La diligencia la solicitó el abogado del brigadier Miguel Krassnoff, Luis Valentín Ferrada, al ministro Solís, el último día del período probatorio del caso del mirista Manuel Cortez Joo, antes de que dictara sentencia en primera instancia. De este modo ganó tiempo, y aprovechó el mea culpa del comandante en jefe.
La defensa del brigadier Miguel Krassnoff, a través del abogado Luis Valentín Ferrada, realizó un giro estratégico, en un proceso que lleva adelante el ministro Alejandro Solís, por uno de los detenidos desaparecidos de Villa Grimaldi -el mirista Manuel Cortez Joo-, y logró suspender el miércoles la vista del período probatorio, previo a la sentencia de primera instancia. Pero, al mismo tiempo, puso en aprietos al comandante en jefe del Ejército, Juan Emilio Cheyre, pidiéndole, por medio de un oficio judicial de dos páginas, que ponga a disposición de la justicia todos los manuales, ordenanzas y reglamentos, donde se enseñaban métodos de tortura.
Así lo aseguraron en exclusiva a El Mostrador.cl fuentes cercanas al proceso.
De esta manera, y aprovechando la reciente aparición del informe de la llamada Comisión Valech, que concluyó que la tortura como método tuvo carácter institucional en las Fuerzas Armadas, Ferrada busca profundizar el mismo argumento que usó en la casación ante la Segunda Sala (Penal) de la Corte Suprema -pero en el caso del también mirista Miguel Angel Sandoval, donde su cliente está condenado-, aunque antes de que Solís dicte el fallo de primera instancia, tratando a su vez de constituir la eximente del cumplimiento del deber.
Si bien la presentación de Ferrada puede parecer una mera diligencia para ganar tiempo antes de que se de a conocer el fallo del caso de Cortez Joo, cuyo contenido podría modificar o mantener la aplicación de la Ley de Amnistía, lo cierto es que también puede ser leído como una bien cuidada estrategia para capitalizar el "mea culpa" de Cheyre. También hay que considerar que Krassnoff tiene ya sobre sus espaldas dos condenas, la primera por el caso Sandoval (diez años de cárcel), y también la que dictó Solís esta semana por el caso de otro desaparecido, Luis San Martín Vergara, que le significó una pena adicional de tres años y un día.
Ahora bien, con esta diligencia pedida al Ejército y con las propias palabras del comandante en jefe, nada impide que se den a conocer este tipo de documentos como los que pide ahora Ferrada, que en lo esencial son los manuales de tormentos que se habrían usado para «instruir» a los interrogadores de posibles subversivos.
Recordemos que Ferrada sostuvo ante el máximo tribunal que su defendido, el brigadier Miguel Krassnoff Marchenko, había cometido violaciones a los derechos humanos debido a la educación militar que recibió, que había sido avalada por los gobiernos civiles desde Alessandri hijo hasta el mismo Salvador Allende, tomando en consideración el contexto histórico de la Guerra Fría y la Escuela de las Américas.
Sin embargo, pese a los intentos de Ferrada, la convicción jurídica que ha usado el ministro Solís en los procesos que sustancia por los secuestros calificados, o de detenidos desaparecidos, apunta a que mientras los procesados no revelen cómo hicieron desaparecer los cuerpos, ni tampoco cómo mataron a esas personas, la eximente de responsabilidad no puede configurarse.
Cortez Joo fue detenido el 14 de febrero de 1975 por agentes de la DINA y llevado a Villa Grimaldi, desde donde se perdió su rastro hasta hoy.
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