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Exclusivo: Peritajes psiquiátricos descartan perfil asesino de P.P.V.

Los exámenes médicos a que fue sometido el principal inculpado en el caso contradicen totalmente el diagnóstico que lo acreditó como "niño asesino". En tanto, el testimonio inédito de un médico que participó en los peritajes de autopsia del menor asegura que hubo un acuerdo previo para fijar la data de muerte.


Un nuevo peritaje psiquiátrico realizado a fines del año pasado descartó de forma tajante que P.P.V., el adolescente de 16 años que fue el único condenado como autor del crimen de Rodrigo Anfruns Papi, posea un perfil de "niño asesino", una de las principales pruebas en que se basó la investigación judicial que lo declaró culpable del delito.



El Mostrador.cl tuvo acceso en exclusiva a las conclusiones de este nuevo análisis médico realizado por los psiquiatras de la Universidad de Chile Carlos Téllez y Sofía Ortiz, el pasado 15 de octubre de 2004, el cual se encuentra adjuntado al proceso que sustancia la titular del 17° Juzgado del Crimen de Santiago, Patricia González.



Cabe recordar que Rodrigo Anfruns, de seis años, fue encontrado muerto el 13 de junio de 1979, luego de permanecer desaparecido durante 11 días, luego de que su pista desapareciera desde la casa de su abuela paterna, ubicada en la calle Juan Agustín Barriga, de la comuna de Providencia.



Antes de que su cuerpo fuera encontrado en un sitio eriazo cercano al mencionado inmueble, funcionarios de Investigaciones tomaron detenido al adolescente -habitante del sector- y, tras la ayuda del psicólogo Hernán Tuane, lograron obtener su confesión acerca del crimen, para luego dar con los restos del niño, oculto bajo unas ramas de palqui seco.



La supuesta esquizofrenia hebefrénica



Según consta en el antiguo proceso, sustanciado por el entonces ministro de la Corte de Apelaciones de Santiago y actual integrante de la Corte Suprema, Ricardo Gálvez, a días de ser aprendido por la policía civil, el psicólogo Tuane diagnosticó que P.P.V. sufría de una esquizofrenia de tipo hebefrénica.



Este análisis médico estableció que supuestamente esta patología tiene como consecuencia la presencia de episodios de alucinaciones, en la cual los pacientes pueden desconocer, incluso, a sus parientes más cercanos y, en un acceso de violencia, puede significar incluso la posibilidad de darles muerte.



El antecedente fue utilizado como una de las principales pruebas para acreditar la eventual responsabilidad criminal de P.P.V. en el crimen, dado que dicho perfil coincidiría con lo que la literatura científica ha denominado como "niños asesinos". Conducta que se manifiesta desde temprana edad en menores que sienten una especie de "fascinación por la muerte", sin tener sentimientos de culpa, lo cual los lleva a experimentar sus impulsos homicidas con animales domésticos para -en etapas posteriores- derivar en el asesinato de personas.



Sin embargo, el nuevo peritaje a que fue sometido este presunto responsable de la muerte del niño Anfruns descartó de manera tajante que éste tuviera siquiera una personalidad de tipo esquizoide, antecedente que derrumbaría gran parte del caso que sustanció el ministro Gálvez.



Ansiedad y depresión



En esa línea, los doctores Téllez y Ortiz detectaron que P.P.V. manifiesta un cuadro psiquiátrico de angustia y depresión, sumado a una amnesia disociativa relacionada con los hechos referidos al período en que estuvo detenido. Asimismo, presenta trastornos del ánimo por una "experiencia catastrófica" y una personalidad con rasgos «histero-paranoides».



Estas conclusiones se justifican con la declaración que éste prestó ante la jueza González, en la cual afirma recordar sólo imágenes del tiempo en que fue interrogado intensamente por la policía, de lo cual sólo dice tener fotografías mentales del lugar en que estuvo recluido.



Asimismo, aseguró que durante la diligencia destinada a ubicar el sitio donde supuestamente había escondido el cuerpo, fue tapado su rostro completamente con una frazada y que, en esa situación, tuvo que alzar su dedo índice para determinar el lugar exacto en que se encontraba el cadáver de Rodrigo.



Pero otro antecedente importante que fue obtenido por este medio y que consta en el antiguo expediente del caso, P.P.V. -durante esos días- mandó una carta a su madre en la cual confiesa que él no es el asesino del menor, asegurando que fueron otras personas, pero que "me da miedo que cuando salga me puedan acallar para siempre".



Opinión de un experto



Consultado sobre la percepción de ambos diagnósticos, el psiquiatra Juan Merello Galasso, opinó que sería muy raro, por no decir "milagroso" que un individuo con una esquizofrenia evefrénica pueda sanarse completamente de esa enfermedad, menos sin un tratamiento especializado, al cual no ha sido sometido P.P.V.



"Esta patología, abandonada a su suerte, no se puede revertir bajo ningún punto de vista", aseveró de forma categórica el profesional de una basta experiencia académica.



En cuanto a las características de esta enfermedad, explicó que ésta corresponde a uno de los cuatro tipos de esquizofrenia y tiene un pésimo pronóstico, ya que implica una destrucción progresiva de la capacidad del lenguaje y, por tanto, de la facultad de pensar.



"Esta variedad es de muy fácil detección. Hasta el psiquiatra más ignorante puede detectarla con facilidad, ya que implica una pérdida completa de la capacidad de ser persona, el individuo presenta una forma de presencia que es muy ausente", añadió.



Sobre la posibilidad de que este diagnóstico calce con el perfil de "niño asesino", Merello descartó de plano esa situación, dado que si bien los esquizofrénicos tienen conductas impredecibles, los evefrénicos no presentan episodios de agresividad o alucinaciones y, por lo general, son los más lúcidos en relación a sus acciones. "Los de tipo paranoides son los que suelen cometer crímenes", precisó.



En cuanto al segundo análisis médico, el facultativo dijo que todos los diagnósticos que se enumeran -en su opinión- se enmarcan dentro de una personalidad de un inmaduro afectivo, pero que sería imposible que detrás de esos rasgos pueda esconderse una esquizofrenia evefrénica.



Por último, señaló que la mencionada misiva que P.P.V. le envió a su progenitora sería una prueba más que derrumbaría el primer diagnóstico, ya que la mencionadas enfermedad tiene una aparición muy temprana y un rápido avance, por lo cual a los 16 años el sujeto ya sufre una incapacidad de expresar ideas coherentes por escrito.



Vea además:



La declaración que liquida la versión oficial (15 de abril del 2005)



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