El más crucial de los puntos aún sin definir luego de la decisión de la Junta de ungir a Alvear como precandidata es el tema de quién tomará las riendas de la DC. El dilema es si Zaldívar continuará o no al mando, o si concretará la advertencia de que dimitiría si es que los resultados le eran adversos.
¿Alguien puede pensar que con la ardua Junta Nacional de este fin de semana la DC resolvió sus debates inmediatos? No es así: la decisión de ungir a Alvear como la abanderada presidencial del partido sólo resolvió el punto primero y más importante, pero esta semana que comienza son varios los dilemas políticos que se abren a partir de esta designación.
El más crucial de estos puntos que quedaron en suspenso dentro de la importante decisión que adoptó la instancia resolutoria es el tema de quién tomará las riendas del partido. O dicho de otra manera, si Adolfo Zaldívar continuará o no al mando de la DC para "tenerle a punto" la colectividad a Soledad Alvear, o si acaso concretará la advertencia que hicieron varios personeros de su equipo en cuanto a que si Adolfo perdía inevitablemente dejaría el partido en manos del equipo político de la candidata para irse para la casa.
El debate sobre la conducción de la DC en su empresa presidencial y en la campaña parlamentaria 2005 estuvo muy presente en las conversaciones previas a la Junta Nacional y en las intervenciones mismas que hubo en la jornada. Fue una de las ideas fuerza que más se usó para ir a la ofensiva, por parte de los colorines o para defenderse, en lo que respecta a quienes apoyaron a Soledad Alvear.
El antes y el después
A lo largo del debate del sábado, Zaldívar y los suyos no pocas veces recordaron a los dirigentes territoriales presentes "cómo estaba el partido antes" y "cómo está ahora", sobre todo en lo que respecta a la salud electoral de la DC. Este planteamiento, presente desde la cuenta política del secretario nacional Jaime Mulet en adelante siempre dejó implícito la noción de que no sólo se elegía un candidato sino el paquete completo: el futuro del partido, su destino dentro de la Concertación y las listas de candidatos a parlamentarios.
Aunque Alvear y su equipo repitieron otras tantas veces que el futuro de la DC tenía que ser "con todos", que la nominación presidencial no debía derrotar ni excluir a nadie, finalmente la cuestión nunca salió a colación después de momento de la victoria alvearista. Y así como varios colorines habían asegurado en días previos a la Junta que si Zaldívar perdía renunciaba de inmediato, también gente del comando de Alvear había reconocido la intención de hacer readecuaciones en la directiva que le hicieran más fluidas las cosas a la candidata. Ni un sector ni otro parecieron el fin de semana querer zanjar el punto.
Junto con este tema pendiente, quedó también en vías de definirse el curso de acción futuro que tome el ex Presidente Eduardo Frei, aspirante fallido en la disputa electoral del fin de semana. El senador vitalicio no sólo no quiso bajarse en favor de ninguno de los dos candidatos, lo que mantiene las relaciones de Frei en un punto distante tanto con Alvear como con Zaldívar, sino que tampoco intervino ni votó en la Junta Nacional.
Se suponía que la neutralidad del ex mandatario aseguraría una reserva de gobernabilidad en caso de resultados muy estrechos o de impugnaciones entre el comando de Alvear y de Zaldívar. La cuestión finalmente no ocurrió y Frei, junto con su equipo, terminaron siendo los grandes "ausentes" como actores en la Junta.
Parlamentarias 2005
Tampoco se esclareció quiénes y cómo llevaran a cabo la negociación por los cupos para senadores y diputados que se eligen este año: con el "quiénes" la cuestión es si será formalmente la directiva del partido, o si es un asunto que quedará en manos del comando de la candidata. Con el "cómo", la pregunta es si la DC va a ligar esa negociación con el PS y el PPD a la competencia presidencial entre las respectivas abanderadas.
Durante la Junta Nacional, algunos dirigentes colorines expusieron que el partido tenía que resolver eso con visión de conjunto, puesto que candidatura presidencial y parlamentarias serían temas indisolublemente ligados; el alvearismo, al menos en su discurso, planteó que una cosa debía resolverse primero independientemente de las negociaciones parlamentarias a futuro.
En la medida que se acerque marzo, no obstante, ambas cosas se vincularán si o sí en la medida que una de las maneras que tiene la ex canciller de recuperar terreno frente al margen que le sacó Michelle Bachelet con su partida anticipada, son las giras partidistas a regiones en apoyo de los candidatos a parlamentarios.
Los pasos inmediatos
Son bastantes las tareas que tiene que comenzar a trabajar rápidamente Soledad Alvear si quiere ganar ahora su competencia más difícil, según admitieron el sábado sus propios cercanos: remontar la ventaja en las encuestas que le lleva la ex ministra Bachelet.
A lo largo de la semana se tendrá que definir un comando oficial respecto del cuál habrá que resolver previamente, qué grado de "integración" del zaldivarismo al equipo se va a conseguir. También, en lo inmediato, según lo anunció la propia Alvear, iniciará un nuevo recorrido por el país para escuchar de las bases las propuestas y planteamientos que sumará a su programa presidencial. Dicho con otras palabras, es la misma estrategia de los "diálogos ciudadanos" que ya está desarrollando Michelle Bachelet.
También en las semanas inmediatas, se abrirá el otro flanco de la discusión concertacionista: fijar un mecanismo de elección entre las candidatas, fijar modos e itinerarios. Así pues, el ajetreo de Soledad Alvear no terminó el sábado en la noche después de una semana frenética tratando de amarrar los votos que le permitieron ganar la Junta. Más bien el ajetreo, recién comienza.
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