La comisión negociadora de RN afirma que debe saber si Sebastián Piñera postulará o no por Santiago Poniente antes de definir la estrategia de negociación parlamentaria con la UDI. En tanto, éste no quiere definir su candidatura antes de saber qué es lo que pretende hacer su propio partido.
Cada vez se complica más el escenario de la elección parlamentaria de diciembre en la Alianza por Chile. Si bien a estas alturas ya debieran estar conversando sobre cómo enfrentarán la competencia por los cupos de senadores y diputados, los problemas internos de Renovación Nacional han impedido sentarse a negociar.
El primer encontrón fue el debate que surgió en la tienda de Antonio Varas sobre la posibilidad de llevar un candidato presidencial propio que compitiera con Joaquín Lavín. El nombre que surgió fue unánime: Sebastián Piñera. Esta discusión fue la causante del congelamiento de la negociación parlamentaria con la UDI y se tuvo que citar a una Comisión Política Ampliada donde se reafirmara el apoyo a Lavín para poder continuar las tratativas.
Sólo una semana después surgió otro contratiempo. La comisión negociadora, liderada por el senador Alberto Espina (RN), le planteó a la mesa directiva la necesidad de definir la candidatura del ex timonel de RN para poder decidir cuál será la estrategia para negociar con el gremialismo. La solución parecía fácil: poner una fecha tope para la inscripción de las candidaturas en el partido, acordada para este lunes 4 de abril.
Sin embargo, el empresario se encontraba en París y a su regreso se enteró del plazo fatal impuesto en su ausencia. Indignado, lanzó su artillería por la prensa. «En lo personal no me gustan os ultimátum por el diario y menos en mi propio partido», señaló. Agregó que no le parece que la discusión en torno al tipo de negociación entre la UDI y RN dependa de su postulación.
Nudo ciego
En este momento las conversaciones se encuentran en un punto muerto. La directiva aún no define si finalmente privilegiará la competencia total o la llamada competencia inteligente, que privilegia el acuerdo en algunas circunscripciones y distritos. Esta última estrategia postulada por Espina es duramente criticada al interior del partido. El mismo Piñera señaló que parece ser que terminará en «una repartija entre amigos», en el sentido de que los cupos protegidos sean llenados en forma poco democrática.
Por otra parte, las presiones en la UDI no se han dejado esperar. Ya varios personeros gremialistas señalaron que si el ex líder de Renovación -que fue descabezado tras un golpe de timón el año pasado- se postula a la senaturía por Santiago Poniente, la misma por la que se quiere reelegir el presidente gremialista Jovino Novoa, irán a una competencia «a muerte» con sus compañeros de pacto. Una amenaza que al parecer surte el efecto deseado en RN, que pretende lograr un trato amigable y más conveniente que la lucha descarnada.
El diputado Arturo Longton (RN) afirmó que «en el fondo se está complaciendo a la UDI, porque ésta tiene temor de una competencia con Sebastián Piñera». Esta tesis se sustenta en los buenos resultados que arrojan las encuestas encargadas por el partido (una de ellas a la Fundación Futuro, del mismo empresario) en una hipotética competencia entre Novoa y el empresario. Según cercanos al ex timonel, en ellas éste más que duplica a su contendor.
En todo caso, la versión oficial de la colectividad de la calle Suecia es que la decisión que tome finalmente Piñera no les afecta en nada y que la competencia total que proponen en estas elecciones nada tiene que ver con las ganas de su enemigo -luego del apoyo que le prestó a Pía Guzmán cuando involucró a Novoa en la red de pedofilia de Spiniak- de presentar su candidatura en Santiago Poniente.
Plazo inamovible
A los parlamentarios más piñeristas les molesta que se le imponga una fecha tope a Sebastián. «A mi no me parece bien que a Sebastián se le exija una fecha y al resto de los candidatos no. Él ha expresado su voluntad de ser candidato. Ahora tendrá que decir por dónde», expresó Longton.
Por su parte, la diputada Carmen Ibáñez, indicó que «él está en su derecho, yo estoy de acuerdo en que él tiene que tomarse sus tiempos. Esto (el tipo de competencia que definirá RN) no se puede basar en si él va o no va».
Pero para el secretario general de RN, Cristián Monckeberg «la cosa es muy clara. Nosotros pusimos un plazo para que la gente manifieste su disposición a ser candidatos para que, con sus candidaturas en la mesa, Renovación tome una decisión para ver cómo vamos a plantear la competencia con la UDI».
En cuanto a la posibilidad de que Piñera no acepte el plazo y pida contestar más adelante, Monckeberg contestó con firmeza: «los que contestan, contamos con ellos y los que no, entonces entendemos que no contamos con ellos». Así de duro.
Por tanto es de esperar que el díscolo dirigente de Renovación termine por adaptarse al sistema y señale cuáles son sus intenciones electorales (lo que conversará este fin de semana con Sergio Díez, en una reunión que tienen programada para este efecto), aunque ello no garantice que se postule finalmente al senado. Al final de cuentas, sólo el 11 de septiembre vence el plazo para inscribirse en el registro electoral.
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