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Dirigente RN plantea reflexión que apunte a mea culpa y reparación

El secretario general de la colectividad, Cristián Monckeberg, manifestó la necesidad de abrir un debate interno sobre los hechos que contiene el Informe sobre Prisión Política y Tortura, que pudiera concluir en una propuesta que contenga tanto un reconocimiento como la necesaria reparación a las víctimas.


A pesar de que lo que se ha conocido del llamado Informe Valech es en base sólo a trascendidos, el Presidente Ricardo Lagos no es el único impactado con su contenido. Y junto con generar incertidumbre el hecho de que aún no se dé a conocer oficialmente, también ha provocado algo más profundo: una reflexión quizás inesperada en sectores que hasta ahora se habían marginado del debate de fondo, manteniéndose a la defensiva respecto de los embates tanto de la Concertación como de la izquierda y de los grupos ligados a la defensa de los derechos humanos.



Ese es el caso de algunos dirigentes de Renovación Nacional, en particular del secretario general de la colectividad, Cristián Monckeberg, quien se ha sentido "tocado" por episodios que se han filtrado y que le han permitido conocer una serie de atropellos a los derechos humanos de manera más concreta que un mero rumor. Tanto es así que se propuso la meta de hacer circular, dentro del partido, una idea que le viene rondando hace días -según él mismo ha señalado- y que consiste en elaborar una propuesta que apunte, por un lado, a un reconocimiento, un mea culpa, de RN, de que en los hechos ocurridos durante el régimen militar hubo responsabilidades, por acción u omisión, que por el bien del país es necesario asumir; y, por el otro, de una reparación.



La idea de Monckeberg está aún en etapa de reflexión y el dirigente pretende socializarla para tantear si tiene piso dentro de la colectividad, aunque en lo personal está convencido que es un paso que hay que dar, porque en el marco del Informe Valech cree que el tema no le puede "pasar por encima" al partido. A este respecto, plantea que su posición está lejos de esperar atraer dividendos políticos para su tienda, ya que también está conciente de que siempre habrá quienes estimen que no es oportuno o que no corresponde un mea culpa de parte de los que no estuvieron directamente involucrados en los atropellos a los derechos humanos.



De allí que esté dispuesto a plantear su postura en la mesa y la comisión política para dar paso a un debate, solventado desde la experiencia de alguno de los participantes en la Comisión sobre Prisión Política y Tortura a quien desea invitar al partido. El dirigente se ha mostrado impactado por la cantidad de personas afectadas por estos atropellos a los DDHH, unas 60 mil -dice- según lo que ha trascendido, mientras que sólo 35 mil habrían entregado su testimonio a la comisión.



Difícil tarea



Pese a las buenas intenciones del dirigente, su "profunda reflexión" no será fácil de incorporar dentro del partido, que cuenta entre sus filas a algunos ex funcionarios del régimen militar, como es el caso del presidente de la colectividad, Sergio Díez, y del diputado y ex timonel Alberto Cardemil. Y aunque el primero ya hizo un importante avance en materia de reconocimiento al manifestar su pesar ante el "dolor" que, ahora ve, causaron sus palabras ante las Naciones Unidas, a los afectados por los atropellos a los derechos humanos, nada indica que esté dispuesto a reconocer mayores responsabilidades.



Tampoco es tan probable que su postura encuentre eco entre el sector más conservador del partido. Todo va a depender de la manera cómo se plantee el tema y de la profundidad que alcance el debate que debería realizarse al interior de la colectividad. Por su parte, Monckeberg estaría apostando al efecto que cause entre los dirigentes y parlamentarios el contenido del Informe Valech, ya que estima que los impactará tanto como a él.



En tanto, respecto de cómo lo tomarían los liberales este asunto tampoco es una carrera ganada, ya que en este sector plantean que Renovación Nacional ya realizó un reconocimiento en 1990, señalando que en este tema todos debían hacerse una autocrítica, desde la izquierda a la derecha. Por esa actuación, con la que habrían sido los precursores del mea culpa, añaden, recibieron muchas críticas, pero ahora -15 años después- queda demostrado a partir del Informe Valech que "teníamos la razón", dice un representante de este sector al interior de RN.



Así no le ven sentido a repetir un proceso por el que ya pasaron, antes que los demás partidos, oportunidad en la que también reconocieron su responsabilidad por no haber levantado la voz con suficiente fuerza respecto de las violaciones a los derechos humanos, durante el régimen militar.



Monckeberg también admite que el partido ya ha tomado la iniciativa en diversas oportunidades; sin embargo, plantea que es necesario retomar el tema en el marco de los nuevos hechos que deja en evidencia, al menos, lo que ha trascendido del informe y está convencido de que es necesario que se realice una profunda reflexión al respecto. Por lo menos así lo siente imprescindible desde la visión de los militantes de su generación.



Resulte o no, al menos está claro que el dirigente hará lo posible porque su iniciativa cobre fuerza en el interior del partido para que el informe genere un profundo debate.

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