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Cabo de Hornos entre los 37 lugares más vírgenes y prístinos del planeta

El nombramiento de la Unesco significa que 4.188.273 hectáreas de mar y tierra se constituyen en reserva de la biosfera, que deberán ser activamente resguardados por el Estado chileno, ya que el certificado de Naciones Unidas será periódicamente evaluado.


Por razones más o menos obvias, el nombramiento otorgado al Cabo de Hornos no tuvo los mismos festejos y carnavales que los vistos en agosto de 2003 en Valparaíso, cuando una porción de la ciudad-puerto fue condecorada con la estrella de patrimonio arquitectónico de la humanidad.



Probablemente, el Cabo de Hornos es un lugar menos glamoroso, aunque anota en su historial las visitas que el naturalista británico Charles Darwin realizó a mediados del siglo XIX y que inspiraron su ‘The Origin of Species’ (donde se explica la teoría de la evolución y selección natural de los seres biológicos, vigente hasta hoy). En lo contemporáneo, hay una novela de intrigas del sociólogo chileno Raúl Sohr (‘Muerte Rosa’, 2003), donde las lejanías sureñas son el trasfondo de disputas silenciosas de servicios de inteligencia de países del Primer Mundo, para evitar que un grupo de jóvenes científicos dé a conocer conclusiones sobre el agujero en la capa de ozono.



Lejos de la ficción, en el perímetro nombrado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (Unesco, por la sigla en inglés) se cuentan las islas Nueva, Pixton y Lennox, que en 1978 constituyeron el casus belli entre Argentina y Chile.



De qué hablamos



Se trata, en total, de 4.188.273 hectáreas (1.917,237 terrestres y 2.967.036 marinas) en el Cabo de Hornos, Región de Magallanes, que a partir del 29 de junio son reserva de la biosfera e integran uno de los 37 lugares más puros e intocados por la mano del ser humano. La condición del nombramiento es que cualquier actividad que se realice ahí esté empapada de la denominada "visión de desarrollo sustentable".



El proceso demoró 3 años y en él participaron, además, 14 científicos chilenos de varias universidades del país.



El gobernador de la Provincia de la Antártica, Eduardo Barros, uno de los que gestionó la nominación, habló con El Mostrador.cl y junto con mostrarse henchido de alegría, especificó que "en la zona protegida por la Unesco hay canales australes; gran población de pájaros carpintero; 1.400 variedades de líquenes y musgos; el 7 por ciento de plantas no vasculares que tiene el planeta; reservas de lenga y coihue; es el centro del encuentro de aves migratorias; hogar de lobos marinos, orcas y ballenas; y también hay unos 500 sitios arqueológicos de origen yagán, con una data de 7 mil años" (en algunas partes, la densidad es de 5 sitios por kilómetro de costa).



Condiciones del certificado



Eduardo Barros explica que "la Unesco nos obliga a cuidar este lugar, porque el certificado no es incondicional y definitivo, como se hacía antes. Ahora hay que rendir exámenes periódicos, por así decirlo".



La autoridad de gobierno señala que ya están ingeniando los primeros proyectos para dar cumplimiento a los requerimientos de la Unesco, y que dentro de las propuestas se consideran recursos para favorecer el repoblamiento de lobos marinos, que hasta hace poco eran cazados indiscriminadamente. "Incluso las ballenas y las orcas están volviendo, y todo esto nos llena de satisfacción", expresa Barros.



El nombramiento de reserva de la biosfera demarca 5 zonas, con la finalidad de no obligar la erradicación total de todo tipo de actividad humana, sino que integrar nociones de la doctrina del desarrollo sustentable. Así, explica el gobernador de la Antártica, "habrá zonas intermedias para permitir el turismo, la navegación en los canales australes, las visitas reguladas y la pesca artesanal. Esto también incluye la actividad en los parques nacionales de Agostini y Cabo de Hornos, y las áreas de Puerto Williams, Puerto Toro, Cabo de Hornos y la Cordillera Darwin".



Qué es una reserva de la biosfera



A su vez, el ecólogo, profesor de la Universidad de Magallanes y presidente de la Fundación Omora, Ricardo Rozzi, dijo que el concepto de reserva de la biosfera procura "integrar la conservación de este tesoro biológico y cultural al fin del mundo con el bienestar social y el desarrollo sustentable en la comuna de Cabo de Hornos".



La descripción de la Unesco señala que el Cabo de Hornos es una zona de abundante reserva de musgos y líquenes, de pqeueñas plantas hepáticas que a futuro pueden convertirse en recursos para farmacología y medicamentos. Se trata de un centro de diversidad mundial que -como tal- fue descubierto hace poco.



Ricardo Rozzi trabajó durante 5 años en la preparación del material que se presentó ante la Unesco "y ese proceso significó un descubrimiento, porque no sabíamos de qué se trataba. Prácticamente partimos pensando que se trataba de un peladero, por así decirlo, y descubrimos lo valioso que es esto para la diversidad biológica. Por eso que la Unesco pone a este lugar al mismo nivel de la Muralla china, de Machupichu o de las islas Galápagos. Además de reserva de la biosfera, el cabo de Hornos es un hito de la navegación", comenta el experto.



La postulación a este reconocimiento consideró al gobierno de la provincia de Antártica Chilena, a la Municipalidad de Cabo de Hornos, al Ministerio de Bienes Nacionales, a la Corporación Nacional Forestal (Conaf), a la Comisión Nacional del Medio Ambiente (Conama), a la dirección científica de la Universidad de Magallanes y a la Fundación Omora, además de la Armada de Chile, ya que se trata de un lugar con fuerte presencia militar desde 1953.-



Vea el mapa completo de la zona



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Unesco incluye al Cabo de Hornos en lista de reservas de la biosfera (29 de junio de 2005).

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