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Grandes empresas cambian política y acogen a trabajadores drogadictos

Empresas comienzan a reconocer que no están exentas de este flagelo, por lo que sus nuevas políticas corporativas ya incluyen programas que ayudan en la reinserción social de estos trabajadores, quienes antes eran catalogados como delincuentes y eran apartados de sus lugares de empleo.


Telefónica CTC Chile y la Corporación Nacional del Cobre (Codelco) son dos de las empresas que ya han incorporado programas de rehabilitación por drogas dentro de sus políticas corporativas. Asimismo, Gendarmería de Chile cumple con la desconocida misión de capacitar laboralmente a personas que por primera vez han cometido algún delito.



En enero del año pasado Codelco aprobó un programa de alcoholismo, drogadicción y tabaco para prevenir este tipo de adicción y ayudar en el tratamiento de sus empleados. Esta iniciativa, al igual que en Telefónica y Gendarmería, tiene como propósito reinsertar a estas personas en la sociedad y en sus puestos de trabajo, una nueva política corporativa que por suerte deja atrás las drásticas sanciones que recaían sobre el trabajador.



Con este fin, en Gendarmería actúan como puente entre los usuarios de este beneficio y los posibles empleadores, para así facilitar el acceso a diversos rubros. Además, existen comunidades terapéuticas o de capacitación que prestan sus servicios a las organizaciones, como es el caso del Instituto Alfa, el cual colabora con Telefónica.



El doctor Rolando Chandía, director de esta institución, señaló que »cuando cuentan con personas que conservan sus puestos de trabajo, logran un 70 por ciento de rehabilitación. De lo contrario, existe un resultado de sólo 30 por ciento".



Verónica Carrillo, asistente social de Telefónica, añadió que »la existencia de una política corporativa, que incluye este tema, ha hecho que los compañeros de quienes están en proceso de rehabilitación sientan el respaldo por parte de la empresa y estén dispuestos a contribuir".



Políticas corporativas pro rehabilitación



La secretaria ejecutiva de la Corporación Nacional de Estupefacientes (Conace), María Teresa Chadwick, manifestó que las instituciones se han ido sensibilizando poco a poco y se ha "logrado que alrededor de 300 empresas incorporen dentro de sus políticas iniciativas que buscan la recuperación de los empleados".



Es el caso de Codelco, que tiene entre sus objetivos la promoción y prevención de esta enfermedad, "a través del desarrollo de un plan de diagnóstico, tratamiento y capacitación en la población de trabajadores", indicó el subgerente del Departamento de Calidad de Vida, Raúl Espinoza Muñoz.



Si bien los casos de personas drogadictas o alcohólicas siempre terminan por conocerse, tanto en Telefónica como en Codelco coinciden en que se debe resguardar su privacidad, "porque una de las principales trabas al momento de reinsertarse socialmente es la estigmatización", sostuvo Espinoza.



Verónica Carrillo considera que el respaldo otorgado por su empresa genera a veces un efecto contrario, ya que los empleados no tienen la suficiente confianza para confesar su adicción, porque temen ser despedidos y en muchas ocasiones "deben ser hospitalizados, porque esperan solucionar solos el problema y llegan a estados extremos", apuntó.



En la compañía de telecomunicaciones se costea el 100 por ciento de la recuperación, pero si la persona reincide, sólo se paga la mitad. En caso que lleguen a una tercera vez se determina el despido, algo que ha sucedido sólo en una ocasión este año, dentro de las doce personas que están en tratamiento ambulatorio.



Según Carrillo, donde más se da el consumo de estupefacientes es en el área técnica, debido a la rutina a la que están expuestos, y "en el sector de gerencia también se dan casos, pero ellos no acuden a nosotros".



Cortar con el circuito de la delincuencia



Así como existen centros de capacitación para drogadictos, también hay alternativas para quienes han estado por primera vez en conflicto con la justicia. Esto funciona en Gendarmería de Chile, donde se busca la reinserción social a través de la orientación de civiles profesionales, quienes procuran que los usuarios no vuelvan a cometer delitos, algo que en 2004 se logró en un 80 por ciento.



Las personas que acceden a los Centros de Reinserción Social (CRS) tienen entre 22 y 45 años, y son quienes han delinquido por primera vez y se encuentran en libertad vigilada, reclusión nocturna o remisión con condición de la pena, en la cual deben firmar una vez al mes.



Por último, el antropólogo Oscar Merino Ferrada, jefe de los CRS en Santiago, declaró que se está perfeccionando este sistema y que pronto se añadirá, a las medidas alternativas de reclusión, el trabajo comunitario como una especie de castigo.



FInalmente, Conace y el Fondo Nacional de Salud (Fonasa) tienen actualmente un convenio con el cual se desea beneficiar a las personas que necesitan rehabilitación por drogas en Comunidades Terapéuticas, pero que no cuentan con los recursos económicos.



"Las personas que pertenezcan a Fonasa pueden acceder en forma gratuita al tratamiento, algo que ha tenido muy buenos resultados, ya que este año se están atendiendo alrededor de ocho mil personas y, según nuestros estudios, en épocas anteriores aproximadamente un 70 por ciento logró recuperarse", señaló María Teresa Chadwick.


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