El abogado de la familia del menor asesinado en 1979 busca aclarar cuáles fueron los antecedentes científicos en que se basaron los forenses del SML para afirmar que el cadáver tenía 11 días de fallecido. Junto a ello, solicitarán la exhumación de los restos con el objeto que sean periciados en el extranjero por un organismo imparcial.
Luego del segundo informe sobre la data de muerte de Rodrigo Anfruns Papi por un perito particular designado por el tribunal, el representante legal de la familia del menor pedirá a la jueza del 17° Juzgado del Crimen de Santiago, Patricia González, realizar un careo entre todos los facultativos que se han pronunciado sobre la fecha en que habría ocurrido el deceso del menor.
El niño de seis años apareció muerto luego de permanecer 11 días desaparecido, en un caso que conmocionó a la opinión pública del país, en lo que en principio se tomó como un secuestro. Sin embargo, su cadáver hallado en un sitio eriazo cercano a su abuela paterna fue la conclusión de las esperanzas de sus familiares, tras lo cual la investigación judicial determinó que el culpable del homicidio había sido el adolescente de 16 años de iniciales P.P.V.
La versión fue avalada por la declaración inculpatoria del joven, pero también fue determinante que los análisis forenses que se realizaron a los restos del niño coincidiera exactamente con los días en que Rodrigo estuvo desaparecido, es decir, 11 días.
Sin embargo, la familia Anfruns Papi siempre mantuvo dudas respecto a los resultados del proceso sustanciado por el entonces ministro de la Corte de Apelaciones de Santiago y ahora integrante de la Corte Suprema, Ricardo Gálvez, lo cual los llevó a pedir la reapertura de la causa tras el inédito testimonio de un ex carabinero que afirma haber visto a dos sujetos colocar el cuerpo inerte del niño la madrugada antes que fuera encontrado.
Careos y exhumación
Fuentes allegadas a la causa informaron que en las próximas semanas se espera que se realice un careo entre los doctores José Luis Vásquez, Alberto Tecke y Luis Rabanal. Los dos primeros corresponden a los profesionales que firmaron la primera autopsia que aseguró que el menor había fallecido la misma tarde del 3 de junio de 1979, cuando se perdió su rastro. En tanto, el segundo ha realizado dos informes sobre la autopsia que se practicó y concluyó que el niño habría fallecido sólo un día y medio antes de ser hallado, mientras que su cuerpo no habría permanecido más de 24 horas en el mencionado terreno.
En todo caso, junto a esta diligencia se prepara la venida a Chile del experto en medicina forense de la Universidad de Murcia, Aurelio Luna Maldonado, quien también elaborará un análisis científico para aclarar en qué fecha falleció Rodrigo. Según trascendió, el académido vendría al país a mediados de este mes.
No obstante, no sólo se busca aclarar la data del fallecimiento del niño, sino también esclarecer cuál fue la causa de su muerte, para lo cual asimismo se pedirá la exhumación de sus restos, con el fin de comprobar sí éste realmente fue asfixiado mediante el uso de las manos, según también consignó la investigación de fines de la década de 1970.
La idea sería poder periciar esos restos óseos en el extranjero, ya que en Chile no existiría un organismo lo suficientemente independiente para encargarle dicha labor, dijo una fuente ligada a los querellantes.
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