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Soledad Alvear no pudo aprovechar escenario propicio para acortar ventaja

En el primer »cara a cara» de las abanderadas de la Concertación no hubo mayores novedades. Los sondeos flash revelaron que la gente sigue prefiriendo -por amplia mayoría- a Michelle Bachelet, mientras que en el discurso las dos candidatas hicieron lo que acostumbran: Bachelet apostó al diálogo ciudadano, mientras Alvear apeló a un desarrollo con valores.


Si los debates eran la apuesta del comando de Soledad Alvear para remontar en las encuestas, lo cierto es que -según los sondeos realizados anoche- el objetivo se logró a medias. Esto porque la idea de la abanderada de la falange era diferenciarse de Michelle Bachelet en las propuestas de programa de gobierno. Sin embargo, las preguntas para ambas candidatas impidieron que dicho objetivo se lograra.



Pese a esto, y aunque los sondeos "flash" dieron como la gran ganadora de la jornada a la candidata del PS-PPD-PRSD, la encuesta Ipsos -realizada sólo en la Octava Región- develó que aquellas personas que dijeron que votarían en las primarias, antes de ver el debate, en un 62 por ciento lo haría por Bachelet, mientras que un 25,4 lo haría por Alvear. Después del debate, un 54,3 por ciento dijo que lo haría por la candidata del progresismo, mientras que la candidata de la falange aumentó sus preferencias a un 29,4 por ciento.



No obstante, según analistas y los estudios de opinión, la gran ganadora de la jornada fue Michelle Bachelet. De hecho, para el director de Adimark, Roberto Méndez, las tres primeras preguntas a Alvear fueron "demoledoras" y la pusieron muy tensa, lo que la llevó a defenderse sin permitirle poder desarrollar más su planteamiento. Bachelet, en cambio, "tuvo mayores oportunidades e hizo más propuestas, fue más específica, aludió a los impuestos, a la pobreza".



En lo concreto, en el debate que fue visto -según el ráting de los canales de televisión- por cerca de cuatro millones de personas, las candidatas respondieron preguntas que iban desde la ausencia del marido en el país hasta propuestas medioambientales, pasando por situaciones hipotéticas como la muerte de Pinochet. En las palabras finales, ambas candidatas prefirieron apelar a la emotividad en vez de dar a conocer sus propuestas para un futuro gobierno.



El traspié de Alvear



Ayer, después del debate y en medio de celebraciones, dirigentes y seguidores de Alvear alabaron la "solidez" de la abanderada de la falange frente a Bachelet. De hecho, la propia candidata DC aseguró ser la "ganadora" del encuentro.



Sin embargo, fue el generalísimo de la campaña de Alvear, Marcelo Trivelli, quien en un programa de televisión reconoció que uno de los momentos más complicados para la candidata durante el debate fue la pregunta sobre las licitaciones ganadas por su marido, aunque, a juicio del ex intendente, logró sortearla con éxito.



Esto porque tres de las 10 preguntas que debió responder Alvear fueron de corte más personal que programático: cómo remontaría en las encuestas en las que Bachelet la aventaja por más de 30 puntos, por qué no se encontraba en Concepción Gutenberg Martínez y el presidente de la DC, Adolfo Zaldívar, y si consideraba ético que su marido se hubiera adjudicado el 40 por ciento de las defensorías públicas de la reforma procesal penal. Una cuarta pregunta que incomodó más de la cuenta a la abanderada DC fue nombrar tres diferencias con Michelle Bachelet.



Aunque la mayoría de estas preguntas Alvear las contestó con evasivas como "me siento apoyada" o "tengo una visión de Chile que es un desarrollo con valores", no dudó ni un solo momento cuando tuvo que defender a su marido. Primero respecto a su ausencia -Martínez se encuentra en un seminario en Europa- donde sostuvo que la pregunta era "machista", pues a ningún hombre le preguntarían por qué no está su mujer, pero fundamentalmente al referirse a la indirecta acusación de corrupción: "no hay ningún tipo de irregularidad ni jurídica ni ética".



A renglón seguido, con una fuerza poca veces antes vista aseveró: "atáquenme a mi, la candidata a la presidencia soy yo".



Y fue esto último lo que más valoraron sus cercanos del encuentro: que en una situación complicada supo -a su juicio- salir del impasse.



