A pesar de que el Ministerio de Economía planeaba enviar el proyecto en diciembre, ahora se discute si presentarlo durante el 2005 o dejarlo definitivamente para la próxima administración. Diferencias políticas en el oficialismo habrían determinado el inesperado retraso de la iniciativa.
El polémico proyecto de ley sobre bioseguridad no será enviado este año al Parlamento. A pesar de que en el Ministerio de Economía se había planeado lanzar la iniciativa en diciembre, ahora deberán esperar hasta el 2005, o principios del 2006, o dejarla simplemente para una próxima administración.
Según distintas fuentes de gobierno consultadas por El Mostrador.cl, las razones por las que el Ejecutivo dio un paso atrás y archivó, al menos temporalmente, esta iniciativa, serían diferencias políticas al interior del oficialismo sobre los productos genéticamente modificados, más conocidos como transgénicos.
En otras palabras, el proyecto se habría retrasado porque en el Gobierno se consideró inoportuno enviar al Parlamento una iniciativa que no contaba con un respaldo cerrado en la Concertación, en un período fuertemente eleccionario, y en el cual el oficialismo debía estar y aparecer unido frente a los grandes temas.
Esto, sumado a que la idea era, precisamente, presentar el proyecto como el gran paso hacia el desarrollo de la biotecnología en Chile, derivó en que la propuesta gubernamental se retrasara temporal o indefinidamente y en que en el Ejecutivo se reconociera que ésta se encuentra en un momento delicado.
Lo delicado del momento se explica porque en estos días la iniciativa está siendo sometida a un período de consulta entre diferentes reparticiones gubernamentales, entre ellas el Ministerio de Salud y la Comisión Nacional del Medioambiente (Conama), que podría influir en el éxito o fracaso de un proyecto reconocidamente complejo.
No obstante, fuentes cercanas a la iniciativa aseguran que los principales cuestionamientos no provienen de otras reparticiones sino que, por ejemplo, de parlamentarios verdes como el diputado PPD Guido Girardi.
En qué consiste el proyecto
A grandes rasgos, el proyecto de ley de bioseguridad busca regular el tema de los organismos genéticamente modificados -en su mayoría, alimentos- en términos sanitarios y ambientales, tanto para el sector público como privado.
La iniciativa tiene sus raíces en el Taller de Prospectiva Tecnológica en Biotecnología desarrollado por el Ministerio de Economía y la Corfo a principios de los noventa y que derivó en la formación de la Comisión Nacional para el Desarrollo de la Biotecnología el 2002.
De allí surgió una política biotecnológica que sirvió de marco al actual proyecto y que plantea entre sus objetivos fortalecer el desarrollo de la industria biotecnológica nacional, especialmente en los productores de recursos naturales; potenciar la formación de recursos humanos y el desarrollo de capacidades científico tecnológicas en el tema; además de generar un marco regulatorio y una institucionalidad pública que incorpore la participación ciudadana.
No obstante este marco general, lo más conocido hasta ahora del proyecto es la propuesta sobre rotulado de los transgénicos y que contempla un etiquetado sanitario, que especificará cuando haya una diferencia nutricional entre un alimento orgánico y otro modificado genéticamente y otro rotulado informacional, que dirá explícitamente si el producto tiene un origen transgénico o no.
De acuerdo al último borrador del proyecto, el primer rotulado será obligatorio, mientras que el segundo dependerá de una comisión de ministros integrada por los secretarios de Economía, Salud, Agricultura, Cancillería y Secretaría General de la Presidencia. Quienes deberán optar por rotular explícitamente todos los productos transgénicos, hacerlo sólo con algunos alimentos o simplemente no hacerlo.
Esto último ha generado fuertes críticas entre los ambientalistas y sectores parlamentarios verdes, los que, de antemano, han dicho que el rotulado obligatorio es un derecho intransable y que sin este punto resuelto rechazarán el proyecto. Hecho que, sumado a otras críricas, habrían contribuido al estancamiento de la medida.
El factor Conama
El 18 de octubre pasado El Mostrador.cl dio a conocer el plan de acción de la Conama, que sintetiza la propuesta medioambiental para el último tramo del gobierno del Presidente Ricardo Lagos.
Este plan contiene un conjunto de medidas que deberán estar concretadas a más tardar el 11 de marzo del 2006 y que, en palabras de la directora de la Conama, Paulina Saball, se divide en "tres grandes líneas. Una es la idea de la conservación y restauración de los ecosistemas, otra de las líneas madre tiene que ver con la conservación de las especies y el patrimonio genético y una tercera está relacionada con la promoción de prácticas productivas sustentables".
Uno de los pilares de esta última línea es el proyecto de ley de bioseguridad. Luego, si éste se archiva indefinidamente, se terminará incumpliendo una parte importante de la última gran promesa ambiental de la administración de Lagos, el llamado «paquete verde».
Y pese a que en la Conama confían en el compromiso del Ministerio de Economía de enviar pronto el proyecto, a esta altura eso no se puede asegurar.
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Lea además:
Lea completo el plan de acción de la Conama
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