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Diputados de RN podrían hacer peligrar acuerdo sobre período presidencial

Mientras los senadores y la directiva de Renovación Nacional estiman, por diversas razones, que lo más adecuado son los cuatro años sin reelección, un importante número de diputados espera poder llegar a acuerdos con la UDI con la finalidad de proteger sus bancas con miras a las parlamentarias 2005.


Las negociaciones por el período presidencial inevitablemente conllevan una serie de elementos que se cruzan entre sí. Uno de ellos es que, una vez más, las intenciones de la mayoría de la Concertación de reducirlo a cuatro años, obligó al pacto oficialista a mirar hacia Renovación Nacional. En ello no habría problemas, pues los senadores de la tienda de Sergio Diez se inclinan por disminuir el período -tal como lo acordaron ayer-, salvo porque un importante grupo de diputados de RN sólo aspira a asegurar su cupo distrital, para lo cual están dispuestos a negociar con sus aliados gremialistas con el fin de mantener los seis años. Por lo que nada asegura que en la Cámara Baja se mantenga la determinación de los senadores.



Esta situación obligó también a la directiva de RN a manejarse con cuidado y a considerar, en su decisión final, el efecto que ésta pueda producir al interior de sus bancadas y, por tanto, en las relaciones internas de la colectividad. No sería la primera vez que los legisladores, por iniciativa propia, votaran en sentido contrario al dispuesto por la mesa, aduciendo que las órdenes de partido están prohibidas. Buena cuenta de ello pueden dar los ex presidentes Andrés Allamand y Sebastián Piñera, que debieron sufrir en carne propia la insurrección parlamentaria, a raíz de sus vanos intentos por reformar la Constitución.



Previendo que se repita una situación similar, la directiva de RN decidió reunirse con los diputados para "conversar" sobre este tema y lograr que sus diputados refrenden, en la Cámara, la determinación adoptada en el Senado. El encuentro se concretará hoy en el Congreso, tras lo cual la mesa de la colectividad espera contar con la luz verde de sus diputados para respetar la decisión tomada ayer en la Cámara Alta.



Pero como la vida está llena de ironías, una de las reformas en la que hasta hace, a lo menos dos años, había un relativo consenso y respecto de la cual no se vislumbraban grandes debates era la del período presidencial. Sin embargo, el panorama cambió radicalmen te cuando la UDI se alineó en torno a los seis años. Aunque la razón esgrimida por el gremialismo es que en cuatro años un gobierno no alcanza a desarrollar su programa, porque los últimos dos se vería envuelto en una serie de elecciones, lo que le restaría estabilidad, lo cierto es que ahora, más que nunca, la UDI está convencida que Joaquín Lavín será el próximo presidente de Chile y cuatro años constituirían un efímera pasada por La Moneda, si no logran darle continuidad a su gestión.



Cálculos con precandidatos y todo



En este escenario los cálculos de Renovación Nacional, cuya directiva debe abogar por el futuro de la colectividad -porque después de todo, Lavín muy candidato de la Alianza por Chile será, pero no deja de ser militante UDI-, van en la línea de la sucesión de Lavín, poniéndose en el supuesto de que efectivamente logre llegar a La Moneda.



Para RN el paso lógico siguiente es que algún representante de sus filas sea el continuador de la obra del alcalde en el gobierno. Esto asumiendo que la UDI le dé la pasada a sus socios o incluso, en el peor de los casos, se deba recurrir a un mecanismo que dirima al sucesor de Joaquín Lavín. De hecho, en ambos partidos ya se ha pensado en que existen probabilidades de que se deba recurrir a las cada vez más temidas primarias.



Sea como sea, RN está dispuesto a exigir su derecho o por lo menos a hacer todo lo necesario para conseguir que se respete su opción, disputándola de ser imprescindible. Tanto es así que, aunque oficialmente aseguran que es demasiado pronto para pensar en las presidenciales subsiguientes, ya circulan los nombres de los eventuales precandidatos. Sebastián Piñera, Alberto Espina y Andrés Allamand se mencionan en conversaciones de pasillo, aunque el que concita mayor consenso es el senador Espina, y aunque casi se descarta que Allamand esté dispuesto arriesgarse, nada quita que Piñera apunte a La Moneda, pues su aspiración nunca ha sido un secreto para nadie.



Incluso no faltan los que especulan que el polémico ex presidente del partido haya estado pensando en eso cuando comenzó a negociar la compra de Chilevisión, teorizando además que podría estar aspirando a convertirse en el Silvio Berlusconi chileno. Pese a ello, plantean que la mejor opción, mirado desde el actual escenario interno, es Espina. El presidente de la comisión de Constitución del Senado tampoco oculta su anhelo, aunque cercanos a él aseguran que si bien quiere llegar a ser Presidente, "no se corta las venas por lograrlo".



En este contexto, la preocupación de RN pasa por un análisis de lo que han sido los períodos presidenciales de Eduardo Frei Ruiz-Tagle y Ricardo Lagos: el primero empezó bien su ciclo y, por diversas crisis económicas, lo terminó mal, lo que a su vez habría provocado que Lagos iniciara el suyo no muy bien, pero todo indica que, según los índices macroeconómicos, lo concluirá bastante bien. Así las cosas, en la tienda de Diez especulan que a Lavín le tocaría comenzar con una gestión el alza -aprovechando el vuelito de los buenos resultados de Lagos-, pero estiman que eso no se podrá mantener en un período muy largo de tiempo. De allí que lo mejor sería -piensan- una gestión de cuatro años para dejarle, a su eventual reemplazante, un escenario auspicioso con miras a una reelección.



Asegurando el cupo



Mientras en la directiva sacan éstas y otras cuentas, los diputados de la colectividad sacan las propias. Todo indica que, para ellos, pensar en las subsiguientes presidenciales es mirar a muy largo plazo y, como ya no es novedad, prefieren aprontarse para tareas de más corto aliento, entre las que se cuentan sus respectivas posibilidades de reelección.



Nada de lo dicho constituye novedad cuando de RN se trata. Si a algo le tiene miedo la mayoría de los parlamentarios del sector es a la competencia total con sus aliados. Lo que ha quedado de manifiesto en más de una oportunidad, en que el gremialismo ha utilizado como arma de presión hacia sus socios la competencia abierta. Así es como trascendió que esta vez no ha sido la excepción y en la tienda de Antonio Varas no descartan -siempre hablando en términos de diputados- negociar con la UDI, dándoles los ahora apetecidos seis años a cambio de asegurar algunos distritos.



De concretarse una transaca en tal sentido, cosa que la directiva pretende evitar en su reunión de hoy con la bancada, el partido estaría ad portas de un nuevo conflicto, puesto que el acuerdo alcanzado por los senadores quedaría en nada, con lo que RN nuevamente perdería credibilidad ante la Concertación que ha visto caer, uno tras otro, los acuerdos alcanzados con este partido en materia constitucional. Por eso la importancia de que Sergio Diez logre convencer a sus diputados de los beneficios que puede atraer para la colectividad la aprobación del período presidencial en cuatro años sin reelección.





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