El ministro del Interior, José Miguel Insulza, seguirá en carrera por el sillón de la OEA, para lo que tendrá la difícil tarea de asegurar los 17 votos que obtuvo ayer y buscar nuevos apoyos de acá al 2 de mayo. Analistas no descartan que EEUU llegue a un acuerdo con el postulante chileno, aunque tampoco desechan que levante un nombre de consenso.
Momentos de intenso nerviosismo vivió ayer el ministro del Interior, José Miguel Insulza, quien como candidato a la secretaría general de la Organización de Estados Americanos (OEA) debió soportar en pocas horas cinco votaciones frente al canciller mexicano, Luis Ernesto Derbez. Esto, pese a que en la víspera el titular de Relaciones Exteriores, Ignacio Walker, aseguró que Chile contaba con los votos necesarios para ganar la elección.
La defección de Haití y de Bahamas, países que en principio al parecer prometerieron sus votos para Insulza, es lo que habría explicado el errado pronóstico de Walker. Ambas naciones, que tienen serios problemas de pobreza, habrían sido visitadas por Derbez en diciembre último, en una gira donde ofreció diversas granjerías, según publica hoy un diario mexicano. En el caso de Haití, no se puede pasar por alto que el jefe de la operación de pacificación de Naciones Unidas en ese país antillano es Juan Gabriel Valdés, ex embajador chileno ante la ONU.
El proceso, considerado histórico debido a que fue la primera vez en que hubo cinco votaciones e igual número de empates -a 17 preferencias- en la elección de la máxima autoridad de la OEA, es visto como una doble derrota para Estados Unidos: por su respaldo al representante azteca (originalmente apoyaba al salvadoreño Francisco Flores) y porque fue incapaz de seducir a algunos de los países que apoyaban al chileno.
En contrapartida, el resultado fue recibido con buenos ojos en fuentes diplomáticas chilenas, principalmente porque marca el precedente de que Chile genera confianza en el extranjero. De hecho, "optimismo" es la palabra que más se escucha en la delegación chilena luego del quíntuple empate.
En fuentes diplomáticas se advirtió que Estados Unidos no sólo debió retirar a su primer candidato, el ex presidente Flores, porque no tenía ninguna opción de ganar, sino que con Derbez tampoco logró alcanzar los 18 votos que requería para ser electo. «Estamos optimistas, tenemos una base sólida que resistió cinco votaciones. Nos mantenemos incólumes y Estados Unidos no pudo revertir la votación», aseguraron.
En ese sentido, otros círculos diplomáticos ven el empate como "una pérdida para Estados Unidos", pues existieron 17 votos sólidos a favor de Insulza. "Incluso de países caribeños que son pequeños y que resistieron a pie firme con su postura. Es una señal inequívoca de que la región siente que hay una falta de política norteamericana hacia América Latina y no nos alineamos, como región, con el país del norte. Esto, en otra época, se podría haber arreglado por teléfono, sin que el secretario de Estado se moviera de su escritorio".
El errado vaticinio de Walker
Las palabras del ministro Walker, que aseguró un triunfo del postulante chileno a pocas horas de la elección de la OEA, para algunas fuentes diplomáticas fueron un "error", pese a que el propio Insulza se las tomó con humor y desestimó cualquier impacto negativo en el resultado.
«Los candidatos a veces son más cuidadosos, pero los generalísimos, por lo general, hacen un pronóstico de victoria. Nunca uno es dubitativo, se trata de mantener las fuerzas que uno tiene, y para eso hay que difundir la idea de que se va a ganar. Claro, yo hubiera querido tener los 19 que eran muy probables, pero en el marco en que estábamos, lo que salió fue bastante bueno, y creo que eso estuvo lejos de perjudicarnos. No creo que esa declaración haya creado ningún problema", comentó anoche Insulza.
No piensan lo mismo el diputado Jorge Tarud (PPD), para quien las palabras del canciller reflejan "la falta de experiencia diplomática en estos casos", y el presidente de Renovación Nacional (RN), Sergio Díez, quien en parte atribuyó el resultado a la "poca discrecionalidad" de Walker.
