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Incertidumbre en Universidad de Chile por término de reestructuración

Académicos de la Universidad de Chile denunciaron despidos y reducción de jornadas laborales producto de un proceso de reestructuración que califican de »arbitrario». El decano Fernando Durán negó las acusaciones, aunque admitió una reducción en el número de especialidades por carrera.


Luego de tres años, el proceso de reestructuración de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile está llegando a su fin. Antropología, Sociología, Educación y Psicología fueron los departamentos reformulados por una Comisión Central, designada por el rector Luis Riveros, que contó con subcomisiones y un asesor externo de otra facultad, que para estos efecto fue la profesora de Filosofía y Humanidades, Eugenia Hortwitz.



Pero al final del camino los problemas han comenzado a emerger y la reorganización al parecer tienen los primeros damnificados en el cuerpo académico. Ayer, Roberto Hernández, profesor de la facultad, denunció que se han eliminado siete cargos con jornada completa y cuatro de media jornada, "sólo en los departamentos de Antropología y Sociología".



Pero eso no es lo peor. Hernández aseguró en una declaración pública que los académicos están siendo notificados verbalmente por el decano de las decisiones: "Este acto ha sido hecho en forma vejatoria para la dignidad de los académicos", aseguran. Paralelamente, los disidentes se quejan que la mayoría de los miembros que integraron las comisiones por departamento y la asesora externa no tienen "la jerarquía" para asumir tan importantes funciones.



El presidente de la Asociación de Funcionarios de Académicos de la Universidad de Chile, Sergio Mora, quien conversó con los afectados, dijo que "en este momento se desconoce el número total de despidos, pero con los resultados parciales que se entregaron, algunos de los cuales resultaron sorpresivos, los académicos optaron por no concurrir a la citación personal que está haciendo el decano".



Luego de enterarse de la situación por la que atraviesan los profesionales, Mora puntualizó que se le hicieron presente otras observaciones, como el futuro de las Ciencias Sociales al interior de la Universidad, "pero a nosotros como organización nos compete hacernos cargo de las irregularidades que presenta el proceso de acuerdo a su propia pauta de acción. No más que eso, porque las otras cosas son discutibles, por lo que tenemos que basarnos en lo que es indiscutible». Con todo, advirtió que estarán atentos al desarrollo de los acontecimientos para plantear las inquietudes cuando se produzca el próximo Consejo Universitario que preside el rector Riveros.



Decano niega acusaciones



Por su parte, el decano de la facultad, Fernando Durán, desmintió las versiones que han expuesto los académicos sobre despidos masivos y que podrían llegar a afectar a cerca de 30 profesores de las distintas carreras de Ciencias Sociales.



-Los académicos están denunciado una serie de despidos injustificados debido a la reestructuración, ¿cuál es la versión oficial de la facultad?

– Lo cierto es que no hay notificaciones de despidos. Lo que hay son conversaciones en las que se le ha querido informar a los académicos acerca de los acuerdos y las propuestas que se les va a hacer al rector… que va a hacer en el futuro. Y la Comisión Reestructuración le ha pedido al decano que tenga esas conversaciones informativas, pero no hay notificaciones de despidos, porque la decisión formal le corresponde al señor rector. Por lo tanto, ese aspecto no es exacto.



-¿Cuál es entonces el problema de fondo?

El problema de fondo es que la facultad ha estado trabajando durante tres años en un proyecto académico diferente. Hay mucha información, tenemos una página de la facultad en internet donde se ha ido informando de la reestructuración, sobre todo en los propósitos y contenidos de este proceso y ahora la discusión se focalizar en las consecuencias que tiene esto a nivel del plantel académico, pero que es un aspecto dentro del estudio del nuevo proyecto para la facultad.



-De sus palabras se desprende que este no es un proceso tan repentino…

– No sólo no es repentino, sino que la motivación del proceso es anterior a mi llegada al decanato. Cuando llegué me encontré con una discusión muy intensa en la facultad sobre este tema e incluso en las candidaturas que se presentaron a decanos, en que estuvimos compitiendo el profesor Manuel Antonio Garretón y yo. Ambos teníamos nuestros planteamientos sobre la reestructuración con énfasis diferentes, porque había un sentimiento generalizado en la facultad que para un desarrollo adecuado de las Ciencias Sociales era necesario construir un nuevo proyecto de facultad. Entonces este es un proceso muy largo en que han participado los académicos han expresado sus puntos de vista, los estudiantes en un claustro y los productos de la comisión han estado apareciendo en la página web de la facultad. Hay una documentación muy frondosa muy completa, pero por cierto hay quizás gente que no lea la documentación a pesar de las recomendaciones de hacerlo.



-¿Hay algún proceso de calificación de profesores de la facultad que tengan en mano para reorganizar departamentos?
– No. La universidad tiene sus procesos de calificación que están dentro de un cronograma estandarizado para todos. Pero este es un proceso independiente. Aquí de lo que se trata es de una nueva forma de reorganización de la facultad dentro de un nuevo proyecto académico y eso significa privilegiar ciertas líneas de desarrollo que se estiman prioritarias y la ideas es fortalecerlas y otras no.



-Puede señalar un ejemplo al respecto.

Por ejemplo, el departamento de Sociología ha estado trabajando en algunas líneas temáticas que tienen más fortalezas, donde se han hecho más trabajos, que tienen una tradición. Esas líneas van a ser elegidas como líneas prioritarias y todo el resto de trabajo no va a tener la misma preponderancia. En Sociología tienen 50 especialidades aproximadamente, pero un departamento no puede abordarlas simultáneamente, por eso la idea que ellos se localicen en cinco líneas que tienen ventajas comparativas. Y en esas condiciones personas que han trabajado en otras especialidades pueden ver afectada situación en el departamento, que no tiene que ver con sus capacidades.



-¿Entonces han hecho una estimación sobre los docentes que dejarían de pertenecer a la universidad después que a fines de marzo la Comisión Reestructuración entregue su propuesta final al rector?

-No. La gente que dejaría pertenecer a la universidad es una cosa relativa. Son una minoría ciertamente y que dejen de pertenecer tiene cierta relatividad. Se van a abrir concursos públicos en las áreas que se han establecido y todos podemos concursar. Entonces si yo siento que tengo fortalezas en alguna de las áreas que han quedado puedo presentar mis antecedentes, aunque mi propia área de concentración, de mi vida profesional no haya quedado considerada. Así que las personas que tendrían que irse de la universidad teóricamente podrían ingresar posteriormente vía concurso.



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