaje de 35,23. Lo que sí podría jugar a favor del candidato derechista es que Puyol ha tenido una votación inestable, desde 1992, ya que en esa oportunidad obtuvo 15.633 sufragios; en 1996 aumentó pero no demasiado, llegando a 19.135 y en el 2000 sufrió una pequeña baja, logrando sólo los 18.716 votos.



Distinto es el caso de La Pintana. Esta comuna es tal vez el más grande desafío de la UDI en la Región Metropolitana. Jaime Pavez, el actual alcalde PPD no sólo ganó las pasadas municipales con 31.496 votos -mientras su más cercano competidor de la oposición, el RN Luis Huneeus obtuvo 5.223-, sino que desde los comicios de 1992 ha ido aumentando sostenidamente su votación. En esa ocasión sacó 12.384 sufragios y para el siguiente período experimentó un alza consistente, llegando a 26.014 votos. Estos índices hacen más seductor el intento, pero también muchos menos posible el triunfo de la derecha en la comuna.



Por otra parte, el la acumulación de votos a nivel de conglomerados es también bastante disímil. Mientras la Concertación obtuvo un total de 34.433 sufragios con un 77,16 por ciento; la Alianza por Chile sólo llegó a conseguir 9.637 votos lo que le dio un pequeño porcentaje que alcanza apenas al 18,86 por ciento.



Cálculos generales



En tanto, los cálculos de la UDI a nivel nacional es que en estas elecciones llegarán, por lo menos, al 20 por ciento, meta que -según datos que se manejan al interior de la colectividad- podría ser factible. En los comicios del 2000 la UDI obtuvo un 15,97 por ciento, mientras que sus aliados alcanzaron el 15,54. Si a esta cifra se le agrega el 8,59 por ciento alcanzado por los candidatos que postularon como independientes dentro del pacto, el resultado de la Alianza por Chile en las elecciones municipales pasadas llegó al 40,09 por ciento. Lo que esperan aumentar al 44 ó 45 por ciento el 31 de octubre.



Mientras que la Concertación obtuvo en total, a lo largo de todo el país, un 52,13 por ciento. Esta cifra desglosada arroja un 21,62 por ciento para la Democracia Cristiana; 11,41 para el Partido por la Democracia; 11,28 para el Partido Socialista; 5,42 por ciento para el Radical Social Demócrata; un 0,02 para el Partido Liberal y un 2,38 por ciento aportado por los independientes al interior del pacto.



La meta de la derecha es alcanzar al oficialismo y los más optimistas incluso apuestan a superarlo, para así comenzar a asegurarle una plataforma sólida a Joaquín Lavín con miras a las elecciones presidenciales del 2005.



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