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APEC: El diálogo de sordos entre el Gobierno y los globalofóbicos

Todos los actores del conflicto que desata la inminente Cumbre final de APEC, consideran que nuestro país requiere de mayor apertura a lo político-social, en el marco de la inserción internacional. Lo que exige un trabajo conjunto entre el sector estatal y el privado,y entre las elites y las bases sociales.


A principios de septiembre un fuerte dispositivo de seguridad fue montado en las inmediaciones del Hotel Sheraton en Santiago de Chile. ¿El motivo? Los ministros de Economía de la Zona Asia Pacífico se reunieron entre el 1 y el 3 de ese mes, en lo que se consideró una antesala del encuentro final entre mandatarios de las 21 economías suscritas al Foro APEC, en noviembre próximo.



Rodrigo de Rato, Director Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), participó en la reunión ministerial, provocando la reacción de distintos grupos antiglobalización. "Si quieres pasar a «saludarlo» o lo que quieras, tanto a él como a sus compinches ministros de Economía, debes ir al Hotel Sheraton (Av. Santa Maria 1742, Providencia)Â….", rezaba el artículo de ATTAC Chile publicado en el boletín de su página web.



Mientras los ministros conversaban, algunas protestas se tomaron las calles del país. El resultado de las revueltas arrojó a una veintena de detenidos por la policía.



La globalización tiene un punto de referencia fundamental en el Consenso de Washington de 1989, documento que indica que ésta debe estar orientada a la apertura de los mercados, la consolidación de regímenes democráticos y la intensificación del intercambio comercial y financiero, como plataforma para generar crecimiento. Esto, desde el punto de vista neoliberal más clásico, daría mayor posibilidad de distribución del ingreso y de superación de la pobreza. Es ahí donde se establecieron las 10 medidas que regirían este fenómeno de la Globalización (ver nota relacionada).



Chile: un "ejemplo internacional"



"Chile ha pasado a ser un ejemplo, porque implementó estos principios antes del Consenso de Washington y en un régimen autoritario", indica Guillermo Holzman, master en Ciencia Política de la Universidad de Chile. Cuando Patricio Aylwin asumió el poder adhirió al Consenso, y sumó el tema de la equidad social en su agenda. A eso se debe que nuestro país sea un "ejemplo internacional" en materia de flexibilización y desregulación del modelo económico, lo que ha permitido logros tanto en crecimiento, como en políticas sociales.



Para acelerar los procesos de integración comercial, surgieron foros como APEC, Foro de Cooperación Económica Asia Pacifico, creado en 1989, que integra "economías", no naciones, y que apunta a dar facilidades para un comercio más fluido, y al cual Chile decidió incorporarse porque necesitaba ampliar mercados, especialmente con países asiáticos, algunos de sus más relevantes socios comerciales.



APEC ha tenido un crecimiento insospechado y se ha transformado en el principal vehículo regional para promover el comercio abierto y la cooperación práctica entre economías. Por ello también es visto como un símbolo de globalización, lo cual hace que los movimientos contrarios a este proceso la consideren un ícono más del proceso neoliberal.



Punto de "quiebre estratégico"



Holzman asegura que la organización de la cita de APEC por parte de Chile es fundamental para su modelo de desarrollo. Se trata de un triunfo comercial y político, consistente con el posicionamiento en Naciones Unidas y en sus acuerdos bilaterales.



Absolutamente inserto en la globalización, nuestro país necesita dar mayor apertura a lo político-social en el marco de la inserción internacional. Hasta ahora ha mostrado capacidad de generar oportunidades, pero requiere gestionar y administrar los acuerdos, y eso exige un trabajo conjunto entre el sector estatal y el privado, las elites y las bases sociales.



A juicio de Holzman, hoy estamos en un punto de "quiebre estratégico", tenemos que saber cómo seguimos, cual es el proyecto país y para eso es fundamental un acercamiento. Si no lo hacemos, quedaremos en posición de vulnerabilidad absoluta frente a las potencias.



¿Otro mundo posible?



Pese a la importancia que reviste la realización de este evento en Chile, distintos movimientos antiglobalización -también conocidos como globalofóbicos o altermundialistas, según la definición que ellos mismos prefieren- ya ponen en tela de juicio los planteamientos del Foro.



En esta categoría se pueden encontrar redes transnacionales como Acción Global de los Pueblos (AGP), que ha aglutinado hasta ahora a los sectores más críticos del capitalismo global, y el Foro Social Mundial de Porto Alegre, cuya idea es aparecer como una réplica del Foro Económico Mundial de Davos (que se realiza anualmente en esa ciudad suiza, y congrega a dirigentes, líderes políticos, universitarios, escritores, artistas y científicos del mundo entero).