Sin embargo, el analista Guillermo Holzmann cree que las declaraciones del titular de Relaciones Exteriores fueron "parte de la campaña de Chile". El objetivo de la Cancillería chilena, a su juicio, fue "hacer pensar que estaba todo listo, para que no hubiese nadie que se cambiara a la hora de votar. Fue como una forma de amarrar los votos. Es parte de la campaña y no lo veo como un error. El optimismo de un canciller es lo mínimo que se le puede pedir a un país que ha apoyado a Insulza. Lo demás es un dramatismo que no viene al caso".
Intervención de Chávez
Según Holzmann, lo que eventualmente sí pudo haber perjudicado la opción chilena fueron los dichos del presidente venezolano, Hugo Chávez (que también hizo «cuentas alegres» antes de la elección), más que el optimismo del canciller. "El problema de Chávez no es lo que diga o no, sino la ocasión en que lo dice. La preocupación de Estados Unidos con respecto a Chávez tiene que ver con su propuesta bolivariana de generar una matriz energética común en América del Sur y dar una capacidad de negociación directa con Estados Unidos", afirmó.
En ese sentido, el experto agrega que el gobierno de George W. Bush no está dispuesto que la OEA se transforme en lo que quiere Chávez y "ve que la propuesta de Insulza no es lo suficientemente sólida como para asegurar que eso no se produzca".
Lo mismo pasa con la situación de Cuba, ya que Estados Unidos no está dispuesto a que la isla caribeña retorne a la OEA mientras Fidel Castro permanezca en el poder. En este punto, recuerda Holzman, el propio Insulza dijo que "eso habría que estudiarlo y eso no ha sido claro para Estados Unidos".
Los próximos escenarios
No cabe duda que en tres semanas deberá existir un secretario general de la OEA y que Insulza se mantendrá en la lucha hasta el final. Esto último lo hizo ver el propio Presidente Ricardo Lagos, quien anunció que seguirá adelante con la postulación de su jefe de gabinete para llegar a la OEA.
Y pese al optimismo que reina en la diplomacia chilena, Holzmann advierte que el plazo para la nueva elección -el 2 de mayo- es uno de los aspectos que juegan en contra de la postulación chilena, lo que podría derivar en que haya una "votación por cansancio" o se levantará un candidato que genere consenso, lo que no sería positivo para Chile.
Con todo, estima que si persiste el empate entre Insulza y Derbez -si no se levanta una tercera candidatura, lo que es considerado poco probable en círculos diplomáticos-, esto obligaría a Estados Unidos a negociar con Insulza, a cambio de que mantenga una "postura pro-norteamericana" respecto a los casos de Venezuela y Cuba. "En estos dos puntos, el país del norte le podría pedir precisiones al candidato chileno", afirma el analista.
En ese sentido, resalta que los mayores plus que tiene Chile es que "ha logrado posicionarse como un país creíble y válido de alternativa para 17 países de América Latina y, en segundo lugar, nuestro país tiene un apoyo consistente y duro y que resistió cinco votaciones".
Visita trascendente
Al respecto, a fines de este mes visitará Chile la secretaria de Estado norteamericana, Condolezza Rice, y quizás esa sea la posibilidad que tiene nuestro país para convencer a Estados Unidos de que se alinee por el ministro del Interior chileno o al menos que no se ponga en contra de su candidatura con todo el peso específico como país que posee.
Como sea, lo cierto es que las fuentes diplomáticas reiteraron que no es poca cosa sostener 17 sufragios en cinco votaciones, teniendo en cuenta a quien se tuvo enfrente. Destacaron, además, la fidelidad del voto de los países caribeños, nucleados en la Caricom. «Son economías pequeñas, fáciles de desestabilizar, y en otro tiempo el Caribe era considerado el mare nostrum por los estadounidenses».
No es menor que enfrentados a presiones, como las que seguramente deben haber sufrido, mantuvieran su compromiso de apoyo a Insulza. «Otro dato relevante -añadieron las fuentes- es que ni los chinos, ni los europeos ni los rusos deben haber pasado por alto lo insólito que es, que en un mundo unipolar como el que vivimos, Washington haya demostrado que no tiene capacidad de tener ordenado el patio trasero».
Todo eso hace pensar que el Departamento de Estado deberá avenirse a algún tipo de transacción o compromiso para evitar que la «impasse» se transforme en una fractura irreperable en un órgano como la OEA, que ha perdido peso, proyección y relevancia en los últimos tiempos.
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