El ministro en visita Jorge Zepeda se trasladó a la capital, junto al numeroso material bélico y las cajas con documentos incautadas al interior del enclave alemán, elementos que serán periciados por Investigaciones en Santiago. En tanto, el equipo policial a su cargo seguirá tras la pista de eventuales inhumaciones ilegales en el predio.
Luego de la culminación exitosa de la operación denominada "Jeremías 33,3", que dio con el paradero del cuantioso arsenal bélico e información de inteligencia que se ocultaba al interior de la ex Colonia Dignidad, el ministro en visita para investigar los delitos de lesa humanidad ocurridos al interior del enclave germano, Jorge Zepeda, dirigirá sus esfuerzos hacia tratar de dar con los posibles restos de detenidos desaparecidos que podrían estar enterrados al interior del predio.
En la tarde de ayer, jueves, el magistrado se trasladó desde la zona de Parral con destino a la capital, dando por finalizada la inspección in situ que comenzó el pasado martes, al recibir las primeras noticias sobre el hallazgo del numeroso armamento que permanecía oculto en tres búnkeres enterrados bajo tierra.
Zepeda también ordenó el traslado de las armas y 15 cajas con documentos para ser periciados por el Laboratorio de Criminalística de Investigaciones, instancia que deberá establecer los años de fabricación del material de guerra, así como el contenido de la información requisada, la cual está muy húmeda y -de revisarse en esas condiciones- corre el grave riesgo de desintegrarse.
Según ha trascendido de forma preliminar, los antecedentes que contendrían dichas carpetas corresponderían a nombres y datos sobre variadas personas, de diferentes tendencias políticas y no sólo de opositores al régimen militar que encabezó Augusto Pinochet, las cuales están escritas en castellano, por lo cual será más rápida su clasificación.
Algunas especulaciones de fuentes allegadas al caso estiman que dichos documentos podrían constituir los míticos archivos que decía tener en su poder el ex director operativo de la disuelta DINA, Manuel Contreras. Organismo que, como se sabe, mantuvo una estrecha colaboración con la entonces jerarquía de Villa Baviera, encabezada por Paul Schaefer. Sin embargo, el ministro aún no encuentra que existan sospechas fundadas para establecer de manera clara ese nexo.
Fabricación de armas
Lo que sí se maneja como una hipótesis muy probable es que estas armas no sólo corresponderían a embarques llegados desde Europa, sino que las piezas encontradas hayan sido usadas como modelos para fabricar material bélico por parte de los propios colonos, los que incluso habrían utilizado metales de mejor calidad para tal efecto.
Dentro de las piezas requisadas hay algunas de muy antigua data, por lo que no se descarta que incluso hayan sido fabricadas durante la Segunda Guerra Mundial, mientras que las restantes tendrían una antigüedad igual o superior a los 20 años de fabricación, por lo que las sospechas de que hayan ingresado ilegalmente al país en la década de 1970 volvió a recobrar fuerza.
En ese sentido, cabe recordar que, en una investigación efectuada por el Parlamento Alemán en 1988, se vinculó a Paul Schaefer con el traficante de armas germano Gunther Mertins, quien actuó como uno de los miembros del directorio del grupo de amigos de Colonia Dignidad en ese país. Ambos fueron acusados de dedicarse a la producción, compra y tráfico de armamento de guerra.
Uno de los antecedentes recopilados en ese proceso dio cuenta de un eventual embarque de ametralladoras que habrían sido enviadas a Chile encubiertas a través de productos lícitos, cargamento que llegó al puerto de Antofagasta.
Cabe recordar que dicha investigación parlamentaria se inició a raíz de las declaraciones del ex colono Hugo Baar, disidente escapado de Villa Baviera y que en su momento fue el encargado de realizar compras para la Colonia en Chile. Baar presentó documentos de una compra de metralletas que hizo en Frankfurt por encargo de Schaefer.
Cuerpos inhumados
Si bien las primeras indagaciones a cargo del ministro Jorge Zepeda descartaron la posibilidad que al interior del predio de "los alemanes" pudieran aún hallarse posibles restos de detenidos desaparecidos, esta hipótesis recobró fueza luego de que algunos colonos decidieran colaborar con la investigación del juez.
De hecho, existe certeza respecto a que estos búnkeres de hormigón, de dimensiones de 2 por tres metros, construidos hace pocos años, no serían los únicos escondites que planearon sus ex cabecillas para ocultar su actividades delictuales, las que realizaron en concomitancia con la ex DINA.
En ese sentido, fuentes del proceso afirman que estos nuevos colaboradores ya han dado pistas sobre los sectores del predio en que se habrían realizado estos entierros de cuerpos de detenidos desaparecidos, por lo cual la tarea a de Investigaciones y el juez en terreno podría arrojar rápidos resultados.
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