Estarán en agenda la tragedia de Antuco y las violaciones a los DDHH. A la hora de ascender a los coroneles deberá tener especial cuidado con el emblemático caso de Pedro Pablo Bustos, acusado de haber participado en el homicidio de dos miristas. En Los Ángeles tendrá que analizar los antecedentes para ver si hubo algún general responsable de los hechos.
No será fácil para el comandante en jefe del Ejército, general Juan Emilio Cheyre, la elaboración del nuevo alto mando de la institución que deberá ser resuelto en la junta calificadora de oficiales, que se inicia en agosto próximo. Esta instancia será crucial, ya que se conformará la quina para elegir al sucesor del jefe de dicha entidad castrense, que deberá asumir el 10 de marzo del 2006.
Pero en este proceso, no sólo estará presente el "fantasma de Antuco", sino que además se deberá analizar con muchísimo cuidado a cada uno de los coroneles que tienen el pase para ascender al generalato, especialmente en lo que dice relación con violaciones a los derechos humanos, o por haber participado en algún organismo de seguridad del régimen militar.
En tal sentido, Cheyre hizo un pronunciamiento de doctrina institucional y luego hizo uno en forma profesional, recordaron fuentes de Defensa, haciendo clara alusión al "nunca más" y al anuncio de que serían apartados de la institución los militares que violaron los derechos humanos.
Las mismas fuentes señalaron que "uno esperaría que en la composición del alto mando se valide lo dicho y, en segundo lugar, que sea lo suficientemente sensible para mantener la alta legitimidad que ha ido alcanzando el proceso de modernización y de separación del tema militar, de cualquier incidencia sobre la expresión política de la sociedad".
Las fuentes comentaron que "uno no le dice ‘llame a retiro a las personas que han sido citadas a declarar en juicios de derechos humanos’, pero sí en lo posible, que el mando tuviera la sensibilidad de que todas las decisiones internas de profesionalismo, tanto a nivel doctrinario como de profesionalización técnica, no entorpezcan la expresión política de la sociedad".
El caso del ex CNI Pedro Pablo Bustos
Si Cheyre toma en cuenta sus palabras, entonces, deberá tener mucho cuidado cuando vea la hoja de vida de los coroneles que reúnen los requisitos para ascender a general y conceder o no el "pase" para que el Alto Mando los promueva a un grado superior.
En la "base de selección" del Ejército para este año se cuenta al coronel Pedro Pablo Bustos, quien hace unos meses regresó de su última destinación como agregado militar en Naciones Unidas y ahora se encuentra destinado en la Dirección de Desarrollo Tecnológico (Didotec) de la institución, que funciona en el mismo piso de la Comandancia en Jefe del Ejército, en el edificio de las Fuerzas Armadas, en calle Zenteno.
Bustos fue agente de la disuelta Central Nacional de Informaciones (CNI) a principios de los 80 y habría integrado la Brigada Azul que combatió a los integrantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). El actual coronel ocupaba, según versiones de organismos defensores de los derechos humanos, el tercer puesto en la línea de mando de ese organismo represivo, luego del comandante Aquiles González y Álvaro Corbalán.
El ex agregado militar utilizaba la "chapa" de Alejandro Benz y habría participado en la muerte de dos miristas: Alejandro Salgado y Hugo Ratier, ocurrido en la calle Janequeo, en Quinta Normal. Este operativo se realizó luego del asesinato del ex intendente Carol Urzúa.
Hace dos años atrás el Ejército reconoció que Bustos se desempeñó en la ex CNI, en 1982, pero "en funciones no operativas" y que en 1983 cuando ocurrieron los hechos en calle Janequeo, el oficial se encontraba "en comisión de servicios en el extranjero".
En la actualidad en fuentes del Ejército se señaló a El Mostrador.cl que el oficial fue voluntariamente a prestar declaraciones a los tribunales mientras estaba de agregado militar en la ONU. Se precisó que Bustos no ha sido procesado en ningún caso de violaciones a los derechos humanos. "Es inocente", sentenciaron.
Bustos tuvo primera antigüedad en la Escuela Militar, pertenece a la rama de Caballería Blindada y obtuvo el primer lugar en la Licenciatura y el Magíster de Ciencias Militares, con mención en política de Defensa. Siempre se ha destacado en sus estudios y como docente en el Ejército, la Armada y la Fach, y además es miembro de la Academia de Historia Militar.
Pero tiene su lado oscuro. Muy amigo del torturador Miguel Krasnoff, cuando hizo un curso de inteligencia en Brasil, fue reconocido por un ex mirista durante una recepción en la embajada chilena en Brasilia y debió retirarse del lugar para no causar escándalo.
El fantasma de Antuco
Otra arista no menor que deberá tomar en consideración Cheyre a la hora de formar su alto mando son las responsabilidades que hubo por parte de oficiales en la tragedia de Antuco, donde murieron 44 soldados conscriptos y un sargento.
Fuentes de Defensa confidenciaron que no cabe duda que después de los trágicos hechos ocurridos en el regimiento de Los Ángeles, habrá una serie de "redestinaciones y pases a retiro de oficiales".
Otras fuentes coincidieron en señalar que la junta calificadora deberá ser "muy rígida" a la hora de rearmar su último alto mando. Incluso se señaló que uno de los oficiales que debiera irse es el Comandante de Operaciones Terrestres, general Alfredo Ewing, por las responsabilidades laterales que le caben en el accidente de Antuco, y el jefe de la III zona, donde acaeció la tragedia, general Rodolfo González.
Sin embargo, las mismas fuentes, creen que Cheyre va a manejar esto como una señal y no va a querer desvalorizar al Ejército con lo sucedido en Antuco, por lo que no es probable que haga muchos cambios en el generalato.
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