Aunque no se ha establecido su causa de muerte, el deceso de algunos coipos aumenta la incertidumbre sobre la real magnitud de la crisis ecológica que se vive en el santuario de la naturaleza Carlos Anwandter, de la X Región. Hace algunas semanas la desproporcionada muerte de cisnes puso la voz de alerta.
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| Coipo antes de ser sometido a una necropsia |
La crisis ecológica en el santuario de la naturaleza Carlos Anwandter en la X Región parece no tener fin. A la masiva muerte de cisnes en el lugar, se suma ahora la enigmática muerte de dos coipos (Myocastor coypus) encontrados por médicos veterinarios que patrullan periódicamente el humedal protegido por la convención Ramsar, a la que Chile adscribió en 1971.
Los ejemplares corresponden a un macho y una hembra que abortó a su cría antes de morir. La data de muerte se estimó en no más de un día, ya que ni siquiera se advirtió la presencia de moscas en el lugar.
Los profesionales que encontraron los cuerpos son de conocido prestigio en la zona y prefirieron no dar a conocer sus nombres en esta oportunidad, por temor a que el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) les requise las especies antes de que culminen los estudios para determinar la causa de muerte.
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| Aborto espontáneo de una hembra. |
Según informaron en exclusiva a El Mostrador.cl, no confían en los organismos estatales que están llevando a cabo la investigación de los cisnes, por lo que desean realizar pruebas independientes antes de entregarlos a las autoridades. Una de ellas corresponde la necropsia que ya fue practicada y la otra son exámenes que deberá ejecutar a partir de las muestras un patólogo sin vinculaciones a organismos oficiales o la Universidad Austral.
Dentro de los muchos signos que presentaban las especies se registraron los siguientes: hemorragia intestinal, infarto hepático y miocarditis. La cautela con que se ha manejado el tema es que los profesionales no quieren especular ni hacer conjeturas previas acerca de la causa de los decesos, pues tampoco se podría descartar que corresponda a una infección.
Pero con los cisnes de cuello negro muriendo a cada instante las sospechas de la acción de un elemento externo al ecosistema del humedal son más persistentes. Tan sólo ayer se encontraron tres nuevos ejemplares muertos en una ronda por el humedal.
El coipo es una especie vegetariana que se alimenta de las totoras y junquillos del humedal. Dicha vegetación se nutre de los sedimentos del río, material arenoso que tiene la particularidad de concentrar los componentes químicos tóxicos y no tóxicos que escurren por las aguas del río Cruces, utilizado por la Celulosa Arauco -a 2 km de distancia- como vía para descargar sus residuos líquidos industriales.
Coincidentemente, desde la puesta en marcha de la celulosa este año, la fauna del santuario ha experimentado serios cambios. Los científicos han constatado variaciones en los lugares de alimentación, desnutrición, muerte, ausencia de reproducción , y migración forzada de cisnes. Lo que se suma a la desaparición de extensas zonas del luchecillo, alimento habitual que existía en abundancia previo a la existencia de la planta fabricante de celulosa.
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