Un punto insoslayable del debate deberá ser lo ocurrido en la Octava Región, donde dos candidatos oficiales de la Alianza, de militancia RN, perdieron frente a los descolgados apoyados por la UDI, lo que tiene en pie de guerra a los dirigentes de la zona.
Las pasadas elecciones municipales están dejando demasiados heridos en el camino. Tras los comicios del domingo, acusar el golpe de los magros resultados fue sólo la primera fase. Ahora los partidos de la Alianza por Chile entraron a la etapa de internalización de estos hechos, lo que podría terminar siendo aún peor, ya que es aquí donde se vuelve imperativo encontrar exactamente cuál fue el error que cometió el conglomerado y en particular el lavinismo que los llevó a un escenario tan inesperado como al que ahora se enfrenta la oposición. De este análisis es que deberán surgir los necesarios cambios con miras a diciembre del 2005.
Las responsabilidades son tantas como tantos los equipos que intervinieron en la organización de la campaña municipal de la oposición y si bien unos y otros se culpan indistintamente, lo cierto es que aparentemente nada funcionó. Las cifras así lo relevan y duras y determinantes como son, a la Alianza por Chile no le queda más que prepararse para responder a esta señal que, por mala que sea, según análisis que se hacen al interior de los partidos, llegó a tiempo de modificar no sólo la estrategia presidencial de Joaquín Lavín, sino de reorganizar la avanzada parlamentaria.
Reuniones especiales
Así, mientras en la UDI ya se programa un consejo directivo ampliado para analizar a fondo las municipales y los desafíos que vienen para el próximo año, en Renovación Nacional decidieron realizar una comisión política ampliada para el lunes 8 de noviembre. Al encuentro -que se efectuará entre las 16:00 y 23:00 horas- serán convocados los parlamentarios y dirigentes nacionales. Pero además se invitaría a los presidentes regionales y a figuras como Andrés Allamand -que participó de cerca en la planificación de la campaña municipal desde el círculo de hierro de Lavín-, entre otras.
Demás está decir que Renovación Nacional fue el partido más perjudicado, al interior del pacto opositor, y debido a que en estos comicios debutó la elección separada de alcaldes y concejales es necesario comparar los resultados de las elecciones del 2000 con la de alcaldes y concejales recién pasadas, también por separado. Aún así, el partido bajó respecto del 15,54 por ciento obtenido ese año si se compara con la cifra de alcaldes a la que llegaron el domingo -14,36%- y lo mismo sucede con el porcentaje de concejales -15,09%-. Los fríos números siguen apuntando a la baja, lo que dibuja un mal panorama para la tienda de Sergio Diez.
Esta situación no puede ser soslayada por los dirigentes de la colectividad, que en la reunión que está siendo convocada deberán dar explicaciones a dirigentes regionales y parlamentarios por lo ocurrido. Sobre todo si se considera que dentro de las proyecciones que se realizaban antes de los comicios municipales, el propio secretario general del partido, Cristián Monckeberg, aseguraba que se daría por satisfecho con un 18 por ciento, que dejaría en un muy buen pie a su partido frente a sus aliados.
Por otra parte, no faltan los que en la UDI alegan que si la Alianza bajó respecto del 2000 se debe a que Renovación Nacional no aportó votos, lo que no deja de ser cierto, ya que la UDI obtuvo el domingo más votación que en las municipales anteriores. No obstante, nada dicen de los votos que el gremialismo le restó a sus socios -a través de los descolgados-, lo que indica que un mismo hecho puede tener variadas y muy distintas lecturas. De hecho, esto tiene un muy concreto escenario que es el que se vivió en la Octava Región.
¿Arde la Octava Región?
Los dirigentes de RN también deberán responder por lo ocurrido en la zona, particularmente en las comunas de Los Ángeles y Santa Bárbara, donde el diputado UDI Víctor Pérez apoyó a los candidatos descolgados en desmedro de los postulantes ancla de RN que iban a la reelección, postulantes que supuestamente debían ser apoyados por los dos partidos de la Alianza. Estos dos descolgados ganaron, con lo que automáticamente RN perdió dos alcaldes. Lo que demuestra además que la carta abierta que los dirigentes del conglomerado enviaron a sus electores, firmada también por Joaquín Lavín, llamándolos a no votar por los candidatos rebeldes no surtió ningún efecto concreto.
Si bien eso es responsabilidad de la UDI -como públicamente lo ha señalado el presidente de RN- y es la tienda de Jovino Novoa la que deberá evaluar cómo soluciona el impasse que esto produjo en la Octava Región, en la zona afectada estiman que RN deberá también asumir una postura drástica frente a lo ocurrido.
En todo caso, desde el mismo día de la elección más de algún representante de Renovación Nacional auguró la caída de la candidatura senatorial del diputado Pérez en la circunscripción 12 de la Octava Región, cosa que no parece que la UDI esté considerando. Por el contrario, es muy posible que las comunas apoyadas por el legislador constituyan un importante aporte a su candidatura senatorial. Todo dependerá de cuánta presión están dispuestos a ejercer en RN sobre sus aliados o sobre el propio Joaquín Lavín.
De que se le dé una solución satisfactoria a este problema o no dependerá que la Alianza comience en buen pie la campaña presidencial y parlamentaria del 2005, considerando que dirigentes de la Octava Región ya han anunciado que la Alianza por Chile no existe en esa zona, lo que más bien suena a una amenaza que el abanderado opositor deberá escuchar con atención, pero también los dirigentes de Renovación Nacional.
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