Pero Alvear también se refirió a otros temas. Aseguró que en un eventual gobierno suyo si la Celulosa Arauco no cumple con las exigencias medioambientales cerraría la planta, insistiendo eso sí en que es necesario lograr un desarrollo sustentable. Consultada sobre los gastos reservados, dijo que en algunas áreas son necesarios como en Defensa, Relaciones Exteriores e Interior y que la nueva ley los regula bien pues se debe rendir cuenta a la Contraloría. Anunció además que rebajaría los impuestos a la clase media y que esos dineros que ya no entrarían a las arcas fiscales se recuperarían con el crecimiento económico.



Respecto a la crisis del gas, Alvear sostuvo que el país no puede depender de una sola fuente energética y que estudiaría todas las alternativas, desde la hidráulica hasta la energía nuclear. También defendió la iniciativa de terminar con la ley reservada del cobre para las Fuerzas Armadas, pero defendió su alto presupuesto asegurando que "tienen que tener todo lo necesario" para resguardar la soberanía y tener una política de disuasión y de colaboración con el resto de los países.



La honestidad de Bachelet



Siguiendo su particular estilo, Bachelet prefirió guardarse su opinión respecto a quién había triunfado en el debate, señalando que ambas se "la jugaron". «Me sentí honesta. Si soy Presidente de Chile, no voy a ser demagoga, no voy a hacer propuestas que no puedo cumplir», aseguró a Cooperativa.



Pero al parecer lo que diga o haga la abanderada del progresismo, a estas alturas, es poco relevante, o al menos así lo demuestran las encuestas. Fue precisamente esto lo que tal vez llevó a Bachelet a mostrarse como siempre: relajada y sonriente, incluso cuando le preguntaron por su relación, hace 20 años, con un miembro del FPMR.



Bachelet, a diferencia de Alvear, pudo pasearse por variados temas: desde los impuestos, donde aseguró que no se cierra a su aumento si esto no perjudica los equilibrios económicos hasta el matrimonio entre homosexuales.



Las definiciones valóricas -en el aspecto moral y económico de la palabra- era quizás la incógnita que Bachelet debía resolver en el debate. Y lo hizo. Tuvo una postura clara al momento de decir que no estaba de acuerdo con el matrimonio gay, pero que estaba dispuesta a legislar para solucionar temas cotidianos de los homosexuales como patrimonio en común, herencias o seguros de vida. El otro tema del que se esperaban respuesta era si subiría o no los impuestos. Si bien dijo que lo estudiaría, para muchos quedó claro que es algo que en un próximo gobierno realizaría.



Pero donde Bachelet mostró una mayor debilidad fue frente a los temas de política internacional. Consultada, en su calidad de ex presa política, si firmaría un acuerdo de libre comercio con China, pese a las denuncias de violaciones a los derechos humanos que ocurren, dijo que escucharía a los organismos internacionales sobre sus resoluciones, ignorando las condenas que hace años vienen ocurriendo, situación que le hizo ver uno de los entrevistadores. Más se vio complicada cuando le consultaron si condenaría, una vez más a Cuba, lo que fue repuesto con una evasiva.



Bachelet también fue consultada sobre si se sentía cómplice de la desigualdad existente en el país a lo que contestó que "no", sacando a colación su trabajo en el Ministerio de Salud. Respecto a la derogación de la ley reservada del cobre dijo que está por derogarla y cambiarla por presupuestos plurianuales.



Debido a la insistencia de Michelle Bachelet en la participación ciudadana, fue consultada sobre si estaría dispuesta como en Uruguay a someter a plebiscito la renacionalización del agua a lo que contestó que "tendría que evaluar. No soy una demagoga. Aunque no tengo miedo a considerar la opinión de la gente. Pero voy a ser seria antes de decidir si se puede o no se puede».



Respecto a uno de los "caballitos de batalla" de la abanderada socialista como ha sido la reforma previsional, anunció que pensaba crear un Consejo de Reforma Previsional.



En todo caso, el debate demostró la importancia que cada candidata ha dado a los debates. Mientras Bachelet ha insistido en que no sabe realmente la utilidad que tienen estos encuentros si de cambiar la opinión de la gente se trata, Alvear ha apostado todas sus cartas a estos debates.



Y quizás fue esto lo que marcó la diferencia: mientras Bachelet se mostró igual que siempre y mantuvo su discurso "ciudadano", Alvear estudió desde los movimientos gestuales hasta el discurso de un crecimiento con valores. Si la estrategia de ambas candidatas dio resultado, solo el tiempo lo dirá.



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Vea además:



Encuestas dan como ganadora a Michelle Bachelet (28 de Abril del 2005)



Intenso debate televisivo que decayó al final (28 de Abril del 2005)



Derecha saca provecho político de la confrontación (28 de Abril de 2005)

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