El objetivo del Foro es promover una coordinación entre los distintos sectores y organizaciones que se oponen a la «globalización» neoliberal en torno al lema «Otro mundo es posible



En 1998, surgió de la publicación mensual francesa Le Monde Diplomatique, ATTAC (Asociación por una Tasación de las Transacciones Financieras para Ayuda a los Ciudadanos), con el fin de conformarse como un «movimiento internacional para el control democrático de los mercados financieros y de sus instituciones». Actualmente existe en aproximadamente en 30 países.



Rodrigo Pizarro, director ejecutivo de Fundación Terram (institución sin fines de lucro dedicada al tema del Desarrollo Sustentable), economista graduado en la London School of Economics and Political Science, define la globalización como "un proceso con ventajas -que deben potenciarse- y desventajas -que deben disminuirse- para generar una sociedad con más igualdad".



Provecho para unos, costos para otros



Sostiene que sólo la elite está globalizada: "Es una farsa que somos globalizados. Somos pobres y desiguales. El primer decil (en la pirámide de la escala de ingresos) obtiene los beneficios de la globalización; el resto sufre sus costos".



Para los defensores de la apertura de los mercados, los beneficios son evidentes, pues informes del Ministerio de RR.EE. y del gobierno, indican, por ejemplo, que en el primer semestre de 2004, el valor de las exportaciones presentó un incremento de 43,7% y que el TLC con Estados Unidos permitió en el primer semestre que exportaciones de productos textiles y prendas de vestir aumentaran en más de 42%.



Pizarro es enfático en señalar que "eso es un mal uso de la información, porque ésas son cifras puntuales de algunas empresas y no de la industria textil, en general, como se ha difundido".



José Cademártori, ministro de Economía del Presidente Allende y actual dirigente de ATTAC Chile, critica a APEC básicamente por "la forma en que los temas económicos mundiales se están abordando hoy en las instituciones de este tipo. Porque en éstas priman los gobiernos y grupos vinculados a las entidades empresariales. No se contempla la participación de entidades sociales de derechos humanos, feministas y ecologistas, que son tan importantes como los negocios. Los problemas más relevantes del mundo y de la región del Pacífico no son considerados en todas sus dimensiones", afirma.



Una perspectiva similar plantea el representante de Terram. Recalca que el Foro y la Cumbre APEC de noviembre están demasiado centrados en el tema financiero, y dejan de lado otras temáticas de integración, como la cultural, ambiental y el desarrollo humano. "Se asume que como efecto del incremento en el ingreso -producto del mayor comercio mundial- serán solucionados estos temas, pero no es así. Por algo ésta es la fase de la historia en que hay más desigualdad y pobreza". El profesional cree que este crecimiento económico sin políticas públicas que lo regulen, no generan el efecto automático que se plantea.



La mitad llena del vaso



Sobre esta crítica de las ONGs, que no se han sentido representadas en los foros oficiales y los efectos de los distintos TLC que ha generado el país, Osvaldo Rosales, director general de Relaciones Económicas Internacionales del Ministerio de RR.EE., concuerda con el hecho de que la globalización no ha sido un proceso amigable con la solidaridad.



Sin embargo, afirma que "una cosa es comprobar que la globalización no va de la mano con avances en la equidad, y la otra es creer que cualquier decisión en la economía internacional, ineluctablemente, conduce a agravar las desigualdades sociales y la pobreza. Francamente no creo que haya otro caso en la historia reciente de un país que en 14 años, haya reducido la pobreza de un 47% de la población, a un 18%, como es el caso de Chile".



El 20 de septiembre pasado, el Presidente Ricardo Lagos, junto a Lula, José Rodríguez Zapatero y Jacques Chirac, entre otros, convocaron a 50 jefes de Estado para definir un programa de trabajo con el fin de luchar contra el hambre y la pobreza en el mundo, para reducirla a la mitad, entre el 2001 y el 2015.
A juicio de Rosales, "esto da cuenta de que no estamos satisfechos con la forma en que la globalización funciona".



Holzman explica que esta situación de desencuentros es «uno de los costos políticos del alejamiento entre el gobierno, la elite y la sociedad’. En esa perspectiva, "la sociedad no entiende por qué no recibe los beneficios de este proceso y la única forma de hacer que éstos existan, es que haya una elite que profundice el tema social y sea capaz de transmitir a la sociedad que el beneficio se obtiene cuando todos estamos involucrados en el modelo».



