Juez Guzmán prefirió ayer dar cinco días a las partes para que formulen sus dudas y alcances sobre las pericias entregadas por el doctor Jorge Tapia Illanes. Como era de esperarse, la defensa del ex militar apuntó a la inutilidad del juicio, mientras los querellantes sostienen que Pinochet será procesado.
Ayer sólo terminó una etapa del proceso por el caso Operación Cóndor y el capítulo del mismo que está dominado por el estado de salud de Pinochet con la entrega del último informe por parte del perito Jorge Tapia Illanes. Ahora comienza otra: la de interpretar los resultados a los que arribaron los especialistas y, en el caso particular de los querellantes, lograr que el ministro de fuero Juan Guzmán procese al ex militar antes de sobreseerlo por razones de salud.
Sin embargo, esta vez, las posibilidades de los demandantes de lograr un encausamiento contra Pinochet y así convertirlo en el primer jefe de estado sudamericano de facto involucrado con la Operación Cóndor en enfrentar la justicia, se ven más pálidas y más complejas. Esto, porque el perito designado por el tribunal -Tapia Illanes- fue el que mantuvo el diagnóstico que los especialistas definieran ya el 2001: demencia subcortical, pero en grado moderado y por el cual la Corte Suprema estableció que no podía enfrentar un debido proceso.
Tapia Illanes coincide en su criterio con el perito de la defensa, Sergio Ferrer, pero ambos disienten con el de los querellantes, Martín Cordero, quien asegura que el actual estado mental y físico de Pinochet no impide que enfrente un juicio.
Pero el ministro Guzmán, previendo las diferencias entre los especialistas, por razones obvias, prefirió ayer darle traslado a las partes y que cada uno, tanto defensores como recurrentes, formulen sus "inquietudes jurídicas" sobre los análisis. Una vez hecho eso, Guzmán recién verá que hacer.
Cuentas alegres
En todo caso, ayer el abogado querellante Eduardo Contreras, tras conocer los análisis sacó sus primeras cuentas alegres. "Tengo la absoluta certeza que los días de Pinochet, para ser procesado, están contados», dijo el profesional.
Su análisis está centrado en que si bien Pinochet puede padecer ese tipo especial de demencia, ello no implica que no se le pueda realizar un juicio de reproche. En otras palabras, mientras el ex militar sea capaz de distinguir el bien del mal y sepa diferenciar su conducta, el magistrado debiera procesarlo, en el marco del caso de la Operación Cóndor.
«En enero del 2001 Pinochet fue considerado como una persona que sufría de demencia subcortical de origen vascular de leve a moderado. Con ese diagnóstico el juez Guzmán lo interrogó, lo procesó y la Corte de Apelaciones confirmó el procesamiento. Al cabo de tantos años no han aumentado en absoluto los niveles de deterioro, que en todo caso no tienen que ver con las facultades mentales», insistió Contreras.
La defensa del ex militar, a través del abogado Pablo Rodríguez, mantuvo su postura tradicional sobre el ánimo que, a su juicio, guía a su contraparte en el juicio. «Se trata de una persecusión que para lo único que sirve es para injuriar al general Pinochet, para denigrarlo, para perseguirlo, para escarnecerlo ante la opinión pública, cosa que a mí como chileno me duele inmensamente».
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Lea además:
Pinochet sufre demencia vascular de origen subcortical moderada (15 de octubre de 2004)
CONCLUSIONES DE LOS PERITOS:
Jorge Tapia Illanes, representante del tribunal
Martín Cordero, representante de los querellantes
Sergio Ferrer, representante de la defensa
VEA ADEMÁS:
Vea lo último del caso Prats
Vea lo último del caso Pinochet
Vea lo último de la Operación Cóndor
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