Hace tres años, Víctor López, de 15 años, fue encontrado muerto en la ciudad de Oslo. Su familia nunca creyó en un suicidio, en especial porque uno de sus mejores amigos había sido ultimado por una banda neonazi, ocho meses antes. Ahora, un programa de televisión revive la tesis de un homicidio racista.
El 19 de septiembre de 2001 Víctor López ,de 15 años, fue encontrado muerto en las cercanías de un centro comercial en la ciudad de Oslo. La policía noruega determinó en tiempo récord que el joven se había suicidado. Pero la familia nunca creyó en la versión oficial. Especialmente porque Benjamín Herrmansen -uno de los mejores amigos de Víctor y también hijo de inmigrantes- había sido ultimado por una banda neonazi ocho meses antes.
El caso nunca fue conocido por la opinión pública, porque en el país escandinavo los suicidios tienen restricciones para ser informados en la prensa. Pero el domingo pasado la cadena de televisión TVNorge decidió romper el bajo perfil con que se ha tratado el tema y dedicó uno de sus programas de reportajes a la muerte de Víctor López, cuyo mayor pecado fue encabezar la búsqueda de los asesinos -hoy en la cárcel- de su amigo Benjamín Herrmansen.
Desde la localidad de Holmlia, Isabel Carvajal, madre de Víctor, cuenta que el programa Fornemmelse for mord nació hace unos tres años y en innumerables oportunidades intentó que le concedieran un espacio, lo que sólo se produjo hace algunos meses. A comienzos de año, la producción de TVNorge se contactó con ella y a través de la utilización de tres videntes -un método común con el que trabaja ese canal en casos parecidos- se logró determinar que su hijo también había sido asesinado por una banda neonazi, confirmando las presunciones de la familia.
Si bien el programa puede generar más de alguna suspicacia por la utilización de clarividentes, lo cierto es que ha permitido la reapertura de diversos casos criminales que se creían cerrados. El espacio está divido en tres partes. En la primera se pasa la vida de la persona, en la segunda se muestra el trabajo que hizo el canal con las videntes y en el tercero participan los familiares directos de la víctima, más una de las videntes.
"Jamás hablé con ninguna de las videntes. Mi único contacto era con la gente del canal", asegura Isabel desde la ciudad de Oslo.
"Es una cosa tan impactante. Ellas visualizaron el lugar donde encontraron a Víctor. Describieron lo que pasó, el sufrimiento, el acoso que sufrió, la persecución y todas sus características personales. Él era una persona muy autentica, humana que hacía lo que sentía".
Quizás lo más doloroso para Isabel es haber tenido que dejar Chile en 1985, por la posición política que ella y su marido sostenían contra la dictadura. Desde Villa Francia partieron a Noruega, cuando Víctor tenía sólo ocho meses de gestación, en busca de refugio y mayor seguridad. Pero los neonazis, agrupados en pandillas, acabaron por opacar la visión se ese país que se encumbra permanentemente en los ranking de calidad de vida.
Sin embargo, la adversidad no merma la capacidad de lucha de esta mujer que insiste en la participación de grupos racistas en la muerte de su hijo. Opinión que comparte también Hans Dahle, de radio Latinoamerika, el principal medio de comunicación que une a la comunidad de 10 mil chilenos y numerosos latinos que residen también en el país escandinavo. Hans señala que "Víctor no pudo quitarse la vida. A pocos días de su muerte vino a la radio a pedirnos que le ayudáramos a buscar un lugar donde estudiar periodismo".
Se sentía amenazado
"El día de su muerte sacó a pasear a su mascota preferida y lo encontraron ahorcado con el collar de su perro. Él no podría haber hecho algo así. Siempre nos dijo que se sentía amenazado por grupos neonazis, luego de su incursión en distintos medios de comunicación donde participó para repudiar las acciones xenófobas de estos grupos. Incluso nosotros como radio estábamos amenazados", afirmó el conductor radial, quien también es de origen chileno.
Isabel Carvajal sostuvo que llegará hasta la últimas consecuencias para la reapertura del caso y confía en que la información que está llegando al canal de televisión, luego del programa, puede ayudar en algo. Sus presunciones no son gratuitas, ni las propias de una madre desgarrada por la ausencia de un hijo.
"Hace un año fuimos al cine en la tarde, con mi hijo menor y una amiga, y un neonazi nos siguió, nos golpeó…Si no se mete un noruego nos mata con toda la gente ahí mirando", concluye.
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