El Foro Social partió en La Legua



Como oposición a las temáticas que se abordarán en el Foro del Asia Pacífico, del que, según la fuente oficial, deberían salir posibilidades de negocios, ATTAC Chile, junto a Terram y otras asociaciones como Servicio Paz y Justicia (SERPAJ) y la Central Autónoma de Trabajadores (CAT), están promoviendo la realización de un Foro Social Chileno en noviembre, paralelo al de APEC.



Su disidencia está dada porque, a juicio de ATTAC, "desde hace algún tiempo, ninguna de estas reuniones de gobernantes y poderosos ha dejado de encontrarse con la voz alternativa de los pueblos, por lo que nos parece viable realizar un esfuerzo para aprovechar esta oportunidad y convocar a una cumbre paralela que nos permita construir nuestra propia agenda frente a la globalización neoliberal, en primer lugar y, en la medida de lo posible, avanzar en una agenda más amplia con las organizaciones sociales de los países del Asia Pacífico y de nuestro Continente". (sitio web de esa entidad)



El Foro Social Chileno partió, en rigor, en junio en la población La Legua, donde se anunció que sería realizado los días 19, 20 y 21 de noviembre en Santiago. Junto con explicar que se inauguraba en La Legua, porque ésta "es un enclave popular que representa el extremo del maltrato, la estigmatización y la exclusión de los sectores marginados por la globalización neoliberal, por las decisiones que se toman en cumbres como la APEC", la declaración pública explicaba su interés en ser un espacio abierto, diverso y democrático para debatir sobre los problemas del país. Pero, sobre todo, para proponer caminos y alternativas que hagan viable un Chile mejor, basado en un modelo económico sustentable y de democracia participativa.



Osvaldo Rosales asegura que estos grupos no han hecho propuestas concretas en su «Foro Social». Para él, éstos tienen un "pre-juicio formado", y están dispuestos a tomar de la realidad sólo aquello que refuerza el prejuicio, pero no están dispuestos a incorporar nuevos elementos. "Acá nadie está diciendo que vivimos en el mundo de Bilz y Pap, pero sí estamos convencidos de que el camino que hemos tomado es el correcto. Lo que uno echa de menos es una propuesta, ¿qué nos proponen?, ¿cómo se hacen las cosas desde la perspectiva país?, y no desde grupos de 10 o 20 personas que saben que a la primera barrera o piedra van a salir en la CNN o en la portada de un periódico", manifiesta, intentando disimular el tedio que a estas alturas le produce el tema.



El rol de los medios en el desencuentro



Cademártori y Pizarro coinciden, por su parte, en que "no hemos sido invitados a ningún tipo de conversaciones, excepto a seminarios de muy bajo perfil, pero el gobierno chileno hace oídos sordos a todos nuestros planteamientos", según denuncia el primero.



Por su parte, Rosales asegura que han mantenido un gran nivel de contacto, no sólo con las grandes empresas, también con las pequeñas y medianas. "Las dificultades que tenemos, es que cuando realizamos actividades de difusión con las Pymes, con comunidades mapuches o la CUT, a lo largo de todo el país, no hay cobertura de prensa. Cuando nos reunimos con la Sofofa, sí la hay", precisa y agrega: "ATTAC, probablemente desinformado, leyendo sólo El Mercurio, cree que tenemos solamente reuniones con el empresariado. Está muy y profundamente equivocado".



Pizarro explica, en tanto, frente a las últimas publicaciones de los medios que hay un esfuerzo concertado del gobierno, los medios y los empresarios por criticar a lo que denominan movimientos antiglobalización, entregando a la opinión pública el mensaje "antiglobalización igual violentistas", cuando eso no es así. "Somos un grupo que busca manifestarse pacíficamente, de forma propositiva en favor de la paz y la igualdad. Lamento la histeria que han mostrado estas tres esferas, pues no sólo nos estigmatizan sino que ellas atraen elementos violentistas hacia un movimiento que no lo es".



Sobre el papel de los medios en el tratamiento de esta temática, Holzman es un convencido de que éstos no han publicado los encuentros entre Gobierno y entidades civiles, es porque el ente oficial no ha sido lo suficientemente creativo como para imponer su agenda a estos canales de comunicación. Su visión es que, claramente, la labor comunicacional de la Cancillería ha fallado en este tema